Seamos Dos

HELADO O CAFÉ

 

CAPITULO 7 

♥♥♥ 

Durante todo el día he realizado llamadas para los últimos detalles pendientes a los eventos que tengo a cargo, Dulce es la que dirige eso le ha llevado dos días es miércoles, - Maddi – me llama Dulce justo cuando tengo el teléfono en el oído, giro para verla porque estoy esperando a que atienda la llamada – todos los lugares me han enviado sus confinaciones esa última llamada no es necesaria – antes de que tomen la llamada cuelgo el teléfono.  

-Me alegra – y cuelga el teléfono para tomar un respiro – ¿quieres un helado? 

-Sí – responde me pongo de pie para salir de nuestra pequeña ofician a unos cuantos locales se encuentra una heladería que tiene uno de los más sabrosos conos con nieve, después de toda una mañana sin descanso a excepción de la comida es un muy merecidos descanso de diez minutos que nos tomaremos al estar seguro y confirmado calma los nervios para la reunión de unos días de las setenta y cinco personas en las afueras de la ciudad en un pequeño rancho donde colocaremos unas carpas y otros atracciones para hacer una fiesta vaquera.  

Hago el pedido correspondiente a los sabores de cada una salgo con las manos llenas, a paso lento regreso al local, tenemos una buena ubicación en una calle bastante transcurrida el local posee al frente cuatro parqueos para vehículos. Nos facilita demasiado la carga y descarga de los materiales que necesitamos y equipos. 

No esperaban que la mañana fuera muy concurrida entre llamadas y atenciones a compradores de pequeños artículos y detalles que tenemos en una pequeña área de venta estoy deseando llegar a casa a descansar de estar de pie. Estaba por llegar al primer parqueo y noto dos vehículos muy elegantes, no le tomo importancia al entrar al local sin tener cuidado al abrir la puerta y de nada lo primero que mis ojos captan la espalda de un hombre muy bien parecido y elegantemente vestido a su lado una muy bonita señorita con la cabellera recogida en una muy elegante trenza. 

Me paralizo por un tiempo que no estoy segura de no ser notada por alguien más, por una inexplicable razón las personas eran las que me preocupaban sentadas frente a mi escritorio esto era raro, debería de brincar en un pie por lo que representa, pero era lo contrario hago acopio de toda mi valentía me acerco para atenderlos. 

En el fondo y lo bajo de mis sentimientos estaba maldiciendo, ¿Cómo es posible que esta situación pasara?, al distinguir a la mujer era la misma que entro oportunamente a interrumpir un interrogatorio, en definitiva, estaba pagando algo muy malo, algo que hice hace mucho tiempo esta era la pero forma de pagar todas las veces que me había burlado de mis amigas cuando atendían a sus grandiosos clientes que más en algún momento intentaban salirse con la suya o con una simple cita para cenar,  otras de mis compañeras decían que muchos de los clientes que trataban en los lugares donde trabajaban se empeñaban en poner condiciones para cerrar el trato y como lastimosamente una cuenta implica estabilidad para ti en una agencia y más si exigen que tú la manejes debías de sacrificar tu orgullo, en muchas ocasiones les había dicho que prefería quedar sin una cuenta acceder a sus peticiones, creo que no me puedo dar el lujo de hacer eso justamente con los personajes que tengo frente a mí, eso en definitiva era karma.  

Vi un poco más allá de ellos encontrando a una muy ocupada Dulce por el teléfono lo cual no dejaba un margen de escape. La única opción visible era salir del local sin ser vista ni escuchada, cosa que tenía que aprovechar nadie se había percatado de mi presencia “salir corriendo” bueno no literal, pero si salir de aquel lugar para poder eludir esa responsabilidad dado que no tenía ganas de jugar con el karma. 

Doy un paso hacia atrás con la vista al frente, al darlo topo con algo dificultando mi huida eso algo con lo que topo emanaba calor, hace que me sobresalte al girar puedo ver de quien se trata dando gracias al cielo que sea el novio de Dulce justo en ese momento él iba a hablar  se lo impido  empujando en su pecho hacia la salida, era evidente que Jackson no comprendía, para  mi infortuna no le llevo mucho tiempo entenderlo, por lo que me ataco con la pregunta que menos quería escuchar. 

-¿Quién es él? – por su mirada penetrante determino que se encuentra examinando el interior por segundos - ¿Quién de ellos es? – mis ojos estaban clavados al frente en la vidriera, era más que evidente que estaba viendo a alguien 

-¿Lo sabe!, ¡Lo sabes? – resoplo – es el colmo – intento levantar la mano para mover mis cabellos que caen sobre mis ojos por los movimientos que hago con la cabeza  

-No te enfades – forma una sonrisa en sus labios a forma de disculpa – somos amigos 

-Si amigos, no me enfado – y tragó – solo que no es nada  

-Si Maddi “nada” – por el tono de su voz, bastante sugerente sabe que me pone un poco nerviosa su presencia, eso no es normal, es como si no me desagradara del todo – él nada te está viendo – su voz es cantarina, casi resoplo, me limito a decir nada, le doy una sonrisa forzada a mi amigo con toda la intención de ahorcarlo – debes entrar – me da un beso en la mejilla y esa es la señal de que no me cree nada  

-Odio cuando tienen razón – respondo de mala gana  

Giro y entro nuevamente aun con los helados en la mano, tomo un gran respiro en una vana acción de tomar valor, al solo poner un pie dentro del local tres pares de ojos me observan con mucho detalle es como si me encontrara nuevamente entrando a mi examen profesional, noto en seguida que dos se encuentran sentados y el caballero de traje gris tiene una sonrisa en sus labios, siento como me sigue en todo el recorrido hasta el escritorio de Dulce, que tenían una muy radiante sonrisa al ver parado a su novio justo a su par, coloco con torpeza los helados en algo parecido a unas tazas que tenemos en una esquina del lugar al estar cerca de mi amiga le susurro un “te odio” en el oído a lo que ella solo responde con su gran sonrisa, agradecía por no tener ya los helados en las manos porque tenía la firme intención de hacerle pagar por lo que venía a continuación pensando en varias formas muy simpáticas de derramar el helado sobre mi amiga desagradable, con todo el profesionalismo que debía de reunir después de debatirme por unos segundo, determine que más para Dulce, el mal rato seria para mi persona  porque todos me observarían por aquel acto tan infantil, por lo que opte por continuar mi camino haca mi escritorio pidiendo disculpas por la situación y aclarando que me encontraba en un pequeño receso de diez minutos. 



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En el texto hay: amor, amistad celos y lagrimas

Editado: 27.04.2021

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