Seamos Mariposas

Capítulo 1

El escaso y tenue sol se filtra por las cortinas de mi ventana, es débil, pero hace que abra los parpados y despierte para comenzar mi día.

Me incorporo de la cama con pesar, viendo como el ser de mi lado puede dormir tan plácidamente mientras yo tengo que levantarme a hacer todo.

― Levántate ― empujo sin fuerza el hombro de Alex, él no se inmuta ante mi voz, sigue durmiendo ― ¡Hey levántate!

Alex se mueve hacia mí y sus ojos oscuros se abren lentamente mirándome con ese brillo encantador que los caracterizaba, su cabello negro azabache esta tan despeinado que cae sobre su frente.

¿Por qué parece tan atractivo? Yo parezco una gallina desplumada.

― Buenos días, otoño ― dice en un tono ronco.

Señor, hasta su voz es atractiva.

Suspiro fuertemente mientras trato de no sonreír.

Alex es mi pareja desde la preparatoria, no creo que haya mucho que contar. Él era el chico de las series animadas japonesas y los videojuegos, yo era la chica que no levantaba la cara de un libro. Una vez ambos estábamos tan distraídos que tropezamos por el pasillo de la preparatoria; él tumbando mi libro y yo casi pisando su manga y…

¡Pum! Llevamos casi seis años juntos.

Camino hacia el baño para darme una ducha rápida, cuando salgo con una toalla cubriendo mi cuerpo, Alex esta mirándome con una sonrisa sorna mientras sus ojos viajan de mis piernas hasta mi pecho.

― ¿Vas a darme esta vista todos los días? Si es así yo no me quejo.

Suelto una leve carcajada mientras dejo cae la toalla y me visto, se que él esta mirándome por el sonido de desaprobación que emitió en cuanto me coloque mi blusa.

― Deja de estarme mirando y báñate de una vez otaku. ― digo peinándome el cabello.

Alex alza las manos en señal de paz y se dirige al baño, yo en cambio bajo las escaleras y voy a la cocina para cocinar algo sencillo.

Tampoco es que tengas muchas ganas de hacer algo elaborado.

Cuando estoy poniendo los panqueques y la mermelada de fresa en la mesa junto al zumo de naranja Alex baja por las escaleras con su traje de abogado que le queda a la perfección.

― Huele delicioso ― comenta él sentándose. Mira a todos los lados frunciendo el ceño ― ¿Y Vanny?

Vanny, mi hermana menor. La tengo desde que tenía dos añitos, ya que a mis padres les habían ofrecido un buen puesto de trabajo fuera de la ciudad y se tuvieron que ir dejándome a la peque a mi cargo, con la promesa de que volverían por ella.

Cosa que aun no pasa.

― Voy a buscarla ― dice Alex.

Cuando Alex se levanta de su silla  escucho los pasos lentos de Vanny dirigiéndose hacia nosotros visualizándola en el  marco de la puerta, hay algo extraño en ella,  aunque está perfectamente pulcra, su cabello naranja está ondulado, su uniforme esta planchando, su carita adorable está limpia y recién salida del baño; noto algo en su mirada, sus ojos verdes están apagados, no tienen aquel brillo especial que los caracteriza, y debajo de estos ojeras ¿No habrá dormido bien?

― Buenos días Gretta, Alex...― nos dice  monótonamente mientras que se frota uno de sus ojos.

― Buenos días Vanny ― Dice Alex  sonriéndole, tomando de nuevo su  asiento― Eh... ¿estás bien Vanny? ― Pregunta levantando una de sus cejas,  parece notar lo mismo que  yo.

Ella solo mueve su cabecita lentamente de  arriba   abajo y se sienta en su silla, veo como toma un trozo de panqueque con mermelada y suspirando lo mira con nostalgia, ella siempre le ha gustado comer pero ahora; pareciera que se siente obligada.

― ¿Segura que estas bien mariposa? ― La llamo por su apodo favorito para ver si se le levanta el ánimo.

― Estoy bien Gretta, solo estoy...― dió un suspiro largo ― Algo cansada.

― ¿Cansada? ― Preguntó Alex ― ¿Pero de  qué puedes estar  cansada?

― No lo sé...― susurra.

La verdad es que no me gusta verla así, Vanny es una niña muy activa y revoltosa, sacándome de quicio cada vez que puede, podría decirse  que  es su  hobby. Pero ahora está muy decaída.

― Si quieres te puedes quedar en casa. Yo me quedo contigo, solo déjame hacer algunas llamadas y...

― ¡No!― Grita Vanny sorprendiéndonos  a Alex y a mí.

― ¿No?― inquiero.

― No...Lo que trato de decir es que...― baja la mirada hacia su regazo con las mejillas sonrosadas ― Es que hoy hay un proyecto especial y la verdad es que no me lo quiero perder.

Sonrío por su responsabilidad. Con tan solo cinco años Vanny ha demostrado ser una de las mejores de su escuela, con un coeficiente intelectual alto.

Algo heredado de  hermanas.

― Come entonces ― le digo mientras se siento también a desayunar ―, Alex te llevará a la escuela pero yo pasaré a buscarte.

Vanny asintió con una sonrisa y como si sus fuerzas fueran recobradas comió todo su desayuno.

Caminaba por los pasillos del ayuntamiento, había terminado una conferencia con un congresista francés que quería formar lazos con nuestro alcalde. Me había preparado casi cuatros años estudiando idiomas para convertirme en la poliglota que soy ahora.



#14208 en Novela romántica

En el texto hay: hermanas, amor, mariposas

Editado: 07.05.2022

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