Capítulo 4
Shannon
Tiene intención de hacerme sentir mal y lo está logrando.
Nunca, hasta ahora, me había sentido mal por haberle ocultado la verdad a Astor. Estaba tan centrada en mi dolor y resentimiento que hice a un lado lo que podría sentir él, y eso no me hace mejor persona.
Pero tenía miedo, no de que rechazara a mi hijo, sino que esto se complicara de peor forma que la última. No tengo intenciones de tener una relación con él sabiendo cómo acabó la primera vez, sin embargo, Astor siempre ha sido mi debilidad, y sé que, cuando lo viera interactuar con Matt, mi corazón se emocionaría y empezaría a creer cosas que no son.
Pero no son más que excusas pobres que no hacen nada para aliviar el sentimiento de culpa.
A Matt le han traído galletas y me han devuelto la maleta, así que puedo darle los juguetes que traje para que se distraiga mientras hablo con Astor. Ellos no han parado de hablar en ningún momento. Astor no entiende lo que dice, y no es fácil adivinarlo a menos que hayas pasado tiempo con él, así que tiene que preguntar cada dos por tres qué ha dicho. Pero es bonito verlos. Ellos simplemente han encajado, como un rompecabezas de dos piezas.
Mi hijo luce tranquilo, esta situación no lo ha afectado tanto como creí que haría. Él no sabe quién es Astor, no es el mejor momento para decirle, pero él nunca ha sido de esta forma con otras personas, mucho menos con los hombres que lo han rodeado desde que nació. El novio de Lisa, Sam, se lleva muy bien con Matt, pero no tanto como lo hace con Lisa, Johanna y yo. También está Cam, el esposo de Johanna, que es un hombre excepcional con todos sus hijos y trata a Matt con muy facilidad, pero es más de lo mismo, mi bebé no tiene confianza plena en él.
Y luego está Astor, a quien le hace preguntas y le cuenta sobre lo que está haciendo, cosas que han pasado en un período de una hora y media cuando mucho.
Supongo que es algo que se siente, ¿no? Matt debe intuir que Astor es su padre en su mente infantil.
Ahora, Matt está a unos metros de nosotros, jugando solitario en la alfombra mientras murmura cosas que no entiendo. Sabiendo que ha llegado el momento de la explicación, miro a los ojos a Astor, que ya me estaba viendo.
—Supe que estaba embarazada varias semanas después de que te fuiste —admito en voz baja—. Todos los días por las mañanas me despertaba con la cabeza metida en el váter mientras soltaba todo el contenido de mi estómago. Sin embargo, sabiendo que había la posibilidad de que estuviera esperando un hijo, me negué a hacerme una prueba. —Bajo la mirada a mis manos entrelazadas en mi regazo—. No quería creerlo.
—Lamento que hayas tenido que pasar por todo esto sola.
Se me cierra la garganta porque sé que se refiere a esa noche en la que nos separamos. Si las cosas hubieran ido de forma diferente, él habría estado conmigo esos días y yo no habría tenido miedo.
—El quinto día de dejar hasta el estómago en el váter, Lisa me obligó a hacerme una prueba. Ella sabía que solo estaba ignorando la situación porque no quería confirmarlo, así que compró una prueba en la farmacia el día anterior y me empujó hasta que terminé haciendo lo que ella quería. —Río, sacudiendo la cabeza—. Fue persistente.
Astor se mueve y levanto la cara para volver a mirarlo. Está sonriendo divertido, apoyado en el sillón, dando una imagen de tranquilidad. Sin embargo, lo tenso que tiene los hombros lo delanta.
—Lisa siempre ha sido de armas tomar. —Se cruza de brazos, dándole una mirada al niño cuando chilla de emoción con su propia historia, y vuelve a mirarme—. ¿Cómo llegaste a la conclusión de que no me merecía saberlo?
Es evidente la puya que lanza en mi dirección. Está enojado y no es para menos, pero por el bien de ambos voy a ignorarlo en este momento y a responder su pregunta como si no tuviera la intención de molestarme con ella.
—Estaba enojada, esa noche estaba fresca en mi mente y no te quería cerca. —Soy sincera, y estoy segura de que mi honestidad va a enojarlo por la crudeza con la que hablo—. Lisa insistió en decirte, pero yo estaba decidida y ella nunca iría en mi contra, incluso si no está de acuerdo.
Aprieta la mandíbula, el único gesto que demuestra su enojo. Se está conteniendo por el niño, y creo que, tal vez, lo mejor era dejarlo con Lisa para que nosotros pudiéramos decir exactamente lo que tenemos en mente sin nada que nos detenga.
Aunque, bien pensado, el niño es un buen punto medio. Ni él explota ni yo lo hago. De no estar aquí, cabe la posibilidad de que ya estuviéramos muertos.
—Eres muy egoísta, Shannon —sisea en voz baja—. Me perdí el nacimiento y los primeros dos años de mi hijo porque estabas enojada conmigo.
Tiene razón, fue por mi egoísmo, pero tampoco es que no se lo mereciera.
—Si la situación fuera al contrario, ¿tú me lo habrías dicho?
Aprieta los labios, apartando la vista. Por supuesto que no me lo hubiera dicho, es tan terco como yo. Además, las cosas que nos dijimos esa noche fueron muy hirientes y van a estar sobre nosotros el resto de nuestras vidas.
Pasan unos minutos en los que solo se oye a Matt hacer sonidos de explosiones y reír como un loco, perdido en su mundo. No tiene ni idea de la batalla que estamos librando Astor y yo, y me alegra que así sea.