ALINA
El artefacto estaba listo. Cada símbolo, cada runa, cada hilo de energía estaba en su lugar.
Si funcionaba, podría contener parte del poder que Adrián había absorbido, aunque solo fuera temporal.
Pero cuando giré para revisar los últimos sellos, él estaba allí. Mojado, oscuro, imponente. Sus ojos me quemaban, mezclando deseo y desafío.
—¿Así que intentas jugar conmigo? —susurró, con esa sonrisa peligrosa que siempre me hacía temblar.
—No es un juego —dije, tratando de mantener firmeza, aunque mi cuerpo gritaba otra cosa.
Antes de que pudiera reaccionar, se acercó.
Su mano rozó la mía mientras incliné la cabeza hacia él.
—Alina… —susurró, y no pude evitar estremecerme—. No puedes luchar contra lo que sentimos.
Sus labios encontraron los míos, y todo lo que había planeado se deshizo.
El beso era profundo, cargado de deseo y miedo, de entrega y advertencia. Cada roce me hacía sentir viva y peligrosa al mismo tiempo.
Nos abrazamos con fuerza, y sentí que nada en el mundo podía separarnos en ese instante.
No había palabras, solo nosotros, el poder vibrando a nuestro alrededor y la certeza de que éramos más fuertes juntos.
Cuando nos separamos un momento, jadeando, lo miré y supe que habíamos cruzado un límite.
—No hay vuelta atrás —dije, con un hilo de voz.
—No —respondió él, con esa sonrisa que me derretía—. Y no quiero que la haya.
La ciudad seguía en silencio, pero yo sentía el latido de su poder y del mío entrelazados, como un fuego que no podía apagarse.
Por primera vez, dejamos de ser enemigos y nos convertimos en algo… más.
Graciassss 🖤.