Después de despertar de un sueño profundo, uno de esos que no tenía hace mucho tiempo, que no disfrutaba.
Me siento en la cama observando a la nada, analizando mi vida nuevamente, dándome cuenta de algo... ¿Y si quiero volver a la tierra? ¿No podría? ¿Mi estadía aquí es permanente?
La tristeza intenta instalarse en mi corazón, pero la ahuyento de inmediato y me levanto de la suave cama que ahora es mía. Todo ha cambiado, está es mi nueva vida, debo aceptarlo y seguir.
Mamá me abandonó, la abuela me obliga, aunque no esté, a vivir esto.
Abro el armario que ocupa una gran parte de la pared de mi nueva habitación, un sin fin de ropa color violeta intenso me deslumbra, vestidos, camisas y faldas, lo único diferente son los pantalones, hay pantalones negros de cuero. Toda la ropa es exactamente de mi talla, es como si hubiesen sabido que veníamos.
Tomo dos prendas, una chaqueta de cuero violeta que hace juego con el pantalón negro del mismo material, será difícil acostumbrarme a vestir de color.
Tomo una ducha tibia y me visto, observó el reloj que está en mi habitación, las cinco de la mañana, quizás si me acuesto otro poco pueda dormir.
Estiro mi cuerpo en la cama y cuando estoy a punto de tomar el sueño, una alarma que yo no coloque, suena.
—Maldita sea.
Tocó el reloj para apagarla y vuelvo a levantarme, tendré que comenzar el día.
Bajo las escalera y preparo el desayuno, aquí la comida es más orgánica que en la tierra, todo es más fresco apesar de estar en el refrigerador.
—Buenos días. —Escucho como Lussy se sienta malhumorada en la mesa.
—¿Dormiste bien?
—Si, hasta que sonó esa estúpida alarma —responde malhumorada.
Le pongo la comida en frente y me siento con ella, escucho golpes en la madera de la puerta. Con el reconocimiento de que es Noah, la abro con una sonrisa en los labios.
—Buenos días.
—Buenos días, pequeña —dice, su rostro es de cansancio.
Le hago espacio para que entre, lo observó detenidamente, su ropa es la que dijo Anely seria la de los Innifus, el negro resalta su piel blanca y su cabello alborotado en la frente, el cuero hace que se vea más rudo.
Camina como si estuviese en su casa y se sienta con nosotras a la mesa, acostumbrándome a su presencia constante en mi vida, le sirvo un plato y todos comemos juntos.
Mientras él esta distraído, yo le doy pequeñas miradas furtivas, entre ellas noto algo que me deja perpleja e intrigada.
—¿Tus ojos no eran violetas? —digo después de observar en él, unos ojos café.
—Uso lentes de contacto.
Lo observó masticar.
—¿Por qué?
—Mi abuela me dijo que los usará, todo pasó desde que encontramos a Amiel, ella se comportó diferente.
Él concluye la conversación metiendo en su boca otro bocado de comida.
Terminamos de comer y la puerta suena nuevamente. Corro para abrirla, está vez frente a mí se encuentra Anely.
Entra a la casa y nos sonrie a todos, junta sus manos y nos habla.
—Bien, hoy es el primer día de todos en la escuela, Lussy se podrá incorporar a las clases de los niños de su edad, pero ustedes dos empezarán clases con los demás reintegrados.
—¿Existen más recientes? —interrumpo con mi pregunta.
Lo piensa un momento.
—Si, hay varios chicos que se reintegraron antes que ustedes. Las clases comienzan en una hora, de aquí podemos ir caminando. Luego de que aprendas a usar tu don —me habla a mi—. Se te asignará un prototipo de aerodeslizador, es lo que usan los Arauzys para desplazarse más cómodo.
Noah observa hacia abajo pensativo, está así desde que llegamos, aun no ha tenido tiempo de buscar a su hermano, cuando terminemos las clases intentaré idear un plan a ver si logro animarlo un poco.
Salimos por la puerta y todos caminamos por las calles de piedra, pequeñas casas se dibujan en el panorama, a medida que vamos avanzando se extienden imponentes edificios.
Varias cuadras más adelante Lussy le pide a Noah que la lleve en su espalda, retomada la marcha y mi hermana adormilada, hago una pregunta a Anely:
—¿Nos quedaremos para siempre aquí?
—Si, ¿Qué esperaban? Después de llegar aquí no hay forma de irse.
—Pero mi abuela salio.
—Eso fue un error —susurra cuando pasamos frente a otras personas—. Ella desafío a los reyes y por su culpa murieron.
Al terminar la frase se tapa la boca, parece que dijo algo que no podía decir.
—¿Cómo murieron los reyes? —pregunto intrigada.
Observó de soslayo a Noah que va con la mirada pegada al suelo, pero me parece que está escuchando todo.
—Todo se les contará en la clase de historia, por cierto, su horario será entregado al llegar, asi que los guiaré hasta la oficina y de ahí estarán solos —concluye y se aleja caminando varios pasos adelante.
El silencio se prolonga y la caminata se hace más larga e incómoda.
Esta dimensión tiene ciertos rasgos del tiempo medieval en la tierra, con toques actuales, las estructuras tienen detalles únicos en cada una, sea casa o edificio, es como caminar por un museo con el tamaño de un gran reino.
Las personas que caminan por las calles, las mujeres con carriolas, los niños que reparten periódicos, los vendedores ambulantes, todos me hacen sentir que no he cambiado mucho el lugar al que debo llamar hogar, pero el hecho de que no se mezclen sino para lo necesario, que usen un color específico para diferenciarse me hacen anhelar un poco la libertad.
Nos detenemos en el gran edificio donde dejamos a Micka ayer.
—No te preocupes, hable con mi hermano, el ayudará a que Lussy se adapte, la Academia de magia elemental queda más adelante, siganme.
Noah baja a Lussy de su espalda, ella se ve adormilada y un poco desubicada, por la puerta sale Micka y la guía hacia adentro con una sonrisa.
Avanzamos el trecho que falta a paso rápido, entramos de inmediato a un edificio enorme similar a la escuela de Lussy. Los pasillos están atestados de adolescentes y niños un poco mayores, Anely nos guia por un sin fin de pasillos iguales, todos blancos y sin gracia, tal, como un edificio educacional.
Nos deja en frente de una puerta y se despide.