Secreto Volk

20. York

-¿Crees que tu estupida vida vale mas que la de ella?- me acerque al él

-Claro que vale mas, no era mas que una vieja

-Y tu no eres mas que un asesino, no mereces vivir

-Claro- se apoyo en el brazo derecho para levantarse un poco, pero no pudo -No merezco vivir, pero si me matas, no vas a ser mejor que yo

-Al menos mis motivos son los correctos

-Piensa lo que quieras princesa, pero quieras o no matarme te va a convertir en el monstruo que ves agachado junto a ti

No quería seguir escuchando sus palabras, porque sabia que mientras más lo pensaba, menos lo iba a hacer.

Concentre toda la energía, que estaba recorriendo mi cuerpo, en mis manos y vi como se formaban pequeñas ondas de energía, de color azul claro, por mis manos.

-Algo que quieras decir antes de desaparecer de por vida

-¡York! Por favor no hagas algo de lo que te vas a arrepentir más tarde- esa era Gigi, sentía su desesperación en su voz, estaba llorando

Decidí ignorarla, ya que si, quería matar al maldito bastardo, no merecía vivir, luego de haber matado a Milena

Imagine que tomaba su cabeza con mis manos y luego las separe bruscamente, logrando que su cabeza explotara, esparciendo pedazos de ella por todas partes, en la acera, en mi ropa, zapatos.

Mi estomago no se pudo contener y me obligo a vomitar, al ver, sentir y que tenia parte de su cabeza en mi cuerpo. Vomité mi almuerzo y bilis, ya que no tenia mucho comida dentro de mi.

-York- chilló Gigi, sentí como corría para acercarse a mi -Dios, cariño ¿Te encuentras bien? -tomo mi pelo con una mano y lo alejo de mi cara mientras seguía vomitando, y cob la otra me sobaba la espalda.

-Estoy bien, solo un poco de asco- trate de pararme y alejarme de su toque, pero fue imposible debido a que volví a vomitar

-Yo creo que deberíamos irnos al hotel, así York se puede relajar un poco- Mark se acerco y me paso un pañuelo desechable que tenia en el bolsillo.

-Gracias- lo tome, pero en vez de limpiarme la boca lo utilize para sacarme los pedazos de cabeza que tenia encima mío.

Nos encaminamos hacia el hotel, pero esta vez alerta por si a otro Gorm se le ocurría matar a alguno de nosotros.

••••••

Cuando llegamos a la recepción del hotel la gente que estaba esperando a ser atendida nos miro raro, yo cero que se debe principalmente a como estoy vestida, y que tengo sangre cubriendo varias partes de mi cuerpo.

Mark hablo con la recepcionista, que para el caso estaba vuelta loca, a miles de kilometros se podia notar el intento de coqueteo de la chica.

La recepcionista, rubia, alta, esbelta, regia, parecía sacada de esas revistas de moda de los Rolfs, le dio las llaves de nuestras habitaciones y tomamos el ascensor al décimo piso, que es donde estaban nuestras habitaciones. Eran dos, una para Gigi y Mark, y una para mi y Red, que supuestamente debería unirse a nosotros. Ambas habitaciones estaban juntas, así que no me preocupe de estar sola.

Entre a mi habitación y apenas cerré la puerta me empecé a sacar la ropa, el peto, las zapatillas, las calzas, todo, y me fui directo a la ducha, para relajarme después de este agitado día.

Mientras me duchaba me puse a reflexionar. ¿Red me ama? ¿Yo lo amo?

¡Pues claro que si tonta! Mi conciencia me gritaba que estaba enamorada de Red. Tenia que ser fuerte, decirle que también lo amo.

De un momento a otro mi expresión cambio drásticamente, de alegría a horror.

¿Mate a alguien? ¡Oh por dios, mare a alguien! Como fui capaz de matar a alguien, jamas había matado, ni siquiera a una mosca.

En el momento, no me sentía como yo, la que estaba en la escena era una York mala, rota, incapaz de ser racional, una York que le daba lo mismo si mataba a alguien o no.

El recuerdo de sus pedazos en cuerpo me revolvió el estomago y tuve que salir de la ducha, y acercarme al inodoro para vomitar nuevamente.

Después de que termine de vomitar volví a la ducha para terminarla. Relaje mi musculatura, lave mi pelo, mi cuerpo.

Apague el agua y salí de la ducha, me cepille el pelo con los cepillos que daban en el hotel, y luego me puse la bata en el cuerpo para que empezara a secar mi cuerpo.

Abrí la puerta del baño y cuando iba saliendo apareció Red, apenas lo vi me puse a llorar, y lo abracé como si fuera el último abrazo que le fuera a dar.

-No te atrevas a dejarme sola otra vez, le pegue suavemente en el pecho -¿Me oyes?

-Sí, alto y claro

-No me dejes otra vez, porque hago cosas escupidas y malas sin ti- Lo besé

Volvió a mi cabeza el recuerdo, tener tanta energía recorriendo mis cuerpo, en mis manos, sentirme poderosa, nada me podia, y luego, su cabeza explotando, a causa de mis poderes, mis decisión, mi imprudencia.

-Sabes que eres super bipolar

-Bueno tu me volviste así

- Supongo que tendré que amar y vivir con eso

-No podrías haber acertado mejor

Me pare de puntitas y con mis manos agarre su pelo haciendo que bajara su cara hacia la mía, y uni nuestros labios en un beso, un beso que partió suave, tierno, nuestros labios moviéndose juntos, como si pertenecieran juntos, destinados a estar juntos.

••••••

Me desperté y la habitación estaba inundada de sol, me senté en la cama y me gire para ver bien la habitación, y estaba sola, seguramente Red había ido donde Mark y Gigi.

Me dirigí a la ducha, para volver a sacarme los recuerdos de anoche, cuando salí de la ducha vi en una silla que estaba en la habitación un bolso con algo de mi ropa y busque un conjunto para ponerme. Me puse una polera con rayas y unos jeans rotos a la altura de la rodilla

Me dirigí a la habitación de Gigi y Mark y cuando toque la puerta abrió Gigi




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