Seamos un cliché.

Capítulo 3.

¿Soy un "Omega"?

 

Cinco días antes 
del fatídico rechazo

 

Bueno, Jack hoy nos enseño que todo en exceso es malo, todo un sabio. 

No tenía idea que te podrías enfermar por comer mucho, creí que era imposible pero el pinche pelos blancos me dio una bofetada a la cara y me grito "no me retes", al parecer come tanto que se jodió algún intestino, ¿el colón?, no tengo idea, algo así que no puede digerir/procesar la comida.

No puede ni cagar pues, ya decía yo que le estaba saliendo panza.

Todo el camino hacía aquí se la paso disculpándose conmigo y llorando por que "su bebé iba a nacer", se convenció aun más de que era un embarazo cuando Dan le habló del omegaverse, juro que quería aventarlo del auto cuando empezó a decirle a Jack que tal  vez era un Omega, "¿soy un omega?" preguntaba una y otra vez casi llorando.

Ethan se reía como nunca mientras Jack se ponía cada vez más pálido, realmente creyó que le saldría un bebé por la cola.

Dan por otra parte parecía emocionado mientras hablaba y describía como se le desgarraría la cola a Jack si nacía el bebé, no se cual de los tres es más idiota.

Nos entregaron unos seis medicamentos diferentes y varias indicaciones sobre la dieta que debe de llevar por algunos días y los tiempos de ayuno que hará, la verdad no entendí nada, eso no es lo mío. 

—No tardes —me advierte Ethan antes de irse con Jack y Dan. 

—¿Por que lo haría?

Odio los hospitales, son tan deprimentes, paredes blancas, olor a alcohol y algunos llantos de fondo, por eso siempre graban películas de terror en hospitales, no es necesario modificar nada. 

Un momento, chale, ¿a qué venía?

Dejo de caminar para meditar un momento, ¿qué se supone que haría?, seguía en mi viaje astral hasta que me di cuenta que enfermera castaña (bastante linda a decir verdad) está de pie frente a mí, me analiza de arriba a abajo y viceversa deteniéndose algunos segundos para ver mi torso, okey, ¿por qué me mira tanto?

—Señor, no tiene heridas o luce enfermo, entonces, ¿por qué está sin camisa? —pregunta.

Ah, sí, lo había olvidado.

—Lo siento, mi amigo vómito mientras lo cargaba en mí espalda, era incómodo el olor así que me la quité —solo de recordar la sensación caliente y viscosa de esa masa recorriendo mi espalda me da escalofríos.

Jack se disculpaba y Ethan se reía de mí, subiendo al auto me la quité y se la arroje a la cara, había olvidado que estaba semidesnudo por que me acostumbre a la temperatura, ¿por qué nadie me lo recordó?

—Por mí no hay problema pero estamos en un hospital, no es adecuado, además estás en el pasillo, todos te ven. 

—¿Es incómodo?, lo siento, ¿no hay un lugar donde haya más privacidad?, mis amigos tardarán así que estaré libre algunas horas —le pido a la chica amablemente. 

Conozco esa sonrisa. 

—Justo acaba de comenzar mi descanso, ¿quieres ir a un lugar más privado?

Miro la etiqueta en su uniforme donde está su gafete, lindo nombre, si me lo aprendo. 

—Me encantaría, Nora.

¡No me juzguen!, la chica es linda y tiene casi mi edad, tal vez unos tres o cuatro más. 

Sí, fuimos a un lugar privado, sí, hicimos el sin respeto pero juro que no me gustó, bueno, un poco. 

(...) 


—Dijiste que solo irías por agua, ¡¿por qué tardaste casi una hora?! —reclama Ethan, está enojado, esa vena en su frente lo delata. 

—Estaba por ir, pero una enfermera me lo impidió. 

—¡Y dices que el facilote soy yo! —recrimina el embarazado. 

—¿En qué ayudaste a la enfermera? —pregunta Dan, se ve tan emocionado, no puedo decirle que hice el frutifantastico en un armario de quinta. 

—Alimente niños sin manos. 

—Eres tan amable Nick—okey, me siento culpable, Dan es tan ingenuo que es raro, se parece a Lay. 

—Sigue tan pendejo como siempre —se burla Jack. 

—¿Por qué? —pregunta confundido. 

—Damián solo ignoralo, protege esa limpia mente hasta el fin de los tiempos, ¡tú! —dice Ethan mientras nos señala— Llevaré al embarazado a su casa, tú lleva a Damián —ordena antes de salir del hospital. 

—¿Tienes auto? —Dan, ¿cómo te explico?. 

—No, traje el auto de Ethan, el mío se quedó en la escuela. 

—Bueno, le diré a Ian que pase por nosostros, creo que hoy su papá le presta el auto —saca su celular de su bolsillo, marca a un número y se aleja unos cuantos pasos para hablar. 

¿Quién es Ian?, su nombre me suena. 

Ian. 

Ian. 

Un momento, mierda. 

¡Ian!, ¡el ojos!, ¡el que parece vagabundo!

Mamá me miro como loco cuando me hice la Cruz de miel en la lengua pero ¡toma!, si lo voy a ver. 

—Llega en diez minutos, ¿quieres esperar afuera? —no le respondo y solo señalo mí abdomen. 

Él lo mira fijamente, parece embobado. 

—¿Que haces?

—¡No homo!—grita completamente rojo, baja la mirada de golpe y esconde sus manos dentro de los bolsillos de la chaqueta, que tierno.

—Dame tu chaqueta. 

—¿Eh? —sigue rojo. 

—No puedo andar así, no estamos en una alberca o en mi casa, las personas me miran, hay niños presentes, no quiero voltearlos tan pequeños. 

—¿Qué vas a voltear? —y volvemos a la programación normal. 

—Nada Dan, dame la chaqueta. 

Tenemos una confección similar, es extraño, él antes era tan pequeño y gordito, maldita pubertad a mi no me dio así. 

—Mi amigo puede ser algo extraño y tambien no se viste "bien" por así decirlo, no lo menciones, y —estaba por decir algo pero no lo hizo, bajo la mirada dudando por algunos segundos, ¿le gusta? —él no es muy "masculino" ¿está bien?, esta en un tratamiento que le afecta y llega a ser algo explosivo, no lo tomes personal, ¿está bien?

—Entiendo —normalmente haría un mal chiste con eso pero realmente parece preocuparle, estaba serio y Dan no suele ser serio. 



#10979 en Otros
#1721 en Humor
#17699 en Novela romántica

En el texto hay: boys love, boyslove, enemytolover

Editado: 17.02.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.