Sé que es mejor para ti.

Capítulo 78. De niña a mujer. Elvira.

¡Así es como siempre sucede! ¿Por qué no puede todo salir genial? Algo inesperado siempre arruina todo. En mi caso, esa sorpresa fue Bree. Por la mañana, al darse cuenta de que Leo no veía en Fabi una mujer sexi, porque en realidad la chica se veía muy inocente con sus jeans y sus camisetas, llamé a ​​Bree. Le conté todo y expliqué muy claro lo que quería de ella. Pero ella hizo lo contrario. ¿Por qué? No podía entender o, mejor dicho, no quería entender, que mis temores estuvieran justificados. Por eso, cuando vi el vestido, que escogió Bree para Fabi, llamé otra vez a mi amiga. Estaba nerviosa.

- Bree, ¿qué pasó?

- ¿En qué sentido?

- No me hagas el ridículo. Te lo he explicado todo muy claro. Se suponía que ibas a hacer de Fabi un bombón sexy, no una virgen fabulosa. - dije sin rodeos. - ¿Lo hiciste a propósito?

- No, - exclamó Bree, pero en esa exclamación capté una mentira. - A ella le gustó este vestido.

- Te pregunto de nuevo, ¿qué te pasa? - Repetí mi pregunta.

- Nada.

- No mientas. Lo hiciste a propósito, cuando te dije quién es ella y lo que significa para Leo.

Bree se quedó en silencio.

- Te lo advertí, pero me aseguraste que es solo fisiología, solo sexo. – empezaba a salir de mis casillas.

Bree permaneció en silencio.

- Entiende, no le convienes, tienes toda una vida a tus espaldas, y él no ha llegado ni a la mitad. Además, él la ama, pero está un poco confundido.

- ¿Como sabes eso? ¿No crees que lo sabes todo en el mundo? – también gritó ella. - Lo dejé ir, pero él volvió a mí. Entonces, me quiere.

- Bree, querida, sabes que te quiero mucho, pero deja a Leo. No es para ti, - supliqué.

- Será mejor que cuides a tu hijastra, accedió a ir con Manu a “La Rumba.” - dijo con vehemencia.

- ¿Cuándo logró conocer a Manu? - No entendí.

- Este pícaro nos encontró en el centro comercial y la invitó.

Sabía muy bien que Manu y Leo iban allí después de la presentación de la película, pero no tenía ni idea de que Fabi también iba a visitar esta guarida de “amor libre”.

-No importa a dónde vaya o no vaya mi hijastra, eso no viene al caso. Deja a Leo en paz, deja de hablarle, buscarlo, olvídalo, - casi ordené.

- No puedo, - respiró Bree y colgó el teléfono.

"¡Maldita sea!" - Tiré el teléfono encina de la cama con rabia. Lo que temía sucedió en el momento más inoportuno, cuando iba a dejar la empresa a cargo de Megan e irme a Italia con Davide y mi hijo. Había que hacer algo, y con urgencia.

Quería que Leo viera en Fabi no a esa "princesa" de sus sueños extraterrestres, sino a una chica realmente sexy, pero mi amiga me defraudó. Con este vestido blanco, mi hijastra se veía hermosa, pero aún más inocente que con los jeans.

- Sabes, no creo que este vestido te quede bien. Vas a ir a una discoteca latina, ¿no? - Sonreí, tratando de ocultar mi molestia con Bree.

- Todavía no he decidido, si iré, sobre todo porque Bree me advirtió, que debería alejarme de Manu, - se rio la chica.

- Cariño, no escuches a Bree. Manu es muy buena persona. Además, Leo estará allí contigo. Así que creo que será interesante para ti ver, cómo se divierten los jóvenes aquí.

- Entonces, ¿por qué no me queda bien este vestido? - preguntó ella, claramente sin entender nada.

- Porque no te hará sentir cómoda en “La Rumba". Este es un mundo de color del sur, y llevas un vestido blanco cerrado. No, definitivamente no encaja.

- Pero no tengo nada adecuado, no pensaba yo en las discotecas. - la chica levantó las manos.

- No te preocupes, escogemos algunos de mis conjuntos para ti. Y mañana llamaré a una de mis conocidas, ella es modista. Arreglamos rápidamente el conjunto según tu talla. Te lo prometo, mañana serás la belleza más deslumbrante de toda la discoteca. - dije rápidamente.

- ¿Vale la pena molestarse por una discoteca? - acarició su vestido nuevo y suspiró - Es tan hermoso, era como una princesa en él.

"Exactamente, no necesitamos esto en absoluto", - pensé y llevé a la chica a mi armario. Cuando comencé a sacar algunas cosas que eran, por decirlo suavemente, ligeras, me di cuenta de que Fabi empezó a sospechar algo.

- ¿En qué estás pensando? Nunca he usado este estilo de ropa. - dijo Fabi.

- Porque nunca has estado en “La Rumba”. - Traté de evadir la respuesta.

- ¿Y en qué se diferencia de las demás?

- ¡Aquí! Esto es lo que necesitamos, - exclamé, poniéndole un vestido rojo con la espalda abierta a la chica. - Pruébalo.

- ¡No! En este vestido hay tanta tela, como en un body para Jacobo. – Exclamó ella.

- Estás estudiando para ser diseñadora de moda, pero tú misma no te quitas los jeans ni para Dios. Sólo tienes que intentar llevar otras cosas. Además, no te pases, niña, este es mi vestido favorito, por cierto. Ah, cómo nos pasamos allí con Manu hace cien años, - suspiré fingidamente. - ¿Qué estás parada? Póntelo.

Ella no discutió conmigo y sin dudarlo se lo puso con mi ayuda, pero cuando la llevé al espejo, en los ojos de la pobre niña vi miedo o, incluso asco. En una palabra, no era en absoluto lo que esperaba.

- ¿Qué sucedió?

- No, no lo pondré y no iré a ningún lado. – dijo Fabi, mientras se quitaba el vestido.

- ¡Esperar! - dije, - ¿Por qué no te gusta? Mañana Magda y yo lo retocaremos en algunos lugares y te quedará bien.

- No, ese no es así. No es el vestido, soy yo. No puedo ponérmelo porque me estoy volviendo como mi madre. - dijo, con lágrimas en los ojos.

La abracé, la apreté contra mi pecho y, acariciando su cabeza, dije:

- Te pareces a tu madre solo exteriormente, pero eres una persona diferente, tienes un corazón y un alma diferentes. No la conocí, para juzgar y reprochar. Pero te conozco a ti. Nunca he conocido a una persona más inteligente y amable. Nunca cometerás sus errores, tendrás los tuyos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.