Capítulo 1
Astor
—...que esta noticia salga a la luz unos días después de que el presidente haya tomado posesión de su cargo es para pensar porque…
Las noticias del canal cuatro son lo primero que oigo al entrar a mi oficina. Mi encargada de relaciones públicas ha llamado a una reunión urgente con todo mi equipo diciendo que hay algo que tenemos que discutir, algo con respecto a una cosa de mi pasado. No tengo ni una mancha en mi currículum, me he mantenido fuera de los problemas porque siempre he sabido que quería llegar a ser presidente, y lo que hicimos en nuestros años de juventud siempre vuelve para mordernos el trasero. Así que no tengo ni idea de lo que pudieron haber sacado de mí, y precisamente ahora.
Es normal que los contrincantes se pongan a buscar secretos enterrados mientras la disputa se lleva a cabo, pero ¿ahora? No es normal que un escándalo bien escondido salga cuando ya se ha elegido al presidente y ha tomado posesión de su cargo.
—Sr. Presidente, gracias por venir tan rápido —se apresura a decir Janna, mi relaciones públicas—. Esto nos ha tomado por sorpresa, más cuando viene de un portal amarillista como The Gentleman.
Me siento detrás de mi escritorio, soltando un largo suspiro.
—¿Qué ha pasado?
No me gusta leer revistas de chismes ni buscarme en internet. Me centro más en las noticias, tanto mundiales como las del país, y no vi como algo importante que fuera tendencia en twitter cuando llevo días allí por haber tomado posesión de mi cargo.
Janna le lanza una mirada a Jeff, mi asistente personal, y vuelve su atención a mí.
—Ha salido a la luz una noticia sobre algo que ocurrió hace tres años, señor —me informa, y sigo tan perdido como al principio. Hace tres años ya era un político en toda regla, siendo miembro del senado, y la gente sabía que tenía intenciones de lanzarme a presidente.
—Tienes que ser más específica, Janna.
No saber qué está pasando me pone de mal humor.
—¿Tuvo usted una relación con la señorita Shannon Roosevelt?
Me tenso. No es un secreto mi antigua relación con Shannon, pero esa es una herida que sigue abierta y que nunca va a cerrar, sobre todo por la forma en la que terminaron las cosas.
—Sí, eso es cierto.
—Pues esta gente se ha puesto a escarbar en esta relación que usted tuvo con esta señorita y han descubierto que ella tuvo un hijo seis meses después de que se les dejó de ver juntos, y han llegado a la conclusión de que es suyo.
Mi corazón se detiene, así como mi cerebro. Todo mi cuerpo se queda quieto, creo que ni siquiera estoy respirando.
Tiene que ser mentira, me están jugando una broma. Esa revista está mintiendo, Shannon no pudo haber tenido un hijo en ese rango de tiempo.
Janna, ante mi incapacidad de decir o hacer nada, se levanta y rodea el escritorio para poner una tablet delante de mí. Bajo mis ojos hacia la pantalla y mi corazón salta.
Allí hay una imagen de Shannon con un niño pequeño en brazos. Es el cumpleaños número uno del niño y ambos están sonriendo, Shannon mirando a la cámara y el niño mirándola a ella.
Mi corazón tartamudea al verla, pero se vuelve loco cuando encuentran al niño. Tiene el cabello castaño, la piel olivácea y ojos grandes de color azul. Tiene sus ojos, pero ahí acaban sus similitudes. El resto es todo mío, sería imposible negarlo. De hecho, si busco una imagen mía de bebé estoy seguro de que voy a lucir exactamente igual a este niño.
—Necesito que investigues todos sobre ese niño y sobre Shannon —ordeno a Jeff sin despegar los ojos de la imagen—, y hazlo en el transcurso de la mañana, no puedo perder tiempo con esto. —Miro a Janna—. Mantén a la prensa quieta mientras pienso en una solución.
—Pero, señor…
Alzo una mano, interrumpiéndola.
—Haz lo que te digo —zanjo, volviendo a ver la foto, esta vez centrado en la mentirosa de Shannon—. Cuando tengan la información de Shannon, los quiero aquí.
Voy a matar a esa mujer por haberme ocultado algo tan importante como esto. Pero eso tendrá que esperar a que ella me dé unas cuantas respuestas.
¿Creyó que podría mantener a mi hijo en secreto?
Cómo se nota que no me conoce en lo más mínimo.
⬥⬥⬥
Una hora y media después, cuando casi me he vuelto loco por la ansiedad, Jeff regresa a mi oficina y me entrega un folio. Lo miro, luego al folio y de vuelta a él.
—Es toda la información de Shannon Roosevelt, desde información personal hasta detalles bancarios y últimos trabajos. —Por eso me cae bien Jeff, es muy eficiente—. También está toda la información del niño. Su acta de nacimiento está registrada con el nombre de su madre, no hay ningún otro hombre figurando en sus registros, lo que confirma sus sospechas, Sr. Presidente.
Al menos Shannon no le ha dado mi lugar a otro tipo o esto sería mucho peor de lo que pensé. Un punto bueno en un mar de problemas. Pero ni siquiera eso es capaz de mitigar mi malestar.
Tuvo a mi hijo y no fue capaz de decírmelo. ¿Esto es una especie de castigo por lo que pasó esa noche? Porque es algo extremista, nuestro hijo no tiene que ser parte de nuestros problemas.