Capítulo 10

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El amor es solo una ilusión, un espejismo de aquello que queremos ver.

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Fragmento  

Sakura

Cerré los ojos con suavidad, disfrutando del viento que golpeaba contra mi cara y me alborotaba el cabello.

Aún sentía tristeza, por el estado en que se encontraba Hanabi la última vez que hablamos, me remordia la conciencia pensar que había una probabilidad real de que no pudiera volver a verla, había querido desearle suerte pero dudaba que ella se lo tomara como debía, contrario a la realidad, creería que me burlaba o algo parecido.

Con un suspiro de resignación abrí los ojos y me encamine a clase, por más que doliera, había alguien a quien siempre deseaba ver y ¿Qué mejor momento que en clases? cuando el se encontraba concentrado en los profesores y de ese modo, podía observarle libremente.

Corrí al salón, más contenta de lo que días atrás había estado, esa parte en mi interior, que siempre intentaba rebelarse a mis deseos, mantuvo girando en mi cabeza un único pensamiento; esta vez no la tendría a ella a su lado.

Capítulo 10

Lealtades

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Es bueno tener amigos pero, después de todo, la vida sigue doliendo.

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Sasuke

Me tomó menos de un segundo, comprender que Itachi tenía razón, Sakura se molestaría enormemente si supiera el empeño que Hanabi ponía en visitarme; al principio creí que era inofensiva, pero poco después pude comprender, lo que en realidad tramaba, me sentí estúpido por tardar tanto en notar sus intenciones.

Sin perder más tiempo, tome a esas dos arpías del brazo y las arrastre hasta que se encontraron fuera de la casa, me sentí fuertemente tentado a hacer lo mismo con Itachi, pero el idiota tenía su propia llave, así que no dudaría en volver a entrar una y otra vez hasta lograr su cometido.

Me volví hacia él, esperando un largo sermón sobre la higiene, el alcohol, las mujeres y todo en lo que pudiera pensar que en ese momento me irritaría de sobremanera; pero mi molesto hermano se quedó justo donde estaba, mirándome fijo y sin expresión alguna en el rostro.

Estaba acostumbrado a esta reacción, o falta de ella, en otros miembros de la familia, incluso era normal que fuera lo que encontraba, cuando me paraba frente a un espejo, pero ver a mi hermano mayor con ella, era algo para lo que nunca estaría listo.

Siempre fui capaz de admitir que, el temperamento de Itachi me fastidia a niveles desorbitantes, además de pasarse la vida preocupado por asuntos que no le conciernen y tomándose muy enserio su papel de hermano sobreprotector, sin embargo, me había acostumbrado a tenerlo acosándome por mis problemas y verlo devanarse los sesos buscando como ayudarme, Itachi era así, como una mamá gallina que no se podía estar en paz. Me removí incómodo en mi sitio y camine hasta uno de los sillones, dejándome caer sobre este, sumamente asqueado por la suciedad que se había acomulado en la casa, me prometí mentalmente que en cuanto mi horrible compañía se largara, limpiaria todo hasta dejarlo reluciente; no podía arriesgarme a que Sakura viniera y encontrara la casa en semejante estado.

Hice una mueca de dolor ante este pensamiento y entonces, los ojos de mi hermano se ablandaron, dejando de lado al cruel tirano que estaba buscando intimidarme y trayendo de vuelta al cobarde que nunca me había levantado la voz. No estaba seguro cuál de los dos me agradaba más.

—Sasuke— dijo con un suspiro, antes de caminar a la sala y sentarse frente mío, sus ojos ya no eran fríos, ni mostraba molestia, pero la profunda tristeza que les llenaba me provoco un hueco en el estómago.

—No estoy de humor para esto— no pude evitar el probar suerte, intentando cortar el tema de golpe.

—En realidad— se acomodo en una posición más relajada antes de continuar —no recuerdo haberte preguntado si lo estabas o no.— dejó que una sonrisa burlona se extendiera por su rostro, sabiendo claramente que esto me molestaba demasiado —Hablame de Sakura. ¿Esta tan hermosa como en mis recuerdos?

Al instante, sentí como una ola de furia barría mi cuerpo y clamaba por la sangre del bastardo frente a mi, que se había atrevido a mirar a mi esposa; sin importar nada, ella siempre sería mía y...

Pero la verdad era que, ella ya no quería ser mía, no deseaba estar a mi lado y no podía culparla. Mis hombros se hundieron, junto con mi de por sí, escaso humor.

—¿Tan malo es?— la preocupación burbujeando en cada nota de su voz —Sasuke. Tienes que contarme todo, de lo contrario no podré ayudarte.

Fruncí el ceño dispuesto a informarle que no quería ni necesitaba su ayuda cuando volvió a hablar.

—Sakura es hermosa e increíble— sus palabras llamaron mi atención, ellos nunca habían sido muy unidos —recuerdo que cuando niños, te enfadabas siempre que alguien se acercaba a ella, tenías cuidado en ocultarlo, pero yo podía ver como entrecerrabas los ojos y la tomabas de la mano siempre que otro niño quería jugar con ella. Me sorprendió demasiado cuando comenzaste a salir con la chica de los Hyuga. Me enteré por mamá— aclaro cuando fue consciente de mi expresión sorprendida —el que estuviera en el extranjero, no me evitaria preocuparme por ti.

Puse los ojos en blanco, ante sus empalagosas palabras.

—Deseaba casarme con ella— continuó, haciendo que la pequeña simpatía que empezaba a crecer en mi se esfumara de golpe, trayendo de vuelta el impulso asesino que aumentaba por momentos —siempre me había sentido atraído por ella, pero veía cómo la mirabas y lo que Sakura significaba para ti, no solo yo, nuestros padres eran plenamente conscientes, ¡demonios creo que todos lo notaban menos ella! cuando dijiste que no te casarías le dije a papá que yo lo haría, que me casaría con ella y me ocuparía de los negocios como se esperaba, pero él se negó, dijo que no era el indicado, que las empresas no significaban nada para mi y que sería un error enorme desear a la mujer que mi hermano ama, agregó que Sakura era la única que podría hacerte feliz y que tu solo estabas siendo necio, pero que ya se encargaría él de arreglarlo. Está muy decepcionado Sasuke.