Capítulo 14
Miedo
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A tu lado yo me mantendré.
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Hinata
Sakura se había quedado callada por mucho tiempo, tanto que empecé a preocuparme por ella, volví a preguntarme, si había sido una buena idea obligarla a abandonar el hospital.
Parecía tan asustada, sentada totalmente quieta, mientras permanecía con la vista perdida en la sala de espera, no pude evitar entrometerme. Deseaba hacer algo, ayudarle de alguna manera pero, como siempre, era totalmente inútil, así que me prometí estar a su lado y escucharla, si era eso lo que necesitaba.
—Sasuke no me ama— susurró, con la mirada perdida —pero, se... él... si no sobrevive, no creo que pueda continuar.
Todas las palabras de aliento que había estado pensando, se evaporaron en ese momento. ¿Qué debes contestarle a alguien que te muestra su corazón tan abiertamente?
Cuando conocí a Sakura, me pareció una mujer increíble, hermosa y perfecta, que siempre tenia una sonrisa para todo, parecía brillar con luz propia, de una forma tan radiante que Naruto no podía evitar mirarla embobado, feliz de cualquier cosa que ella dijera. Entonces sentí celos, unos celos tan grandes que desee que ella pudiera sentir lo mismo que yo. Ahora estaba frente a mi, totalmente rota y mostrándome su más grande debilidad, porque incluso la perfecta Sakura Haruno, tenía un punto débil.
Sin apenas darme cuenta, estiré mi mano hasta que fui capaz de tomar la suya, palmeandola con tranquilidad, cuando sus ojos se encontraron con los míos, sonreí levemente.
—Todo estará bien— le dije con calma —él prometió esperarte, pero creo que eres tú, quien debe esperarle un poco más.
Su labio inferior tembló levemente, antes de asentir una vez con la cabeza.
—Gracias— susurro.
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Incluso yo puedo hacerme más fuerte, mientras a mi lado tú estés.
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Sakura
Cuando volvimos al hospital, medí cuenta de un agregado extra en la sala de espera, Ino corrió hacia mi para envolver fuertemente sus brazos a mi alrededor.
—¿Estas bien?— pregunto asustada, mientras se alejaba un poco de mi, examinando frenéticamente mi rostro.
—Yo estoy bien— conteste, buscando calmarla —Pero... Sasuke... él.
—Lo se— susurro, atrayendo me otra vez contra su cuerpo.
Lloré sobre su hombro, sin poder decir más. Ella esperó pacientemente a que me tranquilizara un poco, entonces me llevó a una silla, se sentó a mi lado, susurrando palabras de aliento.
Mis padres llegaron poco después. Mamá corrió a abrazar a Mikoto, quien se encontraba a mi lado, le hablo en tono bajo y calmado, mientras acariciaba con cariño su cabello, para después volverse hacia mí y hacer lo mismo. Había ocultado perfectamente el tema de la separación, a nuestras familias, así que no me sorprendió que Sasuke hiciera lo mismo. Me di cuenta de que mi actuar se debía a una única razón, en mi interior aún estaba la esperanza de volver a su lado.
Un torrente de lágrimas se desato por mi rostro ante este pensamiento.
—Familiares de Uchiha Sasuke.
Todos nos levantamos de nuestros asientos como impulsados por un resorte, buscando llegar lo más rápido posible ante el doctor.
—Somos su familia— respondió Fugaku, sumamente nervioso.
El doctor asintió a modo de respuesta.
—El joven Uchiha, sufrió muchos golpes y contusiones, además de una gran pérdida de sangre. Logramos estabilizarlo, pero los golpes en la cabeza le provocaron un traumatismo craneoencefálico. Por el momento está en un coma inducido.
El silencio reino en la habitación, nadie se atrevió a pronunciar palabra, un montón de sentimientos contradictorios me invadieron, pero prevaleció el alivio, Sasuke estaba vivo.
—¿Cuáles serán las secuelas?— pregunto Fugaku, con tono preocupado.
—Eso no podemos asegurarlo por el momento, debemos esperar a que despierte para poder hacer un diagnóstico del paciente. Sera transferido a una habitación, a la cual podrán pasar a verlo.
El doctor se despidió con una leve inclinación.
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Aún si tuvieras mil y un enemigos no los dejaré a ti llegar.
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Los días se sucedieron uno tras otro, llenos de una lentitud tortuosa, que me hacía sentir cada segundo como si fueran minutos. Con el pasar del tiempo la desesperación aumentó en todos nosotros.
Saber que, mientras más tiempo permaneciera en coma, peores resultados podía acarrear nos mantenía con un nudo en la garganta.
Pase las manos por su rostro, apartando los mechones rebeldes de cabello que caían en su frente, mientras le depositaba un pequeño beso en cada mejilla. Una risa amarga surco mis labios, al desear que despertara y me apartara molesto, como tenia por costumbre.
—No importa— le susurre —No importa si no puedes amarme, que yo te amo con la suficiente fuerza... pero necesito que despiertes.
Cepille su cabello con movimientos pausados, buscando tocarlo el mayor tiempo posible. Sentir su cuerpo tibio, me daba esperanza, además de recordarme que podría despertar en cualquier momento.
Nuestros días se habían vuelto una rutina, me quedaba con Sasuke sin que nadie pudiera apartarme de su lado, en una silla junto a su cama, mientras que nuestros familiares y amigos nos visitaban el mayor tiempo posible. Itachi, Mikoto y Fugaku, insistían en quedarse a su lado, como mínimo en las noches, pero yo no estaba lista para dejarlo. Por ello, me mantenía con él, salvo unas horas al día, que usaba para comer y asearme.