El cielo es de un azul precioso, nubes gordas y blancas invaden gran parte de el. Hace un día mágico e impregnado de tranquilidad, el sol brilla iluminando toda la tierra de Novakwies frente a mis ojos.
Y aunque estoy un poco asustada aún, por lo que sucedió ayer, mi día es perfecto junto a Lussy, Noah nos sigue de cerca.
Mi hermana camina animada por las calles de piedra, va tarareando una dulce melodía, la música me recuerda a Nick y se me encoge un poco el corazón.
Saco una galleta de mi frasco. Sonrío por el dulce sabor que inundan mis papilas gustativas, ositos de chocolate y vainilla. A pesar del día soleado no hace calor, por eso puedo andar tranquila con una sudadera violeta, debajo de ella llevo la ropa deportiva, hoy toca entrenamiento.
—¿Qué hicieron Noah y tu ayer? —susurra Lussy.
Una galleta queda a medio camino de mi boca, el recuerdo de las luces y las personas persiguiéndonos me causan un poco de temor. Trago saliva.
—Solo fuimos a conocer la ciudad.
Para llegar a la escuela de Lussy y la academia de magia elemental debemos cruzar una hermosa plaza, por lo general está tiene personas vendiendo cosas, niños jugando, pero hoy está vacía.
El augurio de algo más impregna el aire pero no puedo hacer más que seguir caminando.
Al llegar a la academia, Marisol y Domenica me esperaban sentadas en un banco.
—¡Zoey! Creo que hoy podemos comprar el vestido ¿Verdad? —Mi compañera Arauzy brinca muy animada.
Puedo observar que Dome no está muy contenta, desvío la mirada hacia donde ella está mirando fijamente y sólo puedo encontrarme con dos chicos Innifus hablando, detrás de ellos un hombre vende helados, todo encaja, la chica quiere comer. Me encojo de hombros e inmediatamente, Marisol vuelve a hablar:
—Dome puede venir, que sea una Adacuare no quiere decir que no pueda venir a la tienda con nosotras. —Sonrie—. ¿Verdad, Dome?
La aludida desvía la mirada, apenas un segundo hacia nosotras y asiente.
—Esta bien, después del entrenamiento iremos, pasaremos por Lussy antes.
—¡Si!
Suena el timbre, brincamos bajo su sonido, dejo a las chicas atrás y entro al edificio, puedo ver a lo lejos como Marisol le dice algo a Domenica, está última se queda sentada unos minutos más, observando lo que sea que atrae su atención y luego entra como todos.
Las clases transcurren aburridas y lentas, historia, las muy bien conocidas por todos matemáticas, literatura y mi favorita entrenamiento.
Entrenar es algo que se me da muy bien, Noah mi compañero en lucha es uno de los mejores y a mi lado hacemos un equipo invencible.
—Buenos días, queridos alumnos, lamento informarles que tendremos que cambiar los métodos de la lucha cuerpo a cuerpo... —Se interrumpe por un momento y luego continua—. Todas las parejas serán cambiadas, se luchará raza contra raza, sin excepciones.
Un revuelo de molestia se escucha en todo el espacio, el sonido acaba en el momento que alguien con mayor autoridad que el profesor Frederic entra al aula.
La hermosa princesa de cabellos negros y ondulados camina recorriendo todo el centro del aula, no viste sus vestidos, trae un uniforme de combate, la ligera camisa de algodón y un pantalón bien ajustado de cuero, define bastante bien su esbelto pero curvado cuerpo.
Por mi mente pasan infinidades de razones por las que puede estar aquí, entre ellas a anunciar que nos vieron y llevarnos a no sé dónde, pero interrumpe mis pensamientos y su silencio, cuando su hermano se aclara la garganta.
No había notado que el joven y atractivo príncipe que lleva al igual que su hermana un traje de combate, ambos de color del oro.
—Bienvenidos, majestades. —El profesor Frederic, hace una reverencia y todos los demás lo seguimos.
—Como sabrán —La voz de la princesa resuena en todo el lugar—. Queremos que todos los jóvenes, estén entrenados por los mejores profesores. Que mejor que Frederic, el entrenador real, hoy decidimos darle una demostración de lo que la realeza sabe hacer. Luego pasarán uno a uno a una pelea contra mi hermano y yo.
Cuando la princesa Alheli termina de hablar, su hermano toma la palabra.
—Las chicas pelearan conmigo y los chicos con mi hermana, aquí todos somos guerreros e igualitarios. Ningún peón es debil por su género.
Concluido eso empiezan a llamar a todos por una lista, intercalan encuentros con la princesa y con el príncipe. Ambos son muy buenos peleando y eso me pone nerviosa, nunca he peleado con nadie más que no sea Noah.
Mis manos empiezan a sudar y me desespero cuando casi todos han subido al ring, observó a mi al rededor y de los chicos sólo queda por subir Noah. Somos más chicas, aún quedan dos más a demás de mi.
Observó como Noah, sube nervioso al ring, la princesa le sonríe coquetamente.
Comienza la danza para definir quién ataca y quien defiende, la estrategia de Noah, siempre es atacar primero, lo he podido notar los últimos entrenamiento. Pero con esta nueva contrincante lo veo menos decidido a atacar, más reservado, ¿tendrá miedo de atacar y hacerle daño a la princesa? Parece una imposibilidad total. Nadie que ha luchado contra ella ha ganado, ella los vence a todos sin piedad y sin mucho esfuerzo.
Observó como ella pierde la paciencia y golpea primero, una patada viaja directo a la cara de mi amigo, este la esquiva y hace un movimiento lento que casi agarra el pie de su contrincante, si hubiese logrado su objetivo esa lucha hubiese acabado allí.
Noah suda y la princesa empieza a verse cansada minuto tras minutos de este baile. El ambiente intenso, los nervios de puntas y todos mordiéndonos las uñas a la expectativa de quien ganara está vez.
Noah lanza un golpe que se estrella directo en el estómago de la princesa, está queda sin aire pero eso no le impide devolverle el golpe a su atacante.
Los movimientos favoritos de la princesa son sin duda las patadas, luego de una de esas, se aleja cojeando un poco, el ambiente se tensa más, parece que la princesa que también es la reina de la lucha el día de hoy, será destronada por Noah. Este último, apenado se acerca a ella, mi dulce y piadoso Noah, antes de que llegue a ella, realiza una serie de golpes y deja a su contrincante en el suelo.
La princesa sonríe y ayuda a Noah a levantarse.