Seamos un cliché.

Capítulo 22

La chaqueta roja.
 


Esa extraña sensación de saber que lastimaste a alguien pero tambien de saber que no es tu culpa. Sé que estoy lastimando a Michelle pero no es mi culpa, ella sabía que estoy interesado en otra persona e incluso la rechacé antes de iniciar mi relación con Ian, no es mi culpa pero por alguna razón me duele hacer esto. 

Michelle se sienta frente a mí, ni siquiera me mira a los ojos solo juega con una ramita que levanto del suelo, ¿qué debo de decir? 

—¿Vas a rechazarme de nuevo? —pregunta interrumpiendo el incómodo silencio que se había formado, ella sabe que no me gusta. 

—Lo haré, perdón. 

—Esta bien, tenía la idea de seguir insistiendo y esperar a que se te pase lo que sientes por Ian pero esa no soy yo. No me gusta lo que estoy haciendo ahora, llorando y rogando por tí —toma mi mano con delicadeza y esta vez me mira a los ojos, esta helada —. Así que aunque duela renunciaré a tí, encontraste a alguien que te hace feliz así que te apoyaré y animaré, espero Ian te ame tanto como tú lo amas. 

Sé que sus palabras son sinceras cuando sus ojos se llenan de lágrimas, sin pensarlo libero una mano de su agarre para secar cada una de esas dolorosas lágrimas, no me gusta verla sufrir. 

—Michelle, no dudes de cuanto te amé y cuanto te amo, ya no es ese tipo de amor pero aún lo hago, eres mi amiga y siempre te voy a proteger —le recuerdo, el día que encontré a Michelle herida fue un día horrible y eterno que jamás olvidaré, prometí que la protegería y no pienso fallar a esa promesa. 

—¿Amigos? —una pequeña sonrisa se adueña de su rostro, es tan linda. 

—Mejores amigos. 

Con la misma delicadeza con la que ella tomó mis manos la abrazo, se aferra a mi pecho por algunos segundos dejando salir todas las lágrimas que trataba de contener. 

—Debo de irme, tengo clases —avisa, lentamente se despega de mí, toda su cara esta roja —. Mañana haré una fiesta en mi casa puedes traer a Ian, sería bueno que conozca a más de nuestros amigos. 

No lo había pensando, tal vez le ayude a Ian conocer al resto de las personas con las que hablo. 

—Bien, iremos —acepto dándole pequeñas palmadas en su cabeza, ella sonríe una última vez antes de irse con dirección contraria a la escuela. 

Las clases terminaron desde hace una hora. 

—Al parecer nuestra relación no es tan secreta —habla Ian, se sienta ahora en el mismo lugar que acaba de dejar Michelle. 

Ay Dios este hombre me trae mal, que lindo es. 

—Perdón, mi mamá subió la foto a Instagram. 

—Lo ví. 

¿Está enojado?¿No le importa?¿Me va a pegar? ¿Se va a reír?

—¿Entonces? 

—Bueno, no es como si fuera una mentira, somos novios a la chingada si a alguien no le parece, me gustas y nada cambia eso. 

¿Ian dijo que le gusto?

IAN DIJO QUE LE GUSTO. 

—Tú también me gustas y mucho. 

—Lo sé, por eso dije que sí. 

—Mañana iremos a una fiesta. 

—¿Qué? 

(…) 

Falté a mi club para evitar confrontaciones y seguramente miles de preguntas de mis amigos, preferí llevar a Ian a su casa. Me contó que por primera vez su mamá lo llamó por su nombre, dijo que no tenía relevancia pero lo mencionó tres veces durante el camino y cada vez que lo hacía sus hermosos ojos se iluminaban por completo, sé que lo que hizo su mamá lo hizo más feliz de lo que le gustaría admitir. 

Ian se sintió por primera vez aceptado por su mamá. 

Una pequeña palabra de su mamá y el dolor que tanto había soportado por años dejó de importar. 

No pude evitar abrazar a su mamá apenas la ví, la señora me adora así que estaba feliz que lo hiciera aunque el papá de Ian no parecía muy feliz, supongo que es inevitable los celos de un papá y menos para un yerno tan hermoso como yo. 

—Hola cariño, ¿cómo te fue?, noticias; Ya no sólo irás con tu psicóloga, tu mamá encontró un programa de ayuda para muchachos que pasaron lo mismo que tú sufriste y quiere que empieces a ir, ¿te parece bien? —pregunta papá apenas entro a casa, es obvio que me estuvo esperando aquí por horas, debió de practicar lo que iba a decir muchas veces. 

—Sí, me gustaría mucho —dejo caer mi mochila para abrazarlo, amo esta nueva sensación, es una seguridad que sentí que jamás tendría. 

No importa cuantos años tengas el abrazo de mi papá siempre me hará sentir seguro. 

—Te amo hijo. 

—Yo también papá. 

Con pequeñas palmaditas en mi cabeza se despide de mí, lleva una enorme maleta arrastrando por lo que supongo que no lo veré en varios días. 

¿Dónde ira esta vez?

—¡Bebé! —una emocionada voz me llama desde mi habitación, sonriendo corro hacía ella encontrándome con Linay sosteniendo un globo de helio con forma de dinosaurio. 

—¡Mi niña! —con fuerza la abrazo, ya van dos meses desde que no la veía, la extrañe mucho —. ¿Qué haces aquí? 

—Mamá me dejó volver, me quedaré el fin de semana contigo —responde a penas la suelto. 

—¿Conmigo? —suele pasar mucho tiempo en mi casa pero no se queda aquí. 

—Sip, no quería quedarme sola en mi casa así que le dije que su podía quedarme contigo y dijo que sí, tus papá dijeron que sí, ¿tú no quieres? —pregunta haciendo un leve puchero. 

—Claro que quiero, solo me sorprendió. 

—¡Me alegro! —dice dejándose caer sobre mi cama. 

—¿Ya comiste? 

—No, vamos y de paso también puedes llevarme a comprar ropa.

—¿Más? 

—Sí, ¿no me quieres? —sabe que sí.

—Deja voy por mi cartera. 

Tal como le dije a Lin la lleve a comer su comida favorita y pasamos más de cuatro horas en una sola tienda para comprarle alguna que otra blusa y muchas faldas y vestidos. No dejaba de hablar de como su nuevo novio era un idiota y que lo dejo antes de subir al avión por lo que quería beber así que la invité a la fiesta de Michelle, ella lucia emocionada así que le compre unos zapatos para que llevará. 



#10987 en Otros
#1724 en Humor
#17714 en Novela romántica

En el texto hay: boys love, boyslove, enemytolover

Editado: 17.02.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.