Cuando llegamos a la sala de la comida nos sentamos en nuestro clásico lugar y luego legaron Gigi con Mark, y como no, fui bombardeada por sus preguntas ¿Qué fue lo que paso? ¿Dónde has estado todo este rato? ¿Porque Red estaba tan enojado? ¿Estás bien?
Trate de responder lo que más pude, pero tenía constantemente la mirada de Red penetrándome, advirtiéndome que no digiera mucho, y le hice caso ya que no sabía que haría si no.
Comimos todos y luego Mark se tuvo que ir, y Max fue a la mesa de Red, lo cual me pareció raro, porque ya está bien, está bajo las órdenes de Red ahora, igual que todos, pero parecía frustrado, aparte de que toda la cena había estado actuando super raro, casi no había hablado, y eso no era normal de Max, al contrario, antes casi ni nos dejaba hablar al resto, de tanto que hablaba él.
Bueno como dije, nos quedamos solas Gigi y yo, y ella, por lo que podía ver, tenía una cara de preocupación enorme, aunque solo si la conocías te hubieras dado cuenta.
―Gigi ¿Que tienes? ―le pregunte un poco angustiada por ella.
―Mark está actuando muy raro, anoche estaba muy nervioso mientras veíamos la película, anteanoche paso lo mismo, como que me quisiera decir algo, pero no se atreve, y no sé si preguntar o no, porque tú lo conoces y sabes que es misterios, pero a mí me suele contar todo, y más si esta algo afligido, así que, que no me diga nada me tiene preocupada.
―Si quieres yo puedo hablar con él ―le ofrecí.
―No quiero meterte en nuestros problemas.
―Es casi que mi hermano, así que sus problemas me incumben, y más si sale con mi mejor amiga.
―¿Estas segura?
―Pero claro ¿Si no para que están las amigas?
―¡Te agradezco mucho! ―salto de su puesto y me atrapo en un cariñoso abrazo.
Cuando terminamos nuestra conversación llego Max, diciendo que me tenía que llevar de vuelta al cuarto de Red, y obvio, Gigi me miro con su cara de pervertida, y yo se la devolví con esa cara de "no es lo que tú crees" y me fui con Max.
En el camino al cuarto de Red me puse a hablar con Max, ya que es mi mejor amigo, y bueno, no hemos hablado mucho desde que llegué.
―Max ¿Como has estado? ―partí la conversación, rogando porque me dijera algo.
―Bien ―me respondió cortante.
―¿Solo bien?
―Sí
―Estas muy cortante ―le alegue.
―No tengo nada que decir.
―Como no vas a tener nada que decir, somos mejores amigos, algo me puedes decir.
―York, es mejor no decir nada ―me respondió como ausente.
Cuando me dijo eso, supe enseguida que Red se había metido en su cerebro.
―¿Acaso fue Red el que te dijo que no podíamos hablar?
―Pues claro que no, pero siento que este no es un buen momento para hablar de mi vida.
―¿Por qué no? ¿Estás en problemas? ¿Qué te está pasando? ―me estaba preocupando su tono de indiferencia, ese no era el Max que yo conocía.
―York, no me hagas preguntas que, por más que quiera responder no puedo.
―Pero como quieres que no pregunto si eres mi mejor amigo, y que me respondas de esta forma me preocupa.
―Digamos que en un tiempo más podré hablar contigo, y podré resolver todas tus dudas, o bueno la mayoría, la cosa es que tienes que esperar un poco más.
-Bueno, supongo que tendré que esperar, pero sabes que soy muy poco paciente, así que prepárate para que te moleste constantemente hasta que me respondas ―le dije dándole un pequeño golpecito con mi hombro.
―Bueno, y tú sabes que yo ya aprendí a evitar tu poca paciencia, así que, creo que estoy listo ―me dijo entre risas.
Pasamos un rato más caminando hasta que por fin llegamos a la pieza de Red, que, para ser una pieza de un jefe, quedaba bastante lejos de los lugares de socialización.
Cuando llegamos Max dio la contraseña para pasar, pero antes de que yo entrara a la pieza le insistí con la pregunta.
―Seguro que no me lo puedes decir antes eso que me vas a decir.
―Si, estoy seguro, pero creo que algo te podría adelantar un poco.
―¡¿Enserio?! ―pregunte emocionada.
―Sí
Lo siguiente que supe fue que Max con una mano me sujeto la parte baja de la espalda y con la otra la cabeza.
Se estaba acercando cada vez más a mí, y me estaba poniendo nerviosa, hasta que corto toda la distancia que teníamos posando sus labios en los míos.
Fue un beso extraordinario, se notaba que Max sabia besar, pero fue incomodo, ya que yo solo lo veía como amigo, así que a pesar de estar disfrutándolo un poco me separe de él.
―Max ¿Qué fue eso? ―le pregunte muy confundida.
―Fue un pequeño adelanto ―me respondió con una sonrisa quisquillosa en sus labios.
Quede tan impactada ante esa "revelación" de amor, que ni note cuando se fue y me dejo sola parada en la puerta de la pieza de Red, con aun más dudas de las que ya tenía.
No fue hasta que Miriam me hablo, que desperté de mi estado de transé.
―Señorita ¿Se encuentra bien? ―me pregunto tomándome de los brazos
―Rayos ―grité porque no sentí a Miriam, y me dio el susto de la vida―. Miriam, si estoy bien, y no me digas señorita, dime York.
―Okey seño... York ¿Vas a pasar?
―¡Oh! Si claro.