Seamos Un Cliché

19

—No quiero verlo así —seco mis lagrimas.

—Se recuperara Jade, los doctores se encargaran de ello, Nicolas es fuerte puede hacerlo.

—¿Fuerte? solo es un bebe Klein ¿De que estas hablando?

—Hay que tener fe.

Intenta abrazarme, pero me aparto.

—¿Por que no vas a ver como esta Peter? quiero esta sola.

Suspira agotado, deja un beso en mi cabeza y se va. 

Mi pequeño hijo, conectado a esas maquinas, al respirador, no puedo ni tomarlo en brazos, solo tiene algunos meses, solo es un bebe. Llorar no le sirve de nada, pero no dejan de salir.

—Ya despertó.

Volteo y veo a Jenny de brazos cruzados casi abrandoce a si misma y ojeras en sus ojos.

—¿Como esta?

Alza sus hombros intenta contener las lagrimas. Camina hacia a mi y se queda observando a Nicolas.

—¿Cuando todo se volvió tan complicado? —pregunta.

—No lo se... Primero el accidentes, después la desaparición de Nicolas y de Peter, el incendio —mi voz se quiebra —Los pulmones de mi hijo y el cuerpo de Peter, es una pesadilla.

—Peter siente culpa, se culpa de todo, al despertar volvió a preguntar solo por Nicolás, su cuerpo se quemó por el fuego, le duele, pero no logra asimilarlo, quiere venir a verlo, pero los doctores dijeron que no es posible, debe mantenerse aislado.

—No es su culpa, su padre siempre fue un hombre enfermo.

—Lo es... Lo fue.

Giro para verla, ella hace lo mismo conmigo y nos abrazamos ahí, sin decir nada, solo nos brindamos la compañía que necesitábamos.


 

Para ver a Peter debemos usar una bata especial y mascarilla para evitar cualquier infección en su cuerpo. Al entrar contengo las lágrimas de ver las quemaduras al descubierto, pronto compensarán a tratarlas,  es un proceso muy doloroso y peligroso.

—¿Como esta? —me pregunta.

—Mejor.

—¿Que dijeron los doctores? Jenny dijo que le hicieron una revisión.

—Dicen que es casi seguro que tenga dificultades respiratorias por un largo tiempo, pero no dependerá de máquinas.

Mira hacia el techo mientras unas gotas de lágrimas caen.

Me acerco más y tomo de su mano. Ambos presionamos con fuerza 

Después de conversar un rato más, me pidieron que saliera, Peter debe descansar. 
Camino por el pasillo hasta la sala de espera donde Klein está sentado mirando hacia la ventana. Me siento a su lado y apoyo mi cabeza sobre sus hombros mientras enredo nuestros dedos.

—Envie a nuestros padres a casa... También deberías ir, me quedaré a cuidarlos, que Jenny vaya contigo también.

—Mi mama me envío un mensaje antes, dijo que Jenny fue a casa a darse a una ducha, no volverá hasta mañana, Peter le pidio que pasará está noche en casa y descansará.

—Deverias hacer lo mismo.

—Los dos, vamos a casa, volveremos en la mañana, Nicolás ya no corre peligro, el doctor dice que descansemos nos mantendrán informados, aunque no creo que logré dormir nada está noche.
 

Juntamos nuestras cosas y fuimos a casa, mis padres están junto a los Klein, por si algo sucedía preferían estar todos justos.

En el dormitorio Klein se acostó sobre la cama cubriendo sus ojos con un brazo.

—Klein —no me contestó— Klein —Me acerco a el y tocó mi rodilla.

—Estoy agotado —se sienta.

—Igual yo.

Da unas palmadas en sus piernas para que me siente en ellas, y eso hago.

—Disculpame, por lo de antes, ni debí echarte de esa forma.

—Descuida.

—Entra a la ducha conmigo —beso su cuello— necesito tenerte junto a mi.

Mientras nos besábamos quitamos nuestras ropas, fuimos hasta el baño y nos duchamos amándonos con caricias y besos que tanto necesitábamos.

Al día siguiente por la mañana Klein despertó antes, incluso antes de la alarma que programamos para ir temprano a la clínica. Sentí sus manos pasar por mis caderas, sus labios en mi clavícula y su cuerpo sobre el mío, aún con los ojos cerrados acaricie su espalda y enrede mis piernas en el, acomodamos nuestros cuerpos  son dejar espacio alguno.

—Te amo tanto Jade, mi esposa, mi amor.

—Tambien te amo.

Besa mis labios hasta descender al inicio de mis pechos, sus labios rozan mis pezones, sacando un gemido de mis labios, besa con suavidad uno y masajea con fuerza el otro. Klein siempre ha logrado que suba a las nubes, pero esta vez estoy volando mucho más lejos.

Desciende por mi costillas hasta mi ombligo, levanta la vista y le sonrió mientas acarisio su cabello. vuelve a lo estaba, besa mis piernas rodeando mi centro, volviéndome loca de placer, presionó las sábanas con mis manos y recojo los pies esperando a Klein nos ansias, puedo sentir su respiración.

Primero un suave beso, sacando un gemido de mis labios. Uno de sus dedos acarisia el contorno torturandome aún más. Sus labios vuelven pero esta vez  sin contencion alguna, paso una de mis piernas sobre su hombro y la otra la abro dejando acceso libre.

Cuando llegó al orgasmo no me contengo, amo dejar que Klein me escuche y me sienta en todo la extensión de la palabra.




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