Benjamín
Estoy tirado en mi cama después de haber recibido una llamada de mi jefe diciéndome que vamos a tener que trabajar con otro equipo, digo vamos por que me refiero a mi equipo y a mí, en fin no se siquiera de que equipo se trata.
Pero como no pienso quedarme toda la noche aquí voy a salir a un bar y ver si consigo una chica para pasar la noche, y con suerte no sea tan pesada como la de la última vez.
Le pediría a mi amigo que venga con migo al bar pero desde que vio a una chica en el centro comercial, parece hechizado por que parece no tener cabeza para nadie mas. Y para colmo creo que esa chica ni lo volteo a ver.
Salgo de mi casa y pienso si llevarme mi auto o ir caminando, pero decido que está noche cuando vuelva solo quiero venir a dormir así que decido caminar al bar que queda cerca de mi casa.
En el camino veo la sirueta de una chica que está bajando de su auto para abrir su garaje, mediante me acerco veo que ella se tropieza, por suerte ya estaba suficientemente cerca como para atraparla antes de que callera al suelo. Para mí mala suerte al atraparla quedó demasiado cerca de mi.
— Perdón.— Es lo que digo antes de soltarla.
— No al contrario gracias, si no me hubieras atrapado en este momento estaría besando el piso.— Dice ella, pero su voz parece demasiado ronca como si hubiera llorado.
— Disculpa se que no es asunto mío pero estás bien? — Pregunto esperando no sonar entrometido, a todo esto con la oscuridad de la noche sigo sin ver algo más que su sirueta.
— Estoy bien gracias, solo estoy cansada, esta era mi casa hasta que la vendí pero me faltaron algunas cosas por llevarme y la nueva dueña vendrá así que...— Deja la frace a medio completar.
— Entiendo, se que no puedo ver ni tu rostro pero me podrías dar tu número?— Pregunto apenado pero ni siquiera se por que.
—Este verás mi trabajo no me lo permite— Podria jurar que lo dice apenada.
Pero mi cerebro hace click y entiendo a qué trabajo se refiere.
— Trabajas en Inteligencia Nacional cierto?— Pregunto.
— Si cómo supiste?.— Podría decir que es más curiosidad la que suena en su voz que miedo a que la descubra.
— Por que ese es mi trabajo también. — Me encojo de hombros aún sabiendo que no me ve.
— Ok, pero sabes que si te doy un número no será mi número real cierto?— Lo se pero al mismo tiempo me decepciona eso.
— Si, lo se. — Pero por alguna razón solo quiero poder hablar con ella.
— Ten— Dice al tiempo que me da una tarjeta con lo que supongo es "su número".
Veo como camina hacia la casa, hacia que me apresuró a preguntar.
— Como te llamas?— Al hacer la pregunta ella se gira y me sonríe o al menos creo que lo hace con esta oscuridad no veo nada.
— Acacia me gustaría saber el tuyo pero me tengo que ir, hablamos.— Es lo único que dice antes de entrar a la casa.
(***)
Luego de encontrarme con Acacia decidí volver a mi casa, por alguna razón no tuve ganas de ir al bar luego de eso ahora estoy intentando conciliar el sueño pero al cerrar los ojos solo puedo ver la sombra de una mujer y se muy bien de qué mujer se trata de la primera que me a quitado el sueño en mi vida.
Espero que solo sea esta noche no quiero parecer un zombie mañana y menos quiero darles explicaciones a los chicos sobre el por qué de mi desveló, serían los primeros en burlarse y decirme que “ encontré la horma de mi zapato” y crear una historia romántica solo para fastidiarte.
Genial son las dos de la mañana y aún no consigo dormir, espero que no te conviertas en mi debilidad Acacia