Secretos

Capitulo 11- ¿Quien eres?

Observó el extraño cuaderno que era de mi abuela, la tapa dura y de cuero no me deja saber que tiene dentro, la llave parece extraviada.

Los sonidos de todos afuera disfrutando de sus vacaciones me llenan los oídos, pero sencillamente yo no puedo salir.
Más allá de sentirme deprimida y aturdida por Nick, mi crush que no sabe que babeo por él. Estoy aquí, intentando descifrar la manera de abrir el cuaderno misterioso, misterioso por los intrincados diseños y la cerradura en el, y que no se que contiene.
La puerta de la habitación se abre y una cabecita se asoma viéndome con grandes ojos.

—¿Qué haces? —pregunta Lussy entrando por la puerta.

—Intento abrir este cuaderno. —Se lo muestro—. Era de la abuela.

Ella amplia los ojos emocionada.

—¿En serio? —Brinca, luego se da cuenta que no lo podemos abrir y se ve un poco triste—. Quería saber algo más de la abuela, yo casi no la conocí.

Rodeo a mi hermanita con un brazo.

—Bueno, la abuela era una mujer grandiosa, era fuerte y le gustaba cantar, además tocaba el piano, cuando lo hacía yo bailaba a su ritmo.

—¿En serio? No recuerdo mucho cuando bailabas.

—Hace años no lo hago, pero podría volver a bailar para ti.

—¿De verdad? —Brinca de emoción.

—Sí, si prometes no decir nada de que bailo a nadie.

—¿Por qué? —Frunce el ceño.

—Solo no lo hagas ¿Si?

Se queda pensando un momento, otra vez deseo saber leer mentes, es complicado vivir sin saber que piensan los demás.

Ella se levanta y antes de volver a fuera con todos se detiene y ve el libro.

—Deberías hablar con los chicos, alguno quizás sepa como abrir eso.

Sale por la puerta y yo me quedo pasmada, a veces no sé en que momento se volvió tan inteligente, tan vivaz, podría decir que es hasta más inteligente que yo, más ingeniosa.
Tomo una pastilla para no dormir, si, volví con eso. ¿Sabes lo inquietante que es despertar y no estar en donde dormías? Dudo que lo hagas.
Paso la pastilla con una bebida energética y tomó el libro en brazos, me detengo frente a la puerta y suspiro, es momento de enfrentar a los chicos.
Bajo las escaleras y me encuentro con que todos, hasta la abuela, están jugando a un juego de mesa.

-¡Zoey! ¿Quieres jugar? -Nick me observa y hace un gesto para que me siente a su lado.

Decidí dejar de sentir cosas por él, pero ¿Quién soy yo para despreciarlo?
Me siento a su lado, al parecer Wendy regreso a su casa.
Observó como Noah me ve fijamente, en su mirada se dibuja la palabra masoquista.

—Estamos jugando charadas. —La voz de Nick me saca de mis pensamientos—. Es por parejas ¿Quieres ser la mía?

Me atraganto con mi saliva y toso un poco, me pongo roja pero asiento con la cabeza.
Bien, quizás no sea la mejor idea del mundo aceptar jugar un juego donde podría verme como tonta, pero aquí vamos.

—Bueno, continua Noah y Lussy —dice la señora Roxane.

Lussy se levanta y toma un papel, tarda un poco más en leer lo que dice pero luego de un momento empieza a hacer sus movimientos.
Mi hermanita es muy buena jugando a las charadas, hace un movimiento de un pato y enseguida adivino, pero Noah tarda un poco más.

—¡Pato! —grita emocionado, sabe que la atino.

—Vamos nosotros —susurra Nick a mi oido mandando una corriente por mi espalda.

Me levanto y tomó un papelito, la abuela de Noah que es la que lleva el tiempo gira el pequeño reloj de arena.
Para mi desgracia me tocó algo muy difícil.
Estiro mi brazo simulando un largo cuello, todos me miran extraño, con mi mano hago el movimiento de una boca, en mi mente se entiende... Solo en mi mente.

—No entiendo, lo siento. —Nick hace una mueca.

Lo intentó de nuevo, ¿Cómo suenan las jirafas? Hago un sonido extraño intentado imitarlas comer, Dios mío que vergüenza.

—Se acabo el tiempo —dice la abuela de los chicos con cara de apenada—. ¿Qué intentabas imitar, cariño?

—Una jirafa. —Agacho la cabeza y me siento nuevamente.

Escucho como Nick se ríe bajito y lo que es solo su risa, se convierte en una risa colectiva, es oficial, todos se ríen de mí.
Sin hacer mucho drama solo tomo unas galletas en la cocina y me siento en la mesedora doble que hay en el frente de la casa, con vista al lago, como mis galletas mientras suelto un suspiro.
La puerta del frente se abre, no quiero ni ver la cara de Noah que debe tener, seguro se burlara de mis tonterías.
Al girar la cara me llevo una sorpresa, Nick me devuelve la mirada apenado mientras se sienta a mi lado.

—No... No pensé que te molestarías por mi risa —dice con cara apenada-, lo siento.

—Tranquilo, no pasa nada, de todos modos todos se burlan de mi a veces. —Me encojo de hombros.

—Te quería preguntar algo.

—Dispara.

Meto una galleta en mi boca y lo observó, el se acerca un poco más.

—¿Por qué te fuiste molesta ayer en la tarde? Luego del lago... Del beso con Wen...

Lo interrumpo.

—Si, sé a que te refieres. —Aclaro mi garganta ganando tiempo, necesito pensar que decirle—. Discutí con Noah.

—¿Segura? -pregunta, se acerca un poco más—. Pensé que podría haber sido por mi beso con Wendy, que te habías molestado y...

—¿Por qué debería molestarme eso? Tu y yo somos amigos, no te gusto y...

La situación es de lo más ilógica, el chico que me gusta, es decir mi crush el mismo que beso a una chica ayer, me besa a mi ahora.
Es un beso suave y para ser sincera al principio me sabe a gloria, esa sensación de estar en una montaña rusa, de euforia, de que se puede acabar el mundo y no me importaría, pero rápidamente me parece que falta algo, sin mentir, Nick besa muy bien, pero me resulta que no hay... No sé.
El beso termina y nos separamos, sus ojos brillan y mi corazón está acelerado, pero lo único que puedo preguntar es:

—¿Por qué?

—Te gusto, ¿No?

—¿Quién te lo dijo? —Me levanto nerviosa de la silla y me alejo de él, no es posible que alguien le haya dicho, no puedo creer que alguien me haya delatado.



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En el texto hay: fantasia, romance, secretos

Editado: 28.11.2020

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