Secreto Volk

29. York

-Débora. ¿La Débora que esta afuera, la misma que a estado con nosotros todo este rato?- pregunte con horror

-Si, la misma- le cayó una lágrima por la mejilla

Sentí un golpe fuerte en la puerta y me gire para ver que había sido, y me encontré con Graham que había abierto de una patada la puerta

-York, siempre tan predecible, usando su telepatía para hablar con Red, nos haces el trabajo mucho más sencillo- dijo con voz cínica

-Y tu, aun siendo el perrito faldero de Max, entiende aunque recorras el mundo entero por él, nunca se va a fijar en ti- le devolví el comentario

Claramente mi comentario no hizo mas que enfurecerlo y provocar que me pegara en la mejilla muy fuertemente.

-Cuida tus palabras, que ahora que tenemos la formula no te necesitamos viva, solo necesitamos tu sangre

-No se te ocurra acercarte un paso más a ella- Zed se paro en frente mío para protegerme

-O que, el niñito me va a pegar- hizo voz de niño, burlándose de Zed

Sin darme cuenta cuando, Graham empezó a doblarse de piernas mientras la gravedad lo empezaba a bajar, aunque él se resistía, pude notar que no era algo normal lo que estaba pasando, que estaba siendo empujado contra su voluntad.

-Se que no estas en condiciones de corre, pero necesito que te vayas donde las otras chicas, ahí vas a estar más segura, no se cuanto rato más podre contenerlo- Era Zed quien los estaba empujando hacia abajo. Supongo que era parte de su poder manejar la gravedad

Me pare como pude y trate de salir de la cabaña, pero cuando estaba llegando a la puerta todo empezó a girar, y empece a ver negro...

••••••

Cuando abrí los ojos estaba en el cuarto de la casa a la que nos acabábamos de mudar. Mire a mis alrededores para ver si había alguien cerca, pera no había nadie. Trate de llamar a alguien, pero mi voz no quería salir, era como si se hubiera desaparecido, como le que le pasa a Ariel en "La Sirenita"

Me pare lentamente de la cama ya que estaba un poco mareada, y veía un poco borroso.

Mire por la ventana, para tratar de ver que hora era, y supuse que ya era tarde ya que estaba todo oscuro.

-York, despertase. Me podrías explicar que estas haciendo de pie- notaba el todo de exasperación en la voz de Red

-Bueno, no veía nadie, y no me sale la voz, así que pretendía ir a buscar a alguno de ustedes.

Red se acerco a mi y me tomo en brazos, causando que yo pegara un pequeño chillido, y que pase mis brazos por su cuello.

-Bueno, ahora que ya me encontraste te puedes acostar de nuevo- me dio un beso rápido en los labios y me llevo hasta la cama.

Una vez que ya estaba acostada me tapo con el cobertor y se sentó al lado mío.

-¿Que hora es?- pregunte media adormilada

-Son las ocho de la noche-

-Entonces no dormí tanto- estaba aliviada de saber que no me había perdido tanto de estas últimas horas

-Del domingo- termino

¡Rayos! Dormí dos días seguidos, el alivio se me fue instantáneamente y empece a pensar en lo último que había pasado.

Tenia flashes, estar con Zed, ver su cuarto de tortura, enterarme de que eran los padres biológicos de Débora los torturados...

-York, cariño, no te comas la cabeza tratando de recordar todo- me tomo dulcemente de las manos y empezó a hacerme cariño- Dominic dijo que era poco probable que olvidaras algo, pero si iba a tomar tiempo recordar todo.

De cierto modo me tranquilizo saber que mis últimos no se iban a borrar, ya que eran los más importantes ahora.

-Creo que vamos a tener a Dominic como medico 24/7 con todo lo que me pasa- solté una risa

-Esa seria un buena idea, pero sabes que seria aun mejor- soltó mis manos y se apoyo al lado de mis piernas para acercarse aun más a mi, y dejar nuestros rostros a un par de centímetros -Podrías no meterte en problemas que posteriormente nos hagan llamar a Dominic.

Corto el espacio que nos separaba y poso sus labios en los míos. Cerré mis ojos para gozar más del momento.

Sentirlo tan cerca de mis activo todos mis instintos, pero en el buen sentido, hizo que sintiera un hormigueo en el estomago, ese que sientes cuando vez a la persona que te gusta.

Cuando se separo un poco de mi y abrió los ojos, pude notar en ellos un brillo que me hizo sonreír tontamente.

-Wow York, tus besos son increíbles.

Inmediatamente me sonroje, porque a pesar de que me había dicho cosas bonitas anteriormente, todavía no estaba acostumbrada a ese trato.

-¿Qué paso?- sonaba preocupado -¿Te quedaste pegada?

-Si, lo siento, es que todavía no me acostumbro a que me digas cosas bonitas

-Bueno, pues vete acostumbrándote porque de ahora en adelante solo te voy a decir cosas bonitas- me volvió a besar.

Este beso fue más intenso, más apasionado. Pase mis brazos por su cuello para acercarlo más a mi, y lo logre. Empecé a acostarme para quedar en una posición más cómoda y Red quedo encima mío.

Sus labios eran carnoso, de esos super besables y sabían a una mezcla de café con vainilla, y eso era perfecto. Sus labios se movían en conjunto con los míos, al ritmo perfecto, ni muy lento, ni muy rápido.

••••••

Desperté y me giré para ver el reloj que marcaba las seis de la mañana, así que trate de dormirme de nuevo, pero fue imposible ya que Red, que estaba al lado mío me empezó a dar pequeños besos en el cuello.

-Buenos- un beso -Días- otro beso -Belleza- un beso más

-Buenos días galán- me gire un poco y tome su cara en mis manos para darle un beso en la boca.

-Ya es hora de levantarse- me dijo luego de nuestro beso

-Son las seis de la mañana, todavía puedo dormir un poco más- cerré mis ojos y trate de dormir de nuevo

-No lo creo, es lunes, tenemos que ir al colegio

-¡Estas de broma!- me senté bruscamente en la cama, y muy enojada




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