Alara estaba siguiendo a sus padawans hacia el hangar, donde Chup las estaba esperando con su nave lista para el viaje. Encontraron al drall hablando con Keyfour, que, como siempre, estaba quejándose de algún cambio en la nave.
“Nada de eso, Keyfour. Ahora tienes más empuje con menos consumo, la inestabilidad será contrarrestada con los amortiguadores nuevos.” Decía en voz alta Chup. “Amigas.” Agregó mientras se giraba. “Maestra, tu nave está lista… Incluso con las quejas de tu astromech.”
“No molestes a Chup, Keyfour.” Dijo divertida Alara. “Muchas gracias…”
Juna y Tori ya estaban revisándola por dentro.
“Gracias por invitarme a trabajar en el templo, Alara…” Dijo pensante el drall. “Su comida es deliciosa como Tori me dijo.” Agregó divertido. “¿Tienen alguna nave más grande?”
“Uno de los maestros de Coruscant tiene una de carga, pero es un poco más vieja que la de Lyrian.” Respondió pensante Alara. “La mayoría de nosotros usamos cazas como el mío.”
Chup tocó bajo el ala para que cayera el viejo speeder de Shin, sorprendiendo a la maestra.
“Quedó impecable…” Dijo asombrada. “Gracias…”
“Recuerdo cuando Shin lo trajo de Ord Mantell, se lo cambió por un filtro a unos jawas.” Dijo divertido Chup. “Cuando me dijo que quería que se compacte me reí en su cara…” Agregó mirando a la maestra mientras se rascaba la cabeza. “Al tiempo aparece con esas modificaciones, tuve que tragarme mi soldador.”
Alara sonrió divertida.
“Lamentablemente no podemos viajar las tres en esta nave…” Dijo pensante.
“Deberías conseguirte una más grande, maestra.” Dijo desde la nave Juna. “Yo puedo heredar la tuya.”
“Ya quisieras, Juna. Todavía te falta puntaje para pilotear mi nave.” Dijo jocosa Alara. “Con Tori no tengo problemas.”
“Ahora huele mucho mejor.” Opinó Tori, que estaba sentada en la cabina de adelante.
“Gracias a tus perfumes.” Dijo divertido Chup. “Revisé la nave de Syo antes de que partiera, ese jedi no sabe cuidar sus vehículos.”
“Shin solía ser su mecánico… Tu conociste su nave anterior, era la de Shin.” Dijo pensante Alara.
“Esa quedó con la de Lyrian…” Dijo apenado Chup. “El speeder estaba en mi taller cuando…”
“Lo sé, Chup…” Dijo apenada Alara. “¿Cómo te estás adaptando a la vida entre nosotros?”
“Vatse viene a tomar el té conmigo todas las tardes y resulta que no me desagrada tanto la naturaleza como creía.” Dijo divertido Chup. “Ya me consiguieron todo lo que necesitaba y mi habitación es gigantesca. Hace poco fui a pasear por pueblo, son todos amigables… No encontré nada de que quejarme, Alara.”
“Estoy contenta con tenerte cerca, Chup… No tengo que preocuparme de los villanos que quieran secuestrarte.” Dijo divertida Alara.
“¿Cuándo vuelves, maestra?” Preguntó de lada Tori.
“En un par de semanas, ustedes están ocupadas, así que no quiero quejas.” Dijo divertida Alara. “El Congreso será interesante, es el primero que voy a presenciar.”
“Yo me encargo de tus plantas.” Dijo divertida Tori.
“Gracias…” Respondió sonriente Alara mientras su holo se activaba.
El holograma de Syo apareció sobre este.
“Aprendiz, el camino está libre.” Dijo pensante su maestro. “Te envió las coordenadas de mi nave, quiero mostrarte el lugar personalmente.”
“Entendido, maestro. Chup ya tiene mi nave lista.” Respondió pensante Alara.
“Envíale mis agradecimientos, es un gran mecánico.” Dijo divertido Syo. “Que la Fuerza te acompañe, Alara.”
Syo desapareció en un instante.
“Ya escucharon a mi maestro.” Dijo divertida Alara entre los pitidos de Keyfour.
El astromech se metió en su habitáculo mientras las padawans descendían de su nave para saludarla.
“Buen viaje, Alara. Keyfour ya conoce los detalles nuevos de la nave.” Dijo divertido Chup.
Alara se despidió de todos para luego subirse a su nave rumbo a Ossus, un viejo planeta de la Orden.
Alara sabía que Ossus ya no era lo que decían sus libros, que ya no era un hermoso planeta lleno de verde y vida. Ossus era un desierto, un árido planeta donde nada podía vivir. Una tormenta eléctrica le dio la bienvenida a un horrendo cañón donde su maestro la esperaba. La entrada llevaba a un templo oculto en la destrucción del planeta. El aire era seco y frío cuando salió de su nave junto a las quejas de su astromech. Syo la recibió con una sonrisa para luego guiarla por las entrañas del templo.
“¿Cuánto aprendiste de la historia del planeta?” Preguntó de la nada el jedi.
“Hmm, recuerdo que solía haber un templo y que los Archivos eran asombrosos.” Dijo al aire Alara.
“Los siths destruyeron este lugar en la época de Exar Kun, Alara. Los detalles son fantásticos, pero terminaron con la destrucción del planeta y el templo. Nunca nos hemos marchado de aquí, ya que tenemos algunas reliquias para proteger y es un gran escondite. Especialmente porque ahora no parece un lugar donde puedas encontrarnos.”
“Tiene sentido…” Dijo pensante Alara. “Nunca había sentido a tantos maestros en un solo lugar.”
“Me sentí de la misma manera la primera que vine a Ossus.” Respondió sonriente Syo.
Los pasillos estaban bien iluminados y la construcción era muy parecida a la nueva sección del templo de Coruscant. Allí cruzaron a varios maestros y caballeros, pero ellos doblaron en un pasillo para terminar en una sala de meditaciones. Thirin estaba arrodillado en el suelo, brillando en un tenue azul mientras ellos se sentaban en una de las esquinas, encontrando una bella estatua de un antiguo jedi.
“Aquí no molestaremos a nadie.” Dijo divertido Syo. “¿Cómo está todo en Karastros, Alara? Espero no tener que arrepentirme de haberte dejado como la encargada del templo.”
“Está todo en su lugar.” Respondió sonriente Alara. “Dejé a Tori a cargo de mis plantas y tu amiga de Coruscant ya estaba ocupada con las clases.”
“Miyu siempre está encantada de hacerse cargo del templo cuando lo necesitamos…” Dijo pensaste Syo. “Vi varias caras preocupadas…”
“Tú los conoces mejor, maestro.” Dijo pensante Alara. “Yo creo que podemos protegernos sin meter a la galaxia en una nueva guerra contra el Imperio.”
“Yo estoy de tu lado, aprendiz, pero también hay que admitir que no estamos muy lejos de que todo marche para ese lado.” Respondió pensante Syo. “Quería hablar antes de la primera junta… ¿Has tenido nuevas visiones?” Preguntó con curiosidad.
“Nuevas, no… Siempre lo mismo, incluso con lo que aprendido de él.” Respondió pensante Alara. “Tampoco es que sean regulares para mí.”
“Estuve hablando con nuestros amigos, parece que estamos todos en el mismo lugar.” Dijo pensante Syo. “Me encantaría encontrar algo nuevo en estas visiones, pero a veces la Fuerza no puede darte todo.”
“¿No has tenido visiones de otro tipo?” Preguntó con curiosidad la maestra.
“No y eso me preocupa.” Respondió el maestro. “Hace tiempo que no encuentro nada…”
“Es una lástima, maestro.” Dijo apenada Alara.
“Deberías aprovechar la oportunidad para aprender de los maestros, padawan.” Dijo sonriente Syo. “Esta es una de las pocas ocasiones donde puedes aprender directamente de ellos… Kalarirah debería ser tu primera opción, ella es nuestra sombra de cabecera.”
“Quería conocerla hace rato.” Dijo pensante Alara. “¿Alguien más?”
“¿Todavía sigues aprendiendo ese relámpago?” Preguntó divertido Syo mientras Alara asentía con la cabeza. “Además de Thirin, tienes que hablar con Qunto, es el otro jedi que he visto con esa habilidad.”
“Gracias por los nombres, maestro.” Dijo sonriente Alara. “Thirin es un gran maestro, ya puedo usarlo a voluntad… Me gustaría aprender un poco más.”
“Es tu oportunidad, pequeña.” Dijo sonriente el maestro. “Esperemos que todos estén listos para las deliberaciones, tengo la sensación de que vamos a pasar un largo rato en la sala magna.”
“Yo tengo la misma idea.” Dijo divertida Alara mientras Thirin venía hacia ellos.
“Bienvenida, Alara.” Dijo sonriente el caballero. “Me siento extraño rodeado de tantos maestros.”
“No tienes nada que preocuparte, la verdad es que tenemos muchos caballeros como tú que deberían ser maestros.” Dijo divertido Syo. “Alara está cambiando eso en estos días.”
“Eh, no sé.” Dijo divertido Thirin. “Tal vez necesitemos un título nuevo para la gente de ese tipo…”
“Alara nos estaba contando eso en la última reunión que tuvimos.” Dijo divertido Syo.
“Es toda una maestra.” Dijo divertido Thirin. “Juna me llama de vez en cuando, dice que están entrenando Soresu.”
“Estoy entrenándola para que aprenda a quedarse quieta, ese estilo es magnífico para eso.” Respondió contenta Alara. “Además siempre compiten con Tori, así que se mejoran entre ellas.”
“Ah, excelente.” Dijo divertido el caballero. “Escuché que tienen nuevo mecánico.”
“Chup es un gran amigo.” Dijo divertida Alara.
“Estoy de acuerdo.” Dijo divertido Syo. “Deberíamos tener algunas personas más como él…” Agregó sin cuidado.
“No lo sé, es difícil tener a alguien que no entiende la mitad de las cosas que hacemos.” Dijo al aire Thirin.
“Solo hay que buscar a la gente apropiada, como Mirabella o Lyrian…” Respondió pensante Alara.
“No había pensado ese ángulo.” Dijo divertido Syo. “Por eso te hicimos maestra, Alara.”
“Yo siempre le digo lo mismo.” Dijo divertido Thirin. “¿Cuándo empieza esto?” Preguntó confundido.
“Creo que solo falta Ch’Chok.” Dijo pensante Syo. “Mañana por la mañana será la primera reunión, estén preparados. Thirin te llevará a tu habitación, padawan. Voy a buscarme a un compañero de té.” Agregó mientras se marchaba.
“Estos maestros son extraños, Alara.” Dijo divertido Thirin. “Tú eres mi favorita.”
“No lo sé, todavía me siento una farsante… Especialmente desde que me crucé con Ihsahan.” Dijo apenada Alara.
“Tomaste la decisión correcta, Alara.” Dijo pensante Thirin. “No hay que morir en vano… No hubiéremos aprendido nada si te lanzabas al ataque.”
“Lo sé, pero no cambia como me siento.” Respondió la maestra. “No te cruces con él, Thirin…”
“Escuché lo que dijiste, Alara, necesitamos planear su caída… Si es que nos incube.” Dijo pensante Thirin. “¿Nos incumbe?” Preguntó al aire.
“No lo sé, honestamente…” Dijo al aire Alara. “Los otros maestros piensan que está conectado al destino de la galaxia, pero… Yo no sentí eso. Lo que sí sentí fue su poder…”
“Entiendo…” Dijo pensante Thirin. “¿Te das cuenta de que solo ha matado a amigos nuestros que estaban en lugares que no deberían estar?”
“Sí, estuve pensando en eso.” Dijo pensante Alara. “También ha matado a la mayoría de los corruptos en el Senado.”
“Es un maldito héroe, Alara…” Dijo al aire el caballero. “Lo están llamando el Guardián del Imperio…”
“Eso escuché, no sé qué pensar… De lo único que estoy segura es de que es un monstruo.”
“Esperemos que nuestros amigos tengan más respuestas que nosotros…” Dijo al aire Thirin. “¿Quieres algo para tomar?”
Alara estaba extrañando a Shin, ya que él sabría exactamente qué hacer en un momento como ese.