Taina
Mire el sobre que me entregó mi secretaria con duda, no suelo recibir sobres, mucho menos en la oficina pero la intriga pudo más conmigo, desearía no haberlo abierto, en letra grande y cursiva de un color terroríficamente rojo sangre decía "Invitación a la cena de ensayo de Demián Smith y Barbie Johnson", no lo podía creer enserio me envió una invitación a su maldita boda esto si es demasiado, cómo se atrevió a enviarme una invitación ¿para que?, esto me duele demasiado cuando vi la fecha quise poder gritar y llorar, en dos semanas y tres días se celebraría su cena de ensayo, y me restriega su boda en mi cara, esto es muy bajo, demasiado, corrí hasta la oficina de Demián y abrí su puerta de golpe
- Como se te ocurre hacerme algo así, es que acaso no tienes ni un poco de consideración hacia mí - me sentía tan molesta y dolida
- De qué estás hablando amor, digo Taína -
- Habló de cómo fuiste capaz de enviarme esta mierda - le lance el sobre encima, el lo leyó con duda
- Taína yo no te envíe esto, seguro fue un error lo siento yo no te enviaría esto -
- Crees que te creo acaso, si lo que buscabas era vengarte por los golpes que te di hace cuatro días, felicidades lo lograste, yo jamás creí que fueras así -
- Taína amor de verdad jamás te lastimaría de esa forma - Me reí de forma irónica
- Es en serio jamás me lastimarias, hace una semana yo era tu novia ahora estás a dos semanas de casarte con otra mujer, y no me lastimarias si vas a abrir tu boca para decir tanta idiotez entonces mejor no digas nada - intente irme pero Demián me sostuvo enviando que me fuera
- Taína escúchame, lo siento mucho, no tienes idea cuánto me duele tener que dejarte, cuanto lamento lo que dije hace cuatro días, saber que te estoy lastimando me esta destrozando -
- Pero, eso no te importa, no te duele lo suficiente, no lo sientes de verdad porque a pesar de todo en esa invitación está tu nombre - di un suspiro agotada
- Solo déjame en paz por favor yo no quiero saber más nada de ti, solo ya basta, no puedo más con esta situación -
- Mi amor - tomó mi rostro acariciándolo
- No Demián, ya no me toques no te dirijas a mi como tú amor, ya no más por favor - ya no tenía ganas ni de pelear, había llegado al punto de quiebre, donde me canse de gritar y pelear con el, solo me aleje de él y salí de su oficina cuando el ascensor abrió sus puertas la prometida de Demián me miró
- Tú eres Shanetina - respire profundamente para no asfixiarla
- No Señorita soy Shantensya -
- A sí, no me importa, recibiste la invitación a mi boda - la mire con sorpresa ella fue quien la envió
- Si - mencione en un susurro
- Que bien, espero que te quede claro que Demián va a ser mío, que lo que sea que tuvieron ustedes se terminó porque él se dio cuenta que yo soy mejor que tú - pero a esta tipa que le pasa
- No quiero que estés cerca de mi amorcito entiendes estúpida él es mío y muy pronto lo será ante la ley también - esta tipa es una maldita bruja
- Claro, quédatelo, ya el fue mío y estuve con él cuanto quise y para que estés enterada él se va a casar contigo por dinero, no porque te quiera en la más mínimo, tú eres solo un trueque querida, un intercambio yo que tú no aleardaria tanto este matrimonio - no la deje responder las puertas del ascensor se cerraron, me recoste a la pared sintiendo mi corazón latir muy fuerte en mi pecho quería llorar, sentía tantas ganas de gritar de liberar este dolor en mi pecho, pero aún no podía todavía no, no les daría el gusto de verme destruida.
La tarde se me pasó tan lenta y tediosa, no hable con nadie más en la oficina, camine hasta mi departamento con lentitud pensando en cuánto cambian las cosas hace poco yo era tan feliz y ahora solo quiero salir corriendo de aquí, como si ya sentirme miserable no fuera suficiente, la lluvia cayó de golpe empapadome en segundos, ahora sí dejé mis lágrimas correr y confundirse en mi rostro con la lluvia, estaba a punto de entrar a mi departamento cuando mi vecina de enfrente me detuvo
- Señorita Lombardi llegó un correo para usted el cartero me lo entregó porque no se encontraba -
- Gracias Señora Altamira -
- No es nada vecina - entre a mi departamento lanzando mis cosas en algún lugar de este, me di un baño largo y lleno de sollozos, tan solo me vestí de manera simple para hacer lo mismo que los últimos días embriagarme hasta ya no poder, cuando me senté en mi sillón con las botellas de vino y un tarro de Nutella me detuve un momento a verificar de que era el sombre que me entregó mi vecina, cuando lo abrí vi que era otra invitación a la boda
- Maldita desgraciada, me envió dos invitaciones - mire la invitación leyéndola con detenimiento, lanze una de las botellas contra el suelo rompiese de inmediato al impacto con el suelo, y lloré desconsoladamente
- Maldito te odio, te odio de la manera que una vez te ame, así te odio ahora mentiroso desgraciado - lance la otra botella contra la pared, abrace mis piernas contra mi pecho con fuerza, me levanté de golpe después de un par de minutos, corrí hasta la cocina sacando todas las botellas de licor que tenía y eran muchas