Secretos

Capitulo 38- Diferente

Dos días pasaron hasta que Nick despertó, a diferencia de lo que hablamos en el mundo onírico parece no recordar nada de lo que vivió o observo desde su encierro, afirma tener una parte en blanco en su memoria. Así que no sabe que me gustaba, no sabe que estoy saliendo con su hermano y obsoltutamente está muy confundido con la nueva dimensión, dice estar soñando, ojalá fuera así, aunque perdería gran parte de lo que soy ahora me gustaría que todo fuera un sueño.

—¿Qué piensas?

—En todo lo que se nos viene encima, debemos seguir entrenando.

Tomo agua y me pongo en guardia. El lanza una patada y una pequeña llama quema dónde golpea en mi piel, en los entrenamientos no somos esas románticas parejas que se golpean suave, nosotros somos rudos e insistentes en ser mejores. Desde que recibí la paliza de Amiel me decidí entrenar día y noche, no seré golpeada así nunca más.

Amiel... No volvió a aparecer, la daga parece haber hecho su trabajo y la devolvió al infierno, el elfo llamado Brent especificó que es posible que vuelva pero en mucho tiempo.

Estiró mi pierna y golpeo a Noah a un costado, Nick solo observa estupefacto, para el los dones son algo completamente nuevo, lo que para Noah y para mí es algo natural ahora. Golpe patada y puño, esquiva todos y cada uno excepto el golpe que me deja muy cerca de él y toma ventaja.

—No todos tus contrincantes se derriten por ti, Mariposa, así que no bajes la guardia.

Besa mi frente y se sienta junto a su hermano que tiene cara de emoción.

—¿Por qué yo no puedo hacer nada de eso?

Nick se ve intrigado y molesto por ese hecho de aún no haber usado su don.

—Yo tarde un poco en aprender ya podrás —le dice Noah con una mano en su hombro.

Luego de mi entrenamiento privado con Noah, todos y cada uno de la mitad dónde habitamos del recinto rebelde, entrena en una de las habitaciones más grandes. Es bastante amplia como para que quepa medio pueblo rebelde, cada uno presenta sus dones.

Algo que aprendí de los mestizos es que cada uno posee dos dones, uno heredado de su madre y otro de su padre, haciéndolos así un pueblo bastante poderoso, y con esto te preguntarás ¿Por qué un pueblo tan poderoso no se levantó antes contra la realeza? La respuesta me la dió la lideresa de todo esto, un pueblo no es nada sin un lider, y a pesar de ser ella la mayor líder e influencia que tienen, la profecía estaba primero. La profecía habla de un heredero que tomara el trono para llevar al pueblo de Novakwies a la libertad.

—Fuego.

Todos los que poseen el fuego en sus dónde hace una bola de fuego y hacen que se estrelle en una pared con un grito.

—¡Ah!

—Aire.

Los de aire hacen lo mismo, cada quien tiene que formar una bola que sea letal y destructiva.

—¡Ah!

—Agua.

Sucede lo anterior, cada uno de los dones son demostrados con bolas destructivas que van mellando una gran piedra, todos tienen mucha rabia contenida y todos estamos demostrando de que somos capaces, es un entrenamiento básico pero aún así efectivo. Se supone que si soy la princesa debería tener dos dones elementales, pero solo tengo el de los Arauzys y la capacidad de ir al mundo onírico que lo que me ha traído son problemas.

Sudados y cansados después del entrenamiento nos dirigimos a nuestra habitación, Nick está viviendo con nosotros lo que hace la conciencia extraña. Noah no ha decidido decirle que somos pareja por razones que aún no comprendo ¿Será que le gusté en algún momento a Nick y el lo supo? ¿Se avergonzará de salir conmigo? Así que nuestras demostraciones de afecto son casi o mejor dicho nulas, a menos que sean como los coqueteos de el entrenamiento.

Me acuesto estirando todo mi cuerpo en la suave y cómoda cama, los chicos se sientan a hablar mientras yo básicamente escucho todo.

—¿Sigue con la obsesión por las galletas? —pregunta Nick en voz baja hacia Noah.

—Sí, y parece que también tiene una con los gatos.

Escucho sus risitas burlonas hacia mí, saben que escucho y lo hacen a propósito.

—¿Qué opinas de ella? —Nick parece sospechar que hay algo entre él y yo y quiere sacarle información a Noah.

—Es muy hermosa.

Escucho decir quedamente y me sonrojo, aunque sé que él no me ve, me emociona saber que ya está por contarle a su hermano.

—¡Lo sabía! ¡Te gusta! ¿Desde cuándo te gusta?

Noah se levanta de la silla y se sirve un vaso de agua, todo esto lo sé porque escucho cada movimiento, evade el tema.
Me quedo dormida un momento por el cansancio, no despierto un lugar extraño si no en el hermoso prado que mi abuela llama purgatorio, el aire es calido y el sol acaricia suavemente mi piel. No está la niña, no está la adolescente, ni la mujer, ni la anciana, solo me encuentro con un bebé regordete en una cesta.

La metamorfosis de mi abuela está llegando a su fin lo que quiere decir que ella está por reencarnar o eso entendí cuando hablo conmigo. Tomo al bebé en mis brazos y la acuno suavemente, puedo sentir la suave piel de sus cachetitos redondos. Recuerdo lo bonito que se sentía sentir sus abrazos de niña y lo menos que puedo hacer por ella es abrazarla igual, antes de que se vaya para siempre o al menos antes que deje de ser mi abuela físicamente.

Una lágrima resbala por mi mejilla en el momento en que veo como la pequeña bebé empieza a desaparecer, un último adiós sale de mis labios y beso su frente.

—Gracias por todo abuela, te deseo la mejor familia para tu próxima vida.

Su cuerpo se transforma en una pequeña mariposa que se posa en mi nariz haciéndome cosquillas y sale volando hasta perderse en el cielo. El momento es apacible al igual que el lugar, perdió todo vestigio de amenaza y ahora es mi lugar seguro, el lugar donde estuve con mi abuela por última vez.

Recorro un poco el prado hasta encontrar una carta pegada a un árbol viejo y alto, con ramas que parecen llegar al cielo. La letra de mi abuela hace que me salte el corazón, tiene escrito en el sobre "Para Zoey, leelo cuando vuelvas a casa" ¿Cuándo vuelva a casa? Esta difícil hacerlo pero aún así pienso respetar lo que dice mi abuela, tomando en cuenta que mi nueva casa es la ciudad capital de novakwies. La guardo en mi bolsillo de la sudadera y me acuesto en el campo de margaritas a ver el cielo. El aroma de ellas entra por mis fosas nasales e impregna mi ropa, aunque no es un olor fuerte. Sin darme cuenta se me cierran los solos los ojos y llego nuevamente a la cama.



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En el texto hay: fantasia, romance, secretos

Editado: 28.11.2020

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