Secretos bajo la luna

Capitulo dos -linea roja

Mire descolocada al ver la figura de mí hermano cruzar frente a mí puerta con vestimenta veraniega, lo ignoro recordando las veces que ha dicho lo soportable que es el frió para si mismo, decido darme un baño, tal vez de esa forma logre mantenerme despierta en la primera clase.
Observo mí figura en el espejo, es favorable que el uniforme consista en un buzo blanco y Jean negro, al mirar mi armario empiezo a dudar si es adecuado unas zapatillas o borcegos, como no tolero mucho el frió me decido por los borcegos marrones, a medida que bajo las escaleras busco amarrar mí cabellera queriendo formar una coleta.

-¿qué fue lo que te paso?-me observo a mí misma, me alcanza una taza con leche-tus ojeras son muy notable

-¿eh?-busco algún utensilio que me sirva para ver mí rostro, me señala una cuchara-eje bueno...-sigo observándome de cada Angulo, intento ignorar que realmente me veo fatal-

-ya vete, la hora corre

Tome un sorbo de la taza dando una maldición al aire, Mark me queda mirando como si fuera la persona más tonta del mundo, olvide dar un pequeño detalle, soy una persona muy despistada.
Ingreso a la cochera para tomar la bicicleta azul que usualmente la usaba mí madre, oh vaya que recuerdos. empiezo a pedalear con rapidez esquivando unos cuantos autos y personas, unos insultos bastantes groseros logro escuchar por lo que fruncí el ceño pensando que esas personas son bastante groseras, a medida que bajaba la velocidad podía ver la entrada vacía y como algunos llegaban corriendo, no soy la única que está llegando tarde. en un intento de querer frenar para no llevarme de frente a una niña termino sobre el suelo con Adam sobre mí, era de esas imágenes graciosas e incomodas, la bicicleta a un lado con la rueda trasera girando y varios papeles sobre el suelo e incluso algunos aun cayendo del aire, mire de reojo a mí amigo quien mantiene ambas manos apoyadas sobre el suelo evitando que todo su cuerpo este sobre el mío, de repente vuelvo a sentir ese calor en mis mejillas, niego interiormente para dar impulso con mis manos sin saber que me daría un golpe dejando mí frente adolorida, fui estúpidamente ridícula

-aparte de echarme al suelo ahora me das un cabezazo ¿qué sucede contigo?

Niego con la cabeza tomando la mano de Adam quien con la otra se sobaba la frente, nos miramos por un instante y es tan raro porque de alguna forma lo veo tan diferente ,lo analizo con la mirada y pareciera que noto eso ya que me sonrió, una media sonrisa como siempre lo hacía dejándome perdida en mí pensamientos

-me duele el trasero-Adam suelta una fuerte risa causándome una sonrisa, no siempre lo no escuchaba reírse de esa forma

-siempre voy a apreciar nuestros encuentros

Giro sobre mis talones para observarlo, este se encogió de hombros cruzándome de largo dejándome con un hormigueo de pie a cabeza, usualmente Adam no es de decir esas palabras por lo que las veces que las dice, me pone muy nerviosa.
cuando apenas es el mediodía me encuentro en el comedor del instituto, lugar que consiste en dos pisos, el último se considera una universidad luego estaba la secundaria donde me encuentro en mí último año y créanme que el sufrimiento lo conoces en ese instante, el instituto tiene patio delantero y trasero donde se podían ver algunos bancos de color ladrillo y las mesas, había varias flores de rojo y blanco y luego estaban los arboles que ya dejaban caer sus hojas secas de varios colores, tome asiento en un banco bajo un árbol que mecía sus hojas y dejaba caer unas que otras, mire alrededor dando un suspiro mientras apartaba la bandeja de la comida sin haber sido tocada, unos que otros de mis "compañeros” por decirlo así reían entre si y otros estaban en plena demostración de su amor haciéndome girar la cara bastante disgustada porque no muestran ningún respeto frente a sus amigos quienes comían o hablaban bastante, un silbido capta mí atención.

-¡ey! ¡Lía!

Observo la figura de Adam a unos metros, al parecer su intención era acercarse pero una mano en su hombro derecho lo detiene, algo que me hace volver a mí asiento, sintiendo una sensación horrible en mí pecho, como una presión al ver como los amigos de Adam no aceptaban nuestra amistad.
el reloj marca las cinco de la tarde, horario que finaliza las clases, miro al rededor pero no veo señal de Hani por lo que sospecho que tenía prisa por salir del aula, camino por los pasillos hasta llegar a la puerta que conectan con la salida dándole un saludo al portero, pisando el último escalón veo como una Ferrari roja se detiene algo que me impide seguir mí camino, intento verme neutra ante su sonrisa burlesca, Clarisa acomoda su cabellera castaña dándose una mirada al espejo retrovisor, chasqueo la lengua dándome cuenta de quién está como piloto, Alex se encuentra con un semblante bastante serio sin prestar atención a lo que su novia haría, como siempre un maldito manipulador ¿donde quedo ese Alex Bruce que conocía?

-Lía Shin...hasta tu nombre me repugna

Aun no logro entender cómo fue que llegue a tener a alguien que me odie de tal forma como lo hace clarisa quien es muy conocida en el instituto y lleva el primer puesto de popularidad ¿cómo pueden admirar a alguien que lleva pura maldad en su sangre?



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En el texto hay: muertes, drama, hombreslobos

Editado: 29.05.2019

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