Se que te vas

Capítulo 1

Se que te vas

Capítulo 1

Te amo

Sakura

Miré fijamente, la escena que tenía lugar a solo unos metros de donde me encontraba, sabía que lo mejor era salir de ahí y deja de dañar a mi corazón pero, mis ojos se negaron a perder cualquier detalle, mientras mi cuerpo era cubierto por un entumecimiento que me mantuvo de pie, soportando el dolor que amenazaba con hacerme desplomar. Guardando no solo en mi memoria, sino que también en mi alma, esa agonizante sensación que corrió salvajemente por cada rincón de mí ser, bañándome de realidad.

Amar no siempre era bello, ni bueno.

Tomé una profunda respiración, buscando tranquilidad para no entrar en un estado de histeria, lleve una mano a mi rostro y me sorprendió  encontrarme con las mejillas secas. Había esperado romper en  un llanto incontrolable pero, no sucedió, era como si una parte de mí, lo supiera desde hace tiempo, pero claro que lo sabía, las señales habían estado ahí, en cada mirada, en sus largas jornadas de trabajo, en las llamadas incesantes, en la culpabilidad que le recorría cuando no sabia como contestar a mis preguntas y se alejaba, para después volver como si nada pasara. Solté un pequeño bufido, cargado de todo el sentimiento que anegaba mi cuerpo.

Los latidos de mi corazón se mantuvieron estables por un momento, antes de comenzar una alocada carrera que podía sentir en cada vena de mi cuerpo, el aliento se me atasco en la garganta mientras mi cabeza palpitaba fuertemente al compás de mi corazón. Un montón de lágrimas se acumuló en mis ojos, y cuando la primera cayó, algo en mí interior se estrelló en el suelo con ella, mis hombros se encorvaron, haciéndome sentir el peso del mundo sobre mi espalda. 

Entonces todo perdió color, el mundo seguía de la misma manera, pero mis ojos no podían apreciarlo con la misma ilusión.

Con una exhalación entrecortada busque en mi interior algo del valor que en otro tiempo me había caracterizado pero me sentí vacía, había dedicado mi vida a amarle, como si mi propia existencia careciera de valor sin ese sentimiento rebosando mi pecho y haciéndome sentir viva; fue cuando me olvide de amarme a mí misma, con los dientes apretados empuje esos sentimientos fuera de mi cabeza, me trague el dolor a fuerza de voluntad y enderece la espalda. 

Tomé varias respiraciones tranquilizadoras hasta que logre respirar con normalidad, debía mantener la calma, al menos mientras él se encontrara frente a mí, y más aún cuando sostenía la mano de otra mujer.

Estaba por darme la vuelta, cuando él se volvió a mirar en mi dirección, como si el peso de mi mirada lo llamara, cuando nuestros ojos se encontraron, por un instante, el tiempo se congelo, y por primera vez lo mire con todo el fuego que me ardía en el pecho, deseaba trasmitirle el odio y desprecio que estaba sintiendo, solo por una vez, para no tener que guardar mis sentimientos e ignorarlos, como si no tuvieran valor. Pero solo fue un segundo, pues sin saber exactamente lo que hacía emprendí una silenciosa retirada, con la cual, mantendría un poco de la dignidad que mi amado esposo me había arrebatado.

Estaba segura que me dejaría marchar, que se alegraría de no tener que volver a esconderse, de olvidar sus conversaciones a susurros y llevar la vida que deseaba, pero una vez más me sorprendió.

—¡Sakura!

El sonido de su voz, siempre había hecho que mi corazón latiera con mayor rapidez y, por un segundo, mis pasos dudaran, dejándome petrificada en mi lugar e impidiéndome avanzar, como si mi cuerpo no deseara apartarse de su lado. Haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad, di un paso y después otro, dispuesta a perderme en la multitud, rezando por un momento de soledad.

Estaba a solo unos pasos de mi carro, cuando una firme mano me sujeto con fuerza el brazo, al mirar sobre mi hombro me encontré con los oscuros ojos de Sasuke, quien se notaba visiblemente alterado. De no ser por la penosa situación que protagonizaba, posiblemente, me habría reído, no todos los días es posible sacar al gran Sasuke Uchiha de balance.

Lo miré fijamente, sin saber que decirle, y es que no había nada que pudiera explicar y honestamente, yo no deseaba saber más, era tan culpable que abrió la boca un par de veces, sin encontrar las palabras correctas para reparar o almeno disimular su falta.

—Sakura yo...— y no dijo más, me miró por un largo segundo con esos preciosos ojos carbón que una vez había deseado poder mirar toda mi vida.

Le dedique una pequeña sonrisa, que en realidad era más una mueca, y me solté de su agarre, buscando seguir mi camino.

—Sakura, puedo explicarte. Solo... no te vayas.

Pero eso era más de lo que estaba dispuesta a darle, así que sin volver la mirada hacia atrás, subí al auto, el tiempo de las explicaciones había pasado y él ni siquiera lo sabia.

Menos de dos horas después me encontraba en medio de la que por casi un año había sido nuestra habitación, rememorando cada momento juntos, los buenos y los malos.

Sasuke y yo nos conocíamos de toda la vida, y yo lo había amado desde antes de aprender a amar. Él siempre era frío y distante con todos, por ello no me sorprendió que nunca mostrara interés en mí hasta que me propuso matrimonio. Y pensando en ello, tampoco mostró interés después de la boda, siempre estaba ocupado y rara vez pasaba por la casa. Pero mi amor e ingenuidad eran tan grandes que me negué a escuchar los comentarios de mis amigos, quienes juraban que él no merecía, ni quería, mi amor.

A toda prisa y apenas mirando lo que tomaba, empuje mis pertenencias en una gran maleta, la mis que había llevado después de nuestra boda, con todas mis luciones dentro, fue un gran contraste, pues en esta ocasión poco me importo lo que guardaba, solo quería salir corriendo.

Las viejas voces del pasado, eligieron ese momento para lanzarme los recuerdos a la cara. Como si el día que había pasado, no hubiera sido suficientemente cruel.




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