Secretos

Capitulo 31- Encerrada

Despierto con ruidos en la planta baja de la casa, golpes y gritos. Con el corazón acelerado bajo las escaleras desorientadamente.

La escena que se dibuja en la sala me descoloca. Diez guardias reales se llevan a la fuerza a mis amigos. Los chicos dan pelea pero terminan siendo golpeados. Noah es el que se encuentra peor, tiene un ojo morado y se mueve como si le doliera todo.

—¿Qué está pasando aquí? —pregunto entre gritos.

—Han violado el toque de queda —grita un guardia—. Y estos dos. —Levanta por los cabello a Domenica que tiene lágrimas en los ojos y las manos atadas. También levanta a Nino—. Estaban teniendo sexo cuando llegamos, rompiendo la ley. Serán arrestados todos los que se encuentren en esta casa.

Lussy baja las escaleras corriendo, asustada. Se acurruca en mis brazos mientras el forcejeo continua.
Levanto su rostro y hago que me observe. Lágrimas caen por sus mejillas y me rompe el corazón que esté pasando por todo esto.

—Tendré que ir con ellos, ve a casa de Micka y dile a su hermana que yo te mande. Quedate allí por favor.

Los guardias dejan que mi hermanita salga corriendo por la puerta. Me parte el alma que nisiquiera puedo acompañarla por las calles oscuras, solo puedo rezar porque llegue bien. Lágrimas corren por mis mejillas. Entonces Domenica era la chica del otro banco. Dios mío Dome porqué no me dijiste nada.

Un guardia se acerca a mí y a diferencia de los demás yo no pongo resistencia.

—Tienen que venir todos con nosotros, están todos arrestados.

Somos arrastrados hasta unos grandes automóviles como el que utilizaba Edwar el día del baile. Los vecinos observan fuera de sus casa, algunos con caras sorprendidas y algunos con una de que ya se lo esperaban. El viaje dura poco pero no puedo parar de llorar. Se avecinan cosas malas, se me viene el mundo encima y no sé cómo detenerlo. Solo horas antes había estado feliz, besando al chico que me vuelve loca y ahora condenaran a una de mis mejores amigas por algo muy similar.
Que injusticia es no poder enamorarse de alguien de otra raza. Que injusticia todo lo que está sucediendo.

El auto se detiene frente al palacio, somos arrastrados por los pasillos, bajando escaleras tras escaleras. Todo hasta llegar a un calabozo frío y sucio hecho de piedra. Recuerdo haber visto lugares así solo en películas, nunca imaginaba que tendría que vivir para caer en uno igual.

—Pasaran el resto de la noche aquí. Esperen que las princesas y el príncipe sean piadozos. Pero... —Señala a Domenica y a Nino que están abrazados en una esquina—. No les queda mucho tiempo.

Trago saliva recordando lo sucedido con aquellos chicos del baño. No puedo evitar llorar, son tantas lagrimas que nublan mi vista haciéndome difícil ver hacia dónde voy. Me acerco a Domenica y la abrazo. Sol hace lo mismo y así cada uno se acerca a la montaña de personas y nos acurrucamos juntos. Somos una familia y no podemos dejar a nadie.

Las horas pasan y nos vamos calmando. Nuestro error fue pensar que no pasaría nada. Lo peor que pudimos hacer fue pensar que nada nos sucedería por estar todos juntos. Me sigue sorprendiendo lo sucedido con Domenica, no entiendo como no me di cuenta antes. Las pequeñas pistas que fue dejando.

Ella se aclara la garganta y habla, su voz suena amortiguada por los cuerpos muy juntos, así que nos separamos para dejarla hablar.

—Yo soy... —susurra—. Nino y yo somos rebeldes.

Es algo que por algún motivo no me sorprende tanto. Con razón sabía cosas sobre ellos... El teléfono extraño.

—¿El teléfono extraño era por eso?

—¿Qué teléfono? —Sol se ve extrañada. Parece que su hermana no solo me lo ocultaba a mi, también a ella.

—Sí, ese artefacto es para comunicarme mejor con ellos. Sin rastreadores, sin nada. Pero no pueden decirle nada a nadie.

El silencio se hace presente nuevamente. Noah no quiere acercarse a mi. Sería muy peligroso demostrar afecto entre ambos en esta circunstancia. Pero necesito un abrazo suyo justo ahora.

Logro quedarme dormida en las piernas de una Marisol en shock, todo es muy difícil para ella. Procesar que su hermana le mintió todo este tiempo y que quizás sea asesinada y torturada frente a todos. Dormir no es dormir si escuchas todo lo que sucede a tu al rededor como si estuvieras despierta, mucho menos si no sé cómo está Lussy.

Lussy, tuvo que presenciar ese momento horrible donde nos llevaban a todos arrestados, su angustia y tristeza. Ningún niño debe pasar por algo así.

—Prométeme que no te dejarás derrotar si yo no estoy más —susurra Domenica a su hermana.

Puedo escucharla por la proximidad entre nosotras.
Marisol llora descontrolada.

—¿Por qué no me dijiste nada? Te hubiera cuidado más, no te hubiese dejado siquiera quedarnos en casa de Zoey.

Nino sostiene la mano de Domenica para darle fuerzas. Estoy a nada de perder a una amiga, una hermana.
Solo espero que esta vez la realeza sea piadosa, que la dejen vivir con una advertencia... Ni yo misma puedo ser tan tonta como para pensar que algo así podría suceder.

Llegan los guardias y nos llevan arrastrando a cada uno escaleras arriba. La luz del día me ciega mientras caminamos por los pasillo. Siento en mis hombros el peso de lo que está por sucededer. No debí aceptar que se quedarán, debí seguir viviendo tranquila. Ahora tenemos que enfrentarnos a sabrá dios que castigo. Guardias abren las grandes puertas del salón donde nos recibieron la primera vez. Los cuatro tronos están allí junto con sus ocupantes.

—Bienvenidos —Habla la princesa Amunet, ella parece ser la que está al mando—. Seré clara y concisa, pues ustedes deben estar al tanto de las leyes que rompieron. A los infractores del toque de queda serán sentenciados a servicio comunitario. En cuanto a los que rompieron la ley mayor del pueblo Novakwies, su castigo será la muerte.

Sus palabras, aunque ya sabía que las diría, me caen como un balde de agua helada. Trago fuerte.



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En el texto hay: fantasia, romance, secretos

Editado: 28.11.2020

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