Capítulo Unico

Su cabeza dolía como el infierno. No sabia como habia terminado en medio del bosque. La verdad... no tenía recuerdos de nada. Había despertado junto a un árbol, vestido con un traje negro, que se veía bastante elegante. Trato de recordar, pero el dolor de cabeza parecía aumentar cuando lo intentaba. Tocó su cabeza buscando alguna herida, pero solo encontró un poco de sangre, más ninguna herida

Raro

Ahora se encontraba caminando entre los árboles, tratando de ubicarse y salir del bosque. Aunque no podía recordar nada era obvio que debía salir de ahí. No sabía en verdad cuanto llevaba caminando, pero parecía que ese bosque no tenía fin y ya se estaba cansando de dar vueltas.  Vio algo pasar entre los árboles demasiado rápido. Retrocedió unos paso. Lo último que necesitaba era encontrarse con un animal salvaje y el que esté oscureciendo no ayudaba mucho tampoco. Casi tropieza cuando volvió al escuchar un ruido a sus espaldas. Se sentía observado.

-Ho-hola - Se golpeo mentalmente cuando su voz flaqueo. La luz cada vez mermaba más y la oscuridad se comenzaba a adueñar de cada rincón. Soltó un grito cuando su mano fue sujeta.  Era grande, le supera por una o dos cabezas. Su cabello rubio y ojos azules resaltan a pesar de la penumbra

- Corre - Dijo el rubio y antes de poder reaccionar ya era jalado por este. Por unos instante estuvo renuentes, pero al escuchar un extraño ruido atrás y mirar de reojo nuevamente unas sombras no dudo en acelerar el paso, dejándose llevar por el rubio - ¡Corre! ¡Ya casi llegamos! - Grito el rubio. El otro no pregunto solo hizo lo que le decían. a unos pocos metros se podía ver lo que parecía una pequeña cabaña en medio del un claro. Corrieron hasta llegar a su destino y el rubio abrió la cabaña y lo empujo adentro

-¿Que...que mierda fue... eso? - Trato de hablar mientras trata de regular su respiración

- Lenguaje - Respondió el rubio, quien estaba menos agitado - Son cosas con las que no quieres encontrarte nunca - El rubio miro al contrario; Cabello castaño, bastante desordenado, en traje y con una pulida barba en candado -  Es peligroso estar de noche en el bosque - Dijo caminando a un sillón donde se sentó. El castaño lo siguió

- ¿Donde estoy? ¿Que es este lugar?

- Un bosque 

El castaño torció los ojos ante la respuesta obvia del rubio

-¿Cual es tu nombres? - Pregunto el rubio

- ¿Mi nombre? - Repitió el castaño. Llevaba haciéndose esa pregunta desde que despertó. De repente algo surco su cerebro - Tony...

- Bueno Tony... creo que desde hoy seremos compañeros de casa. Mi nombre es Steve Rogers - Tony frunció el ceño ante lo dicho por el rubio

-¿Como que compañeros?

- Nadie sale de este bosque - Respondió serio el rubio, posando su  penetrate mirada en los curiosos ojos del castaño

- Eso es imposible... debe haber una forma 

- No la hay - Dijo Steve. Tony pudo ver un sentimiento como de tristeza y lastima en los ojos azules, que le hizo estremecer

Ya habia pasado un mes y Tony aun estaba en esa cabaña. Steve le habia prestado ropa, aunque esta le quedaba muy grande. Había intentado entrar en el bosque, pero siempre en algún punto del camino se encontraba con Steve. Lo raro era que, a pesar de todo, no sentía miedo del rubio o algún sentimiento que le indicará estar alerta, no, era todo lo contrario, el rubio lo hacía sentir tranquilo, en paz, hasta el punto que por las noches solía escabullirse a la cama del rubio cuando las pesadillas comenzaron. Se estremeció recordando los sueños donde las sombras se lo tragaban. Aunque habia momentos que se sentía triste sin razón alguna, Steve siempre lograba subirle el animo, dando cortos paseos o llendo al pequeño riachuelo que habia cerca, o tambien contando historias de cuando Steve era soldado, aunque nunca le decia donde habia peleado exactamente o por que se habia retirado tan joven del ejercito. Podían llamarlo loco por las circunstancias que estaba, pero Steve hacía que su pecho se llenará de un calorcito que no recordaba haber sentido nunca, aunque eso no hacía que su deseo de salir del bosque se desvaneciera por completo

- Esta haciendo frio hoy - Dijo Steve, llegando a la entrada donde estaba sentado Tony -  Parece que lloverá

- ¿Cuánto llevas aquí? - Pregunto Tony, sin despegar los ojos de las hermosas flores blancas que rodeaban la casa

- Mucho tiempo- Contestó Steve, después de soltar un profundo suspiro - Más de lo que puedo recordar

- Suenas como un anciano - Se burló Tony. Steve rió entre dientes

- Solían decirme mucho eso

Tony a veces se preguntaba por qué Steve solía hablar mucho en pasado.

- Tengo que salir un rato - Dijo Steve - Necesito que te quedes acá

-¿Eh? ¿Para donde? No dijiste que nadie sale de este bosque - Tony frunció el ceño. 

- No voy a salir del bosque - Respondió Steve - Volveré más tarde. No salgas

Tony frunció los labios y asintió no muy convencido. Steve entró otra vez a la cabaña y salió con una chaqueta café y una camisa de cuadros. Otra cosa que habia notado Tony, era que Steve solía vestir como un hombre viejo. Vio la amplia espalda perderse entre los árboles. Tony se mordió el labia y su pierna se movía de forma nerviosa. Queria saber a donde iba a ir Steve, pero tambien tenia el deseo en intentar nuevamente salir del bosque. Se puso de pie, dudo por unos instantes antes de salir corriendo. Algo en el fondo le decía que se devolviera, que no se alejara de la cabaña... Que se quedara con Steve. Pero su curiosidad y deseo de salir gritaban más en su cabeza