Secretos

Capitulo 4- Fiesta

Viernes.

—No sé que ropa usar.

La habitación esta tan desordenado que parece que un huracán pasó solo por aquí, dejando toda mi ropa fuera del armario.

Hablo por vídeo llamada con Camille y Elissa que no pudieron venir a casa, tenían que empacar. Elissa saldrá mañana en la mañana justo antes del baile y Camille quiere tener todo listo para el lunes. Se va antes de lo previsto.

—Estoy pensando en no ir. —Me acuesto frustrada mirando al teléfono.

—Ni se te ocurra —Elissa me amenaza—, tenemos que ir, este será como mi baile. —Se cruza de brazos frente a la cámara.

—Y, tienes que tener más contacto con el chico que te tiene babeando desde hace un año ¿Entendido? —Mi amiga se hace una coleta a su cabello negro y largo.

—Pero...

—¡Nada de peros! —gritan al unisono como si lo hubiesen ensayado.

Corto la llamada y sigo buscando que usar. En mi armario todo es gris, negro o blanco, alguna que otra prenda de color hay por ahí, pero no es lo que más uso.

El chico que me gusta lleva siempre color en su ropa y las chicas con las que lo he visto salir usan colores pasteles. ¿Será hora de usar algo en ese estilo? solo para llamar su atención.

Con toda la inseguridad del mundo tomo un vestido rosa pastel del armario de mi madre, sencillo, unicolor de tirantes, pegado al cuerpo; unas zapatillas delicadas y sin nada de tacón.
Ambas tenemos una contextura delgada y somos pequeñas, ella un poco más alta que yo pero no por mucho.

 

Vestida, con un diminuto bolso de mano, doy vueltas por la casa sentándome en el sofá y siendo observada por dos pares de ojos.

—¿Qué? —pregunto a Lussy que me observa con más insistencia.

—Te ves bonita. —Sonríe.

—¿En serio?

En mi tono de voz se filtra la inseguridad.

—Noah, dile que deje de ser tan insegura. Mi hermana es la chica más linda que verás ¿Verdad que si? —Observa a su niñero con ojos brillantes de admiración hacia mi.

—Claro. —Sonríe—. Después de todo es tu hermana —dice. Le pellizca la mejilla—, y tu eres adorable, pero termina la tarea.

Lussy blanquea los ojos y continúa su tarea, más calmada.
La hora pasa volando mientras espero sentada en el sofá con la mirada clavada en mi teléfono celular. Escucho las constantes preguntas de mi pequeña hermana.

El celular de Noah suena con una vieja canción de rock que me hace observarlo.
Atiende su llamada levantándose del sofá dando un par de vueltas, sus respuestas son vagas y esquivas, hasta que cuelga el teléfono y me observa frustrado.

—¿Te importa quedarte un poco más? Tu madre tiene que quedarse una hora más en la tienda y mi turno de niñero termina en veinte minutos. —Me observa suplicante—. Hay un lugar donde debo estar...

Pero la verdad es que no, no puedo dejar a mis amigas plantadas. No puedo perder la oportunidad de conquistar al chico que me gusta.

—No puedo. —Hago una mueca.

En el momento en el que me va a reprochar, suena el claxon de mi amiga.
Me encojo de hombros y corro hacia la puerta principal susurrando un "Lo siento" antes de salir.
El me observa con la mirada perdida desde la puerta y luego escucho como la cierra tras de mí.

Camille baja del coche para hacer a un lado el asiento del copiloto y así yo puedo subir a la parte de atrás. Cuando me arreglo completamente en el, mi amiga me sonríe por el retrovisor.

—No te había visto tan diferente, me gusta, resaltaras, sólo... —Se gira y hace un pequeño esfuerzo para acomodar un mechón de cabello color miel detrás de mí oreja—. Listo, perfecta.

Elissa gira toda su cabeza hacia mi descuidando el volante, haciendo que el carro gire bruscamente hacia la derecha.

—¡Issa! —Me agarró fuertemente en el asiento.

Ella ríe un poco y toma nuevamente el mando para seguir conduciendo.

—Tranquilas, no estoy loca —dice riéndose un poco más.

—Sí, claro. —Camille peina su cabello cerciorandose de que estén aplacados.

El camino a la dirección que me había mandado Nick es bastante lejos, así que es una hora de camino escuchando el "GPS" del auto decir gire a la derecha, gire a la izquierda y ver cómo Elissa se equivoca escuchando la voz robótica.

Cuando por fin llegamos al camino correcto el reloj marca diez para las ocho.
Los árboles que rodean la entrada a la gran casa del lago, son imponentes. Elissa aparca al lado de un auto deportivo rojo que parece ser de una persona adinerada.

Bajamos observando todo con asombro. La casa está iluminada y muchas personas se ven dentro.
Trago saliva antes de arrepentirme de venir.

—¿Y si nos devolvemos? Quizás no encajamos aquí. —Toco la manija del auto.

Elissa camina al rededor del auto y me toma por el brazo.

—Tranquila cariño, entraremos y veremos que pasa, si no, nos iremos a casa ¿Bien?

Suspiro, Camille me toma por el brazo.

—Bien.

Caminamos hasta la entrada que tiene la puerta abierta, lo primero que noto es la iluminación. 
Una luz de colores simula una bola disco, las personas están sentadas o bailando.
La música es estridente pero no del todo mala, un ritmo que se puede bailar tranquilamente.

No me considero una chica tímida, pero tampoco extrovertida. Así que es posible que llegue a sentirme incómoda y querer salir corriendo o me anime a beber hasta montarme en una mesa a bailar.
Mis amigas me llevan hasta la cocina para conseguir licor, aunque es una fiesta de adolescentes, eso no puede faltar.
A lo lejos divisó mi objetivo, este lleva de la mano a una chica de cabellos rojos. 
Me desinflo y mis amigas lo notan.

—¿Qué te sucede? ¿Dejaras qué esa chica te desanime? Eso no significa nada, ve y hablale —aconseja Elissa.

—Pero... —digo sin convicción.

Soy una persona poco luchadora y me gusta darme por vencida bastante rápido, quizás sea una debilidad que deba mejorar.

—Nada de peros.



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En el texto hay: fantasia, romance, secretos

Editado: 28.11.2020

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