Miracle me abraza por quinta vez mientras se despide.
Después de que Noah y Lussy se recuperaron de sus heridas casi mortales tomamos nuestras cosas y decidimos regresar a nuestra dimensión, estuvieron tan de acuerdo como yo. Esta aventura se prolongó más de lo que desearíamos.
Así que aquí a las orillas del lago nos despedimos nuevamente.
Domenica y Marisol se nos unieron en nuestra vuelta a casa, dicen que ahora somos una familia y no debemos separarnos y estoy más que de acuerdo.
Después de pasar por tanto juntas, cada uno de esos golpes físicos y psicológicos que recibimos, estamos más que unidas, somos hermanas.
Noah sostiene mi mano y me sonríe un poco con Lussy colgada en su espalda. Mi pequeña hermana, después de recibir una paliza que pudo haberla matado fue curada por los elfos adaquares, pude haberla perdido y no me habría perdonado nada de eso, aunque aún existe la amenazada de las princesas fugadas en la tierra me sentiré más segura.
Nos introducimos al agua para poder regresar a casa.
—¿Recuerdas las palabras que debes decir? —pregunto a Lussy.
Asiente con la cabeza y pronuncia la frase inicial que nos trajo a toda esta aventura. Claro, esta vez estamos preparados.
—Aperuerit ianuam introibo ad alternis universo.
El mismo sentimiento de ser arrastrada por el agua me marea, esta vez no pongo resistencia y llegamos rápidamente a la superficie, nuevamente en el lago del bosque de la tierra. Observo todo con maravilla, como si nunca hubiese estado aquí, como si fuera algo nuevo para mi.
Nadó atravesando el lago junto a mis amigos. Todos nos sentimos de la misma manera, extasiados. Nick es el primero en salir del agua y correr hacia la casa de su abuela, salimos del lado del lago que les corresponde.
—¡Abuela! ¡Abuela!
La señora sale por la puerta con sorpresa en su rostro y abraza a su nieto, puedo ver el parecido entre ellos. Noah se une a su abrazo mientras yo cargo a mi hermanita. Por lo que puedo escuchar de la conversación su madre ha estado muy mal desde su partida.
Ya desearía yo volver a ver a mi madre, pero sé si ella esté dispuesta a recibirnos de nuevo, después de todo nos hizo hacer este viaje sabiendo todo lo que iba a suceder, sabiendo que nos iríamos.
Dome y Marisol perciben mi tristeza y me abrazan, tal como nosotras ellas están muy cercanas a ser huérfanas.
—Zoey, ve a la casa de tu abuela, tienes una sorpresa allí.
Noah se pone a mi lado y me ayuda a subir al pequeño bote. En mi cuerpo no cabe tanta emoción ¿Qué será?
Cuando bajamos del bote observo el auto de mi madre y mi corazón salta por la expectativa.
Corro a través del patio trasero hasta llegar a la puerta principal, allí en una mesedora, está ella que al igual que yo, se queda paralizada al verme. Lágrimas corren por mis mejillas y sin darme cuenta ya estoy en sus brazos.
—Zoey, mi pequeña... —suspira entre sollozos—. Estás muy grande y solo pasaron dos meses y medio.
Lussy nos abraza también y las tres lloramos, odio las despedidas pero los reencuentro los amo.
—Mami ¿Podemos volver a casa?
Mi hermana es la criatura más inocente y le parte el alma a cualquiera.
—Claro que sí, y no crean que se van a salvar de la escuela.
Todos nos reímos. Mi madre nos prepara chocolate caliente y nos hace pasar la tarde con ella, acepto bastante rápido a Dome y Sol, no las adopta porque son mayores de edad pero si les dará un hogar para vivir mientras se reestablecen en la tierra.
A todos nos costará volver a nuestra vida normal y más aún ocultar lo que nos diferencia de los humanos comunes.
El cielo se empieza a tornar oscuro y siento que Noah se sienta a mi lado. Mis pies cuelgan tocando delicadamente el agua del lago y la luna empieza a hacer su aparición.
—¿Cómo estás? —pregunto.
—Extrañado, volver de la muerte por segunda vez deja una sensación de incomodidad en tu propio cuerpo. Además, me había acostumbrado un poco a Novakwies.
—No seas tonto. —Jugueteo con su mano—. Agradezco volver a casa.
—Yo igual.
Sus ojos púrpuras son más brillantes que nunca.
—Pero más agradezco que estés a salvó, Mariposa.
Une sus labios con los míos en un beso reconfortante que me da un subidon de energía.
Quizás, solo quizás, la vida en la tierra no sea tan tranquila si lo tengo a mi lado.
Intensifica el beso hasta hacerme sentir que estoy en una nube, su mano sube por mi muslo y... Un gruñido, que no es de Noah, hace que nos separemos.
—¡Mamá! —grito avergonzada.
—¡Sigues siendo mi hija jovencita y mientras seas menor de edad, tu y tu novio tienen permitido solo besos.
Se da media vuelta y se va, grita desde lejos:
—¡Te estoy vigilando, niño bonito!
Noah se ríe gravemente mientras me sonrojo.
—Me dijo niño bonito —susurra a mis labios.
—Lo eres.
¿Fin?