Secretos

Capitulo 21- Detrás del muro

—Novakwies está en guerra, una guerra pasiva, como ven, pero los gobernantes hacen todo lo posible para entrenarlos y tenerlos atentos. —La profesora Paula se pasea por el aula mientras dicta la clase de historia.

—Hace mucho tiempo cuando solo conocíamos la dimensión donde nos encontrábamos, el rey de la dimensión Desky comenzó a descubrir que podía viajar a otras, fue tomando cada una que encontraba como propia, pero, se encontró con que los Novakwianos no somos dóciles. Se toparon con los primeros pobladores, elfos, hadas y ninfas puros, con una magia elemental mucho más poderosa.

«La guerra fue reñida, hasta que notaron que no podrían ganar, sin embargo desde ese entonces cada diez año atacan. Este en el trono el rey que este, aunque aún falta un año, entrenamos a cada uno de nuestros jóvenes. Se construyó una muralla y hay sistemas de seguridad en todo el reino.»

Trago saliva, se me hacía un poco extraño que tuviéramos que entrenar, ahora todo tiene sentido, con una guerra latente nos entrenan para que todos podamos defender, aún me queda una duda y la expongo a la profesora, luego de levantar la mano, me sede la palabra.

—Si las razas iniciales, son de los elfos, hadas y ninfas. ¿Como llegamos los mestizos?

—Con la guerra, llegaron los humanos de la dimensión Desky, muchos de los nuestros se enamoraron y así se mezclaron, al principio se pensaba que eran sólo humanos, hasta que a los dieciséis se desarrollaron sus dones, todo dependiendo de quienes eran sus padres —responde la profesora—. Muy buena pregunta Zoey, ¿Alguna otra?

Pienso mis dudas, desde que he aprendido lo que he aprendido.

—¿Hay muchos de los nativos originales o solo son pocos?

—Las mezclas han hecho que a lo largo de la historia nos hayamos disminuido, no nos hemos extinguido, pero si disminuido.

Vuelvo a levantar la mano para otra pregunta, el salón hace un pequeño quejido al unísono, pero la profesora no hace caso.

—¿Si? Zoey.

—¿Por qué no podemos mezclarnos entre razas?

—Una buena pregunta y esto va para todos, rompe la ley, está estipulado que entre razas no podemos juntarnos, porque se crearían dones que nadie sabría dominar. —Hace una pausa, con tristeza vuelve a hablar—. El que rompa esta regla será asesinado junto a su descendencia.

Con estas palabras toda la clase se queda en un silencio sepulcral.
El timbre hace acto de presencia y salimos del aula, Noah a mi lado va un poco distraído observando el horario.
Parece ser que lo dicho por la profesora lo afecto, y no voy a mentir, a mi también, pero uno de los dos tiene que llevar mejor las situaciones.

—Tenemos laboratorio —dice, sigue caminando.

Él se tomó el tiempo de recorrer un poco la academia, así es que sabe donde queda cada cosa, por otro lado, yo no sé dónde queda nada, por eso él es mi guía. Caminamos por los pasillos y nos detenemos en la puerta abierta de un aula, hay unas mesas largas con banquillos, en frente de cada una hay implementos de laboratorio.


Una mujer está sentada esperando a los estudiantes, es mucho más pequeña que todo el mundo, inclusive más que yo.
Entramos, nos sentamos en una mesa al frente. Faltan alumnos a nuestro al rededor y hasta que no estuvo llena el aula, la pequeña mujer no prosiguió:

—Buenos días y bienvenidos, como dice en su horario estamos en la clase de laboratirio, hoy aprenderemos lo básico para hacer pociones. —Camina en frente de nosotros.

Ya nada me sorprende en está dimensión, crear pociones, magia elemental, guerras, todo es tan surrealista, ni en mis sueños más locos he pasado por algo así. Hablando de sueños, desde que llegué no he tenido ni uno.

—Abran su libro en el capítulo uno, aprenderemos a hacer pociones sanadoras.

Alguien más que yo levanta la mano y hace la pregunta que tenía guardada en mi mente.

—¿Usted qué es? —La chica se ve apenada luego de realizar tan imprudente pregunta.

—Soy una ninfa. Las ninfas del bosque, fuimos traídas a esta institución para instruirlos en nuestro bello arte de creación de pociones. Preparen los implementos explicados en el libro.

Hacemos lo que dice, Noah toma los implementos de la mesa y se concentra leyendo, yo me distraigo un poco observando cada uno de sus movimientos, sus expresiones, hace dias que se hace inevitable verlo diferente, quizas no había visto más allá de Nick, pero, aunque ahora lo veo diferente, no quiere decir que me sienta atraída hacia él.

—Coloquen en el recipiente con agua hirviendo, dos raíces de jengibre, una de diente de león y pétalos de flores de lavanda.

No había notado que Noah había colocado el recipiente en la cocinilla, hace lo que dice la ninfa y coloca los ingredientes de a poco.

—Esperen que se diluyan un poco los ingredientes y los colocan en los frascos de vidrio frente a ustedes.

Él hace lo indicado y lo enfrasca, su concentración y silencio me asombran, parece querer olvidarse de todo y por ello utiliza esta clase para perderse mentalmente, observó cada movimiento, cada respiración, como quien quiere entender a alguien o algo, y eso quiero hacer, descifrar a ese chico dulce y a la vez distante, comprender que trae en su cabeza.

Últimamente me cuesta concentrarme, solo asimilo lo que va sucediendo a medida que voy avanzando en esta dimensión sin sentido.
Suspiro, debo aprender a hacer estas cosas, para eso estoy aqui.

Entro nuevamente en modo automático, camino por los pasillos al terminar la clase, Marisol y Domenica no aparecieron a nuestro encuentro, recuerdo haber declinado su invitación para comprar el vestido hoy, hemos quedado en buscar a Nick, pase lo que pase. Así que en su lugar les pedí que cuidaran a Lussy, aceptaron encantadas y sin preguntar, lo que me alegra mucho, porque no sabría que responderles.

Ajustó mis bota, Noah frente a mi observa detenidamente el gran muro, alto e imponente. Ocultos de toda vista, inmersos en el gran bosque tras nuestras casas.
El sol del final de la tarde se dibuja naranja entre las montañas, más allá del muro, en libertad. El poco tiempo que llevo aquí empieza a hacerme sentir oprimida, tantas reglas y horarios, creo que mi sangre rebelde añora la libertad de ir a donde quiera, con quien quiera.
Y quizas es por eso que estoy rompiendo las reglas, casi empieza el toque de queda y estoy con un Innifus, como si fuera poco apunto de saltar el muro.
Hace un puente con la mano.



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En el texto hay: fantasia, romance, secretos

Editado: 28.11.2020

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