Secreto Volk

1. York

Actualidad.


 

Llevo una semana escondida en este basural, rogando por que los Groms, no sientan mi estela, y no me encuentren, porque en el minuto en el que me encuentren mi raza estará extinta.


 

Los Volks, somos una raza pura, a diferencia de los Groms, nosotros ejercemos nuestro "poder" para cosas buenas.


 

Nosotros tenemos acceso a la única fórmula para desaparecernos de la existencia, lo se idiota, pero esa fórmula fue creada por casualidad y los Groms se enteraron de aquello, y como siempre hemos tenido una gran rivalidad, quieren obtenerla para desaparecernos.


 

Hoy en día solo hay una persona que conoce la formula, YO, pero porque sin querer la leí en el laboratorio de mi padre, antes de que el fuera asesinado.


 

La comunidad decidió que me tenía que alejar, para que esa fórmula no pasara a las manos de los Groms ya que ellos son capaces de controlar mentes, y podrían sacarme esa información. Por eso me encuentro en un basural.


 

Pero si ellos llegan a sentir mi estela, que cada Volk posee, y que los Groms son capaces de rastrear, mi raza desaparece.


 

He estado comiendo de la comida que tiran los restaurantes de la calle de al frente, tengo la misma ropa, que para el momento esta inmunda, aparte de que apesto, también he tenido que pelear con unos vagabundos, a los cuales vencí, para poder quedarme en el mismo lugar.


 

En toda esta semana no he sabido nada de la comunidad, ni de Max, ni de Gigi, y, a decir verdad, eso me aterra, porque antes cuando nos veíamos atacados por los Groms, y teníamos que separarnos, nos lográbamos comunicar mentalmente, al día siguiente de separarnos, pero ahora no puedo, ya que los Groms podrían sentirme más fácilmente, y BUM.


 

Decidí moverme de mi "escondite secreto" a una parte de la ciudad que sabía que estaba abandonada, así que tomé las pocas pertenencias que había logrado sacar en mi escape de la comunidad, y me dirigí al gran hoyo, que es como la mayoría de las personas conocía esa parte de la ciudad.


 

Al llegar al "hoyo" vi cuatro edificios abandonados, que, si no me equivoco, una vez, con la comunidad estuvimos a punto de corrernos para acá, pero terminamos yendo al Korso, que quedaba en la otra parte de la ciudad, y eran dos edificios abandonados, pero ambos tenían subterráneos que se unían, lo cual a los Jefes les pareció más practico, aparte de que el lugar era mucho más bonito.


 

Me dirigí a uno de los edificios del hoyo que tenía cuatro pisos y era de un color marrón claro. Subí al tercer piso y sentí unos ruidos extraños, lo cual me altero un poco, y decidí entrar en una pieza en caso de que fueran Groms, como para que no sintieran tanto mi estela, y estar preparada para atacar.


 

Sentí cono dos voces, ambas masculinas, se iban acercando cada vez más hacia donde yo me encontraba, así que traté de escuchar su conversación.


 

―Como vas a creer que Made, te va a engañar ―dijo uno de los hombres.


 

―Pero si te digo que Pedro me contó que a él le había contado Haru, que Made se había metido con otro ―le respondió el otro hombre, él cual tenia la voz muy grave


 

―No sé, yo creo que lo deberías hablar con Made... ¿No sientes un ruido?


 

Rayos debieron haber sentido mi respiración, o quizás los latidos de mi corazón que estaba palpitando muy acelerado.


 

¿Qué hago?


 

Lo primero que se me ocurrió hacer fue taparme la boca, como para suavizar un poco mi respiración, pero estaba tan alterada que sonaba igual de fuerte, y los dos hombres me encontraron.


 

―¿Quién rayos eres, y que haces en nuestra casa? ―me preguntó el de la voz grave.


 

―Primero, yo no sé si consideraría esto una casa. Segundo me perdí y entre acá, pero no era mi intención, lo juro.


 

―Bueno princesita, quizás si te enseñamos no vuelvas a perderte.


 

Dicho eso los dos, se empezaron a acercar a mí, agarrándome de los brazos y piernas, mientras que uno sacaba lo que parecía un cuchillo de su bolsillo, a lo que reaccione gritando.


 

―¡Aléjense, rufianes inmundos, no me toquen que me pueden pegar sus bichos!


 

―Pero princesa, si nosotros somos muy limpios, bichos no tenemos ―se burló de mí.


 

―Déjenme en paz ―les pedí de nuevo, no se me ocurría 


 

Me sentía muy amenazada y no sabia que hacer para defenderme, pero de algún modo mi cuerpo respondió instintivamente a mi situación, haciendo que le pegara un par de patadas a los hombres, provocando que me soltaran y se alejaran unos pasos de mí, impactados y adoloridos por los golpes.


 

―Oye Leroy, creo que vamos a tener que enseñarle a esta niñita a portarse bien.


 

Obtuve el último esfuerzo y lancé una onda de energía que hizo que 'Leroy' y su compañero se volvieran polvo, y yo no tenía idea de que era capaz de hacer eso.


 

¡Demonios! ¡Como rayos hice eso!


 

Lo siguiente que supe, fue que tenía una jaqueca horrible y que veía como todo mi alrededor giraba, hasta que caí al suelo golpeándome la cabeza.


 

Desperté muy desconcertada y sin la menor idea de donde estaba, hasta que repentinamente me acorde de todo, el basural, el hoyo, que es donde me encontraba actualmente, y los hombres que había evaporado, todo.


 

Mi pensamiento lógico me obligo a ir a la comunidad, y rápidamente tomé el paso en dirección a donde habían estado la última vez, porque supuse que seguirían ahí. Camine por dos horas y según el reloj de la ciudad estaba en la entrada del edificio a las seis de la tarde.




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