Ihsahan despertó cuando su caza salió de la hiperlane frente a Dromund Kaas. Su cuerpo estaba lastimado, lacerado y golpeado, pero su misión había terminado. La mayoría de sus enemigos ahora estaban muertos o habían sido convertidos a su causa. Sintió una perturbación en la Fuerza y su cuerpo no hizo más que tomar el control de la nave y lanzarse directamente sobre Kaas. Todo estaba manchado de sangre y hace mucho que sus manos no sentían el dolor que estaba sintiendo en ese momento. Sus instintos lo hicieron saltar de su nave directamente hacia su balcón, entrado con un puñetazo directo hacia la cara de Darth Indo. Este estaba siendo distraído por Shia, Mirana y Artrisa, que solo podían molestarlo hasta que llegaran los refuerzos. El obeso sith atravesó una pared para terminar en su comedor. Shia parecía calcinada y Mirana tenía unos cuantos cortes. Este sith usaba una espada corrupta, como los iniciados en su orden. Escupió sangre a un lado para levantar su crepitante espada. Ihsahan podía sentir el odio en el aire mientras su sangre manchaba el suelo de su casa. Estaba un poco más cansado de lo que esperaba, pero nada iba a detenerlo.
“Vitti, Artrisa, llévense a Mirana y Shia de aquí, yo me encargo del resto.” Dijo con severidad mientras notaba los siths derrotados en el suelo. “Su trabajo ha terminado.”
Ihsahan estiró su mano para atrapar a una sombra que pensaba estaba siendo sigilosa. Rompió su máscara con la fuerza de sus dedos para arrojarlo hacia su enemigo.
“Ah, el sith del momento.” Dijo Indo mientras corría el cadáver de su sombra a un lado. “Has caído en la más viejas de las trampas, Ihsahan. Un sith no debería preocuparse por sus herramientas.”
“Ella son más útiles que todo tu ejército de energúmenos, Indo.” Dijo con severidad Ihsahan.
Las mujeres estaban retrocediendo con cuidado hacia la enfermería.
“Ya no van a poder pasar, inútiles.” Dijo enojado Indo, salivando todo a su paso.
Cinco sombras aparecieron para encender sus rojos sables, Ihsahan ya sabía que estaban allí.
“¿Qué pensabas que iba a pasar?” Preguntó de la nada Ihsahan. “¿Qué ibas a poder meterte con nosotros y salir ileso? Ahora eres un traidor al Imperio, Indo.”
“¡ES DARTH INDO PARA TI, JEDI!” Gritó ofuscado el sith mientras empezaba a colapsar el techo sobre él.
Ihsahan no tuvo que moverse para que su telequinesis lo protegiera.
“No voy a permitir que un sucio jedi ensucie el Consejo con su presencia.” Dijo ofuscado el hombre mientras sus sombras se lanzaban al ataque.
Ihsahan liberó todo lo que tenía dentro, todo el dolor que su cuerpo estaba sintiendo para hacerlos atravesar la pared que faltaba, destruyendo todo lo que había frente a sus manos. Todo estaba cayendo hacia el vacío cuando él se lanzó detrás de sus enemigos. Saltó entre los escombros para rematar a las sombras notando a Indo volar hacia abajo para aterrizar antes que él. Ese era su talento. Sus relámpagos chocaron para desintegrar lo poco que quedaba de sus paredes, marcando todos los alrededores con su violencia. Cada objeto suelto que había en la zona estaba viajando hacia él con diversas rutas mientras sentía que tenía que moverse del lugar. Indo era conocido por sus tormentas atronadoras. Los relámpagos se apoderaron de la rotonda que estaba frente al edificio mientras el zigzagueaba esquivando los relámpagos a una velocidad asombrosa. Solo tenía que acercarse, ya que su obeso oponente no era un luchador de cuerpo a cuerpo. Indo pisó el suelo para que la tierra misma se levante, forzándolo a saltar. Del otro lado de la distracción estaba el ataque. Ihsahan resistió el relámpago con su cuerpo sin dejar de caer hacia su enemigo. Indo apenas pudo bloquear su ataque mientras una nave aparecía a darle apoyo. Ihsahan se movió instintivamente para esquivar el primer disparo de alta velocidad. El segundo lo desvió con su sable mientras absorbía el relámpago de Indo. Lanzó su sable hacia el sith mientras compactaba la nave con su telequinesis, que también terminó volando hacia Indo. El sith repelió todo con una explosión, dejando un cráter a su alrededor. Ihsahan saltó por instinto hacia el lugar para enterrar su puño en su cara, enterrándolo de lleno en el suelo para luego recuperar su sable. Ihsahan no escuchó las últimas palabras de su oponente, ya que se desmayó luego de derrotar a su enemigo.
Ihsahan abrió los ojos para encontrarse a Vitti entre él y la puerta. Frente a ella estaba alguien más que parecía querer entrar, era su maestro. Este sonrió al verlo de pie. El sith estaba vendado de pies a cabeza y Vitti saltó de felicidad al verlo. Lo empujó hacia la cama mientras acercaba una silla para Tharan.
“La pequeña no quería dejarme entrar.” Dijo sonriente el sith. “Tienes buen gusto en herramientas, aprendiz.”
Vitti estaba de fondo juntando ropa del suelo para luego salir a los gritos por el pasillo.
“Hemos caído en la trampa más vieja del libro…” Dijo divertido Tharan. “Pero aquí estás.” Agregó mientras tocaba un botón en su holopad.
Su pantalla se encendió para mostrarle un gran video de su pelea con Indo. Ihsahan sabía que sus espías habían grabado todo.
“Todo el mundo está hablando de ti, del Guardián del Imperio…” Dijo jocoso Tharan. “El gordinflón no ha sabido como pelear con un verdadero sith.”
“Usó su secta para debilitarme.” Dijo con seriedad Ihsahan mientras Vitti traía una bandeja con su desayuno.
“Ih… Maestro, el doctor dice que el veneno está… inerte en su sangre.” Dijo pensante Vitti. “Solo necesita descansar un poco y alimentarse bien.”
“Así somos los siths, pequeña.” Dijo sonriente Tharan. “Ese veneno pulverizaría a cualquier otro habitante de la galaxia, pero no es algo que moleste a un formidable sith como tu maestro.”
Vitti estaba visualmente preocupada.
“Mirana y Shia están recuperándose, tuvieron que recibir un tratamiento en la Clínica.” Dijo apenada.
“Ya están fuera de peligro, Ihsahan. El mejor cuidado para nuestras herramientas.” Dijo sonriente Tharan. “Esas tres son formidables, dejé a tu tiradora a cargo de la seguridad de la Clínica mientras ellas estén ahí.”
“Gracias.” Dijo con seriedad Ihsahan.
“Creo que ella hubiera hecho lo mismo, me gusta que elijas personas que pueden pensar por sí mismas, aprendiz.” Dijo pensante Tharan. “Nuestros planes se precipitaron, pero todo terminó donde queríamos. Pronto será tu asenso hacia el Consejo Oscuro.” Agregó mientras se ponía de pie. “Luego quiero escuchar cómo fue todo en el templo, los exploradores me dicen que fue todo un espectáculo.”
Tharan se marchó en silencio mientras Vitti se sentaba sobre sus piernas.
“¿Por qué estás tan preocupada?” Preguntó con seriedad el sith mientras notaba que su máscara estaba en su mesa de luz.
“No lo sé, me gusta esta vida que tenemos…” Dijo apenada Vitti. “¿Estás bien? El doctor no sabía cómo explicar que estabas vivo, supuestamente otro humano se hubiera desangrado…”
Su mano acarició la cabeza de la twi’lek con mucho cuidado.
“Buen trabajo, Vitti. No voy a volver a fallarles. No puedo permitir que mis enemigos se desquiten con ustedes.” Dijo con seriedad Ihsahan.
Vitti estaba sonrojada.
“No… no te preocupes por nosotras, sabemos cómo cuidarnos…” Dijo apenada la twi’lek. “Mañana vienen a arreglar las paredes.” Agregó mirando a su maestro. “Deberías comer.”
“¿Qué pasó mientras no estaba?” Preguntó Ihsahan para dedicarse a comer.
“Yo estaba feliz en el taller modificando la parte que trajiste para tu caza, hablando con Shia por el comunicador cuando de repente Artrisa empieza a dispararle a algo desde la ventana. Cuando levanto la mirada estaba esa nave…” Dijo apenada Vitti. “De repente estallaron los vidrios del taller mientras Mirana me salvaba de esos siths invisibles…” Agregó haciendo gestos con sus manos. “Shia apareció por detrás de ellos y terminaron peleando en el vestíbulo… Pensé que todo había terminado cuando apareció ese… gordo por la puerta. Las chicas se lanzaron hacia él con todo lo que tenían, pero más de estas sombras entraron por el ventanal. Shia y Mirana se quedaron peleando con Indo mientras Artrisa aparecía de todos los rincones de la casa para derrotarlos…” Agregó mientras apretaba su pierna. “Las chicas terminaron peleando con Indo hasta que apareciste, ese sith solo estaba jugando con ellas.”
“Ese era su plan, debilitarme y distraerme para atacarlas a ustedes y matarme a mí.” Dijo con seriedad Ihsahan. “No calculó la diferencia que había entre nuestras habilidades.”
“Nunca había visto a tu maestro sorprendido, Ihsahan… No tenía esa expresión cuando habló contigo… Ten cuidado, por favor…” Dijo apenada Vitti mientras se lanzaba a abrazarlo con fuerza. “No quiero volver a ser una esclava.”
Ihsahan dejó la bandeja de lado para apretar a Vitti hacia él.
“Ahora trabajas para mí, Vitti. Ya no eres ni serás una esclava de nadie, eres una Imperial en mi Imperio.” Dijo con seriedad.
Vitti levantó la mirada para encontrarse con sus fríos y filosos ojos verdes.
“Siempre creo todo lo que dices, maestro.” Dijo apenada mientras lo apretaba. “No sé si voy a poder volver a dormir en mi cama…”
“Creo que es hora de mudarnos, tengo el lugar perfecto.” Dijo con seriedad Ihsahan.
“Cuando quieras traigo al droide para que termine con tus heridas.” Dijo con energía Vitti. “Después vas a darte un baño.”
“Te gusta demasiado darme órdenes.” Dijo con seriedad Ihsahan para recibir una cálida sonrisa de la twi’lek.