—¡Encontré algo! —Domenica dice desde el sofá.
Aún buscamos en los libros algo que nos ayude ahondar más en el tema de los entes oscuros en sueños. Domenica y Sol decidieron quedarse a pesar de que ya pasó el toque de queda. Por lo visto nadie lo respeta.
—¿Qué dice?
—Pues dice así: Los sueños son algo poco conocido. El mundo onírico ha estado presente durante siglos en cada uno de nosotros, pero las personas que pueden adentrarse lucidamente en ellos tienen la capacidad de ver otros entes, así llamados entes oscuros. Los entes oscuros suelen ser prisioneros de demonios poderosos. El demonio posee a una persona y aplasta su individualidad hasta llegar a apagar por completo al sujeto.
Dome levanta la mirada de su lectura observandome con un poco de condescendencia. Trago saliva.
—Continua, por favor.
Lussy se abraza un poco más a mi y ella continua su lectura.
—Suelen tomar personas abandonadas y que nadie extrañara, haciéndolos tomar la forma del ser querido del afectado, para luego así introducirlos en sus sueños. A pesar de que los sueños son lúcidos, no pueden hacer daño físico o no está comprobado que sea posible. Pero si pueden causar daño psicológico e intentar tomar el cuerpo de la persona que quieran afectar.
Desvío la mirada y suspiro. ¿Esto es lo qué quiere el ente que de encuentra en mi sueño? No tengo dudas de que Amiel es la que está poseyendo a esa pobre persona.
—¿Por qué no es igual a Noah? —pregunta Sol.
—No lo dice.
Todas nos cansamos de leer y escuchar sobre eso. Decidimos subir a las habitaciones y dormir, aunque a escondidas yo compré unas pastillas nuevamente para evitar esto.
Unimos mi cama y la de Lussy haciendo una cama más grande, así todas nos podemos poner más cómodas. Todos se acuestan y apagan la luz.
El silencio se filtra por la habitación en el momento en el que ellas caen en los brazos de Morfeo. La pastilla hace efecto y estoy despierta y alerta.
Después de una hora de ser atormentada por mis pensamientos estando acostada, decido levantarme y comer algo. Si pasaré la noche en vela, debo hacerlo haciendo algo que me gusta.
Me siento en el sofá y como galleta tras galleta mientras me obsesiono con lo leído. ¿Por qué mi vida no puede ser normal entre lo absurdo? Ya estoy harta de tener tanta mala suerte como para atraer a un demonio.
Tomo un vaso de leche y remojo algunas galletas hasta que un ruido me sobre salta. Me asomo por la ventana, paso detenidamente mi mirada por todo el lugar y me sorprendo al ver algo diferente. Una innifus pelirroja camina hacia el costado de mi casa. Se pierde en la oscuridad. Corro a la otra ventana y la sigo con la vista.
Esta sube por el árbol que da a la ventana de mi habitación y hace un sonido de frustración antes de bajar. Algo me dice que está buscandome así que me siento en el sofá y finjo comer mis galletas. Sé que su mirada se posa en mi desde la ventana, la siento. Es como si su mirada tuviera fuego, pero pese a lo que yo pensé que podría suceder, se aparta y se va.
Dejo escapar aire de mis pulmones, ¿Por qué me vigila? ¿Es solo a mi? Me preocupa que estén sospechando que Noah y yo tenemos algo. Aunque en realidad no hay nada más que una amistad.
La noche continua tranquila y yo no duermo nada, solo leo libros extraños que no dicen más de lo que ya sabemos.
Observo como las chicas bajan las escaleras en el momento en que se hace de día. Sol y Dome me da una mala mirada, una que no entiendo ¿Qué hice ahora?
La puerta suena, me levanto mientras Domenica se dirige a la cocina.
—¡Buenos días!
Noah con un gran peluche me saluda desde la entrada.
El corazón se me va a salir del pecho en cuanto veo al gran regalo, no es algo que yo pediría... Pero si él trae algo así para pedirme ser su novia, obvio aceptaría.
—¿Y Lussy?
Todas mis esperanzas de declaración algo referente a estar con él se van por el caño. Pero claro ¿Cómo había olvidado el cumpleaños de mi hermanita?
Mi plan es hacer la fiesta sorpresa el sábado, es decir, mañana. Despejó mi mente y hago que Noah pase haciéndome a un lado. El oso es tan grande que casi no cupo por la puerta.
La cumpleañera baja las escaleras con cara de somnolienta, pero el sueño se disipa de su rostro al momento de ver semejante peluche.
—¿Es para mí? —pregunta dando saltitos.
—Sí.
Mi hermana salta de felicidad y le arrebata el regalo a Noah abrazándolo.
—Feliz cumpleaños, pulga.
—¡Gracias, gracias!
Puedo ver cómo todos mis amigos le tomaron cariño a mi hermanita. Se ha sabido ganar el corazón de todos con sus sonrisas y comentarios sabios, más que mi hermana, es la de todos. Así que todos se reúnen a su alrededor y formamos un abrazo grupal.
Desayunamos rápidamente después del momento emotivo, Lussy ya tiene ocho años y va creciendo muy rápido. Caminamos por las calles hacia la academia tranquilamente. A mi memoria viene algo de la noche anterior ¿Qué hacia esa chica rondando mi casa? Guardo mi pregunta para hacerla luego a Noah.
La clase comienza como la mayoría de las clases de entrenamiento.
—Zoey, Marisol ustedes dos al ring. Noah, Alice serán el equipo contrario.
Aire contra Fuego.
Recuerdo haber visto este tipo de escenas en películas, incluso libros, pero nunca jamás me imaginé vivirlas. Me preocupa el hecho de que Noah no sepa utilizar su don y salga lastimado. Aunque también tengo miedo por mi, el fuego hace más daño del que puedes imaginarte.
La lucha comienza por mi amiga haciendo un pequeño remolino con su mano y enviandolo al grupo enemigo. Alice, la chica acosadora, esquiva el remolino haciéndose a un lado. Este se estrella contra las cuerdas y se desvanece.
—¿Es lo mejor que puedes hacer?
La pelirroja se ríe.
Con una mano la chica enciende un fuego naranja y lo lanza con todas su fuerzas directo hacia mi rostro. No estoy entrenada, no sé que hacer y no sé de dónde sale pero mi respuesta es apagarlo con una ráfaga de viento.