Secretos

3 - Ihsahan – 2

 

La misión había sido un éxito, Artrisa había resulto los problemas con una gran prestancia y ya estaban camino a Dromund Kaas. La chiss era silenciosa y estaba parada a su lado mirando la hiperlane sin mover un solo músculo. Su postura era militar y por lo que había leído de su currículo había pasado la mayoría de su vida en la Flotilla del Imperio.
“Milord, me gustaría preguntar sobre nuestra misión.” Dijo de la nada Artrisa.
“Tenemos que encargarnos de una rata que se esconde entre los altos rangos del Senado de la República.” Dijo con seriedad Ihsahan. “Pero todavía tenemos tiempo, Inteligencia está esperando por el momento indicado para atacar.”
“Supongo que tendrá que morir bajo mi rifle.” Dijo con seriedad Artrisa.
“Los detalles serán clarificados en el momento.” Dijo con seriedad Ihsahan.
“Entendido, milord.” Respondió con seriedad Artrisa. “Nunca estuve bajo el mandato de un sith.”
Ihsahan miró sus brillantes ojos rojos.
“Solo tienes que cumplir con tu trabajo.” Dijo con prestancia.
“Escuché que ustedes eran… distintos.” Dijo pensante la tiradora.
“Tendrás que juzgarnos con tus propios ojos.” Respondió Ihsahan mientras se ponía de pie.
La hiperlane los dejó frente a su destino. En su mesa de comunicaciones apareció Artemios, sus ropajes estaban destruidos y estaba sucio.
“Buenos… días, milord.” Dijo mientras revisaba sus alrededores. “Tuve una divertida expedición en las tumbas del valle.” Agregó mirando a la chiss. “¿Esta es la nueva tiradora?”
“Cipher 103.” Dijo con prestancia Ihsahan.
“Minarar'tri'san, mucho gusto.” Dijo con firmeza la chiss.
“Mi nombre es Lord Artemios, soy el… Archivista de nuestro maestro.” Respondió sonriente el sith. “Tengo algunas noticias, encontré la extraña… computadora que encontró Revan. Es de origen rakata y ya no va a volver a funcionar.” Dijo pensante Artemios. “En un rato voy a recorrer un poco más la zona, resulta que hay una tumba nueva en una de las cuevas… Los pocos que se atrevieron a entrar no han salido.”
“Buen trabajo, Artemios.” Dijo con seriedad Ihsahan. “No es tan importante como Revan obtuvo esa flota en las Guerras Mandalorianas, pero tal vez nos de pistas para seguir su camino en el futuro.”
“Eso estaba pensando, milord.” Dijo divertido Artemios. “Por otro lado tengo un gran pilón de holos e información camino a Dromund Kaas. Debería manipularlos usted primero, hay un par de holocrons que van a… gustarle.”
“Entendido.” Dijo con seriedad Ihsahan.
“Cambio y fuera.” Dijo Artemios para desaparecer de la imagen.
“¿Dónde necesita aterrizar, milord?” Preguntó con seriedad Ihsahan.
“Ciudadela.” Dijo con seriedad Ihsahan.
“Entendido.” Dijo la mujer para sentarse a pilotear la nave.
Ihsahan se paró detrás de ella notando que estaba muy cómoda en su nave. En pocos minutos ya estaban en su destino. Mirana estaba, como siempre, saludándolo del otro lado de la rampa. Artrisa pasó a su lado para saludarla con el típico saludo de la milicia.
“Artrisa.” Dijo con firmeza Mirana.
“Mirana.” Respondió la chiss.
“Parece que vas a ser una de las herramientas de mi maestro.” Dijo con seriedad Mirana mientras abría la puerta para él. “Milord, yo me encargo de ponerla al día.”
“Entendido, ponla en casa.” Dijo con seriedad Ihsahan. “Deberían ir a Inteligencia primero. Artrisa si necesitas equipo debes pedírselo a Watcher, me gusta que sienta útil.”
“Entendido, milord.” Dijo con seriedad la chiss.
Mirana miró con curiosidad a la chiss para luego perderse por los pasillos que estaban a su lado. Ihsahan caminó sin ser percibido por nadie hasta una oficina del lugar, encontrando a Rohus y Tudra hablando a los gritos.
“Indo está loco si piensa que vamos a permitir que haga lo que quiera.” Decía ofuscada Tudra.
Sus brillantes ojos se posaron en él solo porque así lo quería.
“¡Aquí estas!” Gritó ofuscada.
Parecía que iba a matarlo, ya que su ira hervía en el aire
“Tranquilízate, Tudra. Ihsahan está aquí para resolver el problema.” Dijo con seriedad Rohus. “Tenemos una misión para ti, Darth. Tienes que acabar con el culto de Indo.”
“Mi idea era reclutar a algunos.” Dijo con seriedad Ihsahan.
“Puedes hacerlo de la manera que quieras…” Dijo con prestancia Rohus.
“Tienes que matarlos a todos, Ihsahan… O tú serás el próximo.” Dijo ofuscada Tudra mientras lo enfrentaba. “¿Me escuchaste?” Terminó mientras apoyaba su dedo con fuerza sobre su peto.
La tensión estaba en el aire y cuando el sith iba a responder su maestro apareció al rescate.
“Aprendiz, parece que Tudra quiere matarte. Sería una gran pelea.” Dijo jocoso Tharan.
Ihsahan sabía que no era cierto.
“¿Dónde estabas mientras Indo atacaba mi laboratorio?” Preguntó ofuscada Tudra. “Yo soy la única que está perdiendo poder por ese gordo imbécil.”
“No es nada que no podamos recuperar, Tudra.” Dijo sonriente Tharan. “Ihsahan va a encargarse del problema. Nuestro obeso amigo a desaparecido, así que vas a tener que encargarte de… llamar su atención.”
“Entendido, milord.” Dijo con seriedad Ihsahan.
“Voy a arrancarle el corazón de su pecho con mis propias manos.” Dijo enardecida Tudra. “Les recomiendo que no se crucen en mi camino.”
La togruta se marchó a toda velocidad mientras Tharan se sentaba en la mesa.
“Ah, me gusta cuando pierde la cordura, saca su poder a flote.” Dijo divertido. “Ihsahan, escuché que ya tienes tiradora. Deberías visitar a estos energúmenos.”
“Estoy en camino.” Dijo con seriedad Ihsahan.
“Vamos a aprovechar esto.” Dijo con seriedad Rohus. “Enviaremos a un grupo de mercenarios de la República un trabajo falso para que encuentren las ruinas del templo… Deja evidencia de tu paso, Darth.”
“Entendido.” Dijo el sith para marcharse por la entrada.
Ihsahan sabía que tenía mucho trabajo por hacer.



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En el texto hay: accion, starwars, star wars

Editado: 11.07.2023

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