-explíquenme niños ¿Dónde han visto a este payaso? ¿Pueden decírmelo? –interrogaba el agente a Ángel y Naomi
-se lo diremos pero por favor prometa que no le dirá a mi mamá o a la tía Melody que se lo dijimos-respondió la pequeña Naomi
-¿Por qué les impiden decirlo? –
-es que el payaso, está dentro de mi papá, se mete en su cuerpo en las noches para matar niños-comentó Ángel
-oh ya entiendo, de nuevo la familia no quiere que los demás sepan que esconden a un criminal, niños no hay alguien que tome el cuerpo de su padre, el payaso asesino es su padre-
-pero ese payaso es malo, y papá no es malo con nosotros, nos quiere y nos da muchos regalos –dijo Naomi
-¡ay mis niños! Me da mucha pena que a ustedes estén creciendo en este ambiente, sobretodo porque viven con la verdad disfrazada, pero atraparé a ese ser que les da tanto miedo y vivirán felices se los prometo-
-gracias detective -dijeron los pequeñitos y siguieron jugando
El detective subió las escaleras hacia el cuarto de Manuel, llamó al oficial Morrison para que lo ayudase a buscar más pruebas y escondido entre los cajones de ropa interior se encontraba un disfraz de payaso
De inmediato la policía comenzó la búsqueda para arrestar a Manuel, pero no se encontraba en la mansión, porque justo estaba con Francisco Ortegón en la delegación, pagando la fianza para que dejaran libre a Gerardo
Por otra parte Lucía volvió a despertar, ahora más consiente, y en la reja de su celda seguía la llave encerrada en la caja de cristal y un nuevo sándwich, un vaso con agua y una nota que decía:
“Aquí tienes tu alimento del día, necesito que recuperes tus fuerzas para que puedas cantar muy alto, tanto que tus notas hagan a ese cristal romperse, toma el agua, bebe y refresca tu garganta, pero no te olvides de cantar hasta quedarte sin voz”
La chica no tuvo que pensarlo dos veces, ella prefería ser libre que quedarse ahí un día más, así que comenzó a vocalizar, la nota más aguda podría hacer que ese cristal se quebrase, el sonido rugía entre las paredes por el eco
Cantó una y otra vez como una verdadera cantante profesional de ópera, pero nada funcionaba, ese cristal era muy fuerte, incluso para romperse golpeándolo, lo que llevó a Lucía a seguir intentándolo, pero se quedó nuevamente sin fuerzas, sentía que se le cerraba la garganta
-cuánto tiempo más me quedaré aquí, si realmente quiero salir creo que si tendré que perder mi voz, mañana lo volveré a intentar hasta romper ese cristal y cuando salga mi captor estará en serios problemas- dijo Lucía a si misma
Mientras que la monja iba de camino a la oficina de interrogación para mostrarle al detective el cuchillo ensangrentado, pero él ya había partido hacia la delegación en busca de Manuel Monroy
-¿No llegó, el detective a trabajar hoy? –cuestionaba a si misma
Pero al pasar Christina, la sirvienta, le preguntó
-discúlpeme Madame, ¿el detective ya llegó? –cuestionaba la madre Mary Eunice
-si vino hermana, pero ya se fue, se marchó con prontitud, con un disfraz de payaso en las manos, al parecer era otra evidencia, no sé si eso tenga que ver con la muerte de Charles, pero no dijo si volvería pronto-
-bueno, en ese caso avísame si regresa, necesito hablar con él, no lo he visto desde que llegué, mientras tanto seguiré ayudando a mi hermanita con los carteles de búsqueda, ya sabes que está muy desconsolada por su hija-
-pues a lo mejor le falta un poco más de fe en Dios, hermana Mary, para que las cosas se puedan solucionar -comentó Christina
-si, a eso he venido, a levantar la moral de esta casa, verá que pronto estaremos mejor-
Por otro lado las circunstancias en la delegación parecían favorables para la familia Monroy, pues Gerardo era puesto bajo libertad, ya que Francisco y Manuel habían sobornado al juez con una buena cantidad de dinero, además de haber pagado la fianza.
Pero cantaron victoria antes de tiempo, pues la policía llegó a arrestar al payaso asesino: Manuel Monroy
-agente Marrufo, explíqueme ¿a que se debe esto? –cuestionó el juez de la delegación
-su señoría, este sujeto es uno de los asesinos más buscados, primero fue un feminicida y ahora priva de la vida a los niños, disfrazado de payaso. Tenemos las evidencias como su traje ensangrentado y la declaración de sus hijos, quienes lo han visto atacar a sus víctimas, así que con su permiso, debemos tratar a esta persona como se lo merece –respondió el detective
-en ese caso, tenemos que darle su sentencia no sin antes que el culpable haga su propia declaración de los hechos y estando su cuñado y su hermano aquí serán sus testigos se le designará un abogado de oficio– ordenó el juez
Lo detuvieron de manera brusca, sin él mismo saber porque, en ese momento el juicio en contra de Manuel Monroy Comenzó; Gerardo se apuró a llamar a su familia y de inmediato todos se trasladaron a la delegación
Cuando todos estuvieron juntos, el juez daba la sentencia
-Manuel Monroy tus actos de maldad hacia la sociedad mexicana han sido juzgados y te declaro culpable, porque existen las pruebas suficientes que demuestran que eres el asesino de los niños desaparecidos, del único que no se te comprueba es de Charles, pero es muy probable que si lo seas así que le pediré al agente Marrufo que siga trabajando en el caso, mientras tanto tu sentencia será la muerte, en la silla eléctrica...