Secretos del Corazón

Capítulo 2

Me doy vuelta hacia ellos, cruzo los brazos y les pregunto, —¿Ahora qué hicieron?

Si Rita vino tan desesperada a buscarlos, entonces alguna se mandaron. No hay mucha ciencia.

Logan habla primero, —Rita, vamos a necesitar un poco más de contexto, porque adivinos no somos, —Nick asiente al escuchar a Logan.

—Bien, estaba en el pasillo guardando mis cosas y escuché una conversación que decía que algunos chicos del equipo de rugby tuvieron una pelea con otros chicos el domingo. No sé muy bien que pasó, pero supongo que planean hacer algún tipo de broma al colegio de este equipo esta noche.

—Ah, pensé que era algo más grave. Me asusté, —dice Logan, apoyando una mano sobre su pecho.

Nick sonríe, —Gracias por preocuparte pero ya lo sabíamos. Somos los capitanes del equipo, creo que es obvio que sabemos todo lo que pasa dentro y fuera del equipo.

—No pueden ir, —intervengo. Siendo el capitán y el co-capitán, toda la culpa va a recaer en ellos. Si los atrapan o alguien los ve, ellos van a ser los que más perjudicados salgan.

Nick y Logan intercambian una mirada rápida, —No te estábamos pidiendo permiso, —dice Logan, —esto es asunto del equipo de rugby, no tienen que meterse.

Nick da un paso hacia mí, —Entiendo tu preocupación pero…

—No es solo preocupación, ustedes dos son los capitanes del equipo. Si algo malo pasa, ustedes van a recaer con toda la culpa por ser los capitanes. Si quieren ir, vayan, pero sepan que si algo malo pasa, ustedes dos pueden ser los que se queden fuera del equipo por ver quién la tiene más grande, —dicho eso, doy media vuelta y tomo a Rita de la mano, y comienzo a encaminarme para mi clase de francés.

Entiendo que sea asunto del equipo de rugby y que yo no tenga nada que ver, pero es inútil provocar una pelea entre colegios. Quiero creer que no van a ir, pero los conozco, y estoy segura que en este preciso momento ya están pensando en reunir a todo el equipo.

Rita está sentada a mi lado mientras toma nota sobre los tiempos verbales. Trato de concentrarme pero ya pasaron quince minutos de la clase y todavía ninguno de los dos está acá. Nick no tiene el promedio perfecto. Sí tiene buenas calificaciones pero digamos que es un alumno promedio. Logan no. Él siempre toma nota, hace y responde preguntas y nunca se ausenta a clase a menos que presente algún tipo de razón lógica, por eso me extraña que no esté aquí. Ojalá sean lo suficientemente inteligentes como para que no los atrapen faltando a clase.

—¿Señorita Astroff? —escucho que me preguntan. Mi apellido me saca de mis pensamientos y redirige mi enfoque en el profesor que estaba parado a mi lado. ¿En qué momento llegó acá?

—¿Sí? Perdón estaba pensando en algo…

—¿Está todo bien? ¿Algo con lo que pueda ayudar? —me pregunta acercándose un poco más.

Por instinto muevo mi cuerpo un poco para la derecha, poniendo algo de distancia, —Sí, está todo bien. Gracias por preocuparse, —él me sonríe y continúa con la clase.

Luego de un rato suena el timbre. Tomo mis cosas y camino junto a Rita hacia la salida. Sin prestar mucha atención, choco contra alguien en la puerta.

Estaba lista para disculparme hasta que me dí cuenta que era mi hermana.

—¿Por qué estás tan acelerada? —le pregunto, noto que su labio estaba lastimado, —¿Qué te pasó en el labio?

Ella me mira con cara asustada, da vuelta su cabeza y me empuja para entrar, posicionándose detrás de mí y Rita. Dos segundos más tarde aparece una chica, mucho más alta que mi hermana pero de mi misma estatura. Ahora entiendo, Rita y yo éramos un escudo humano. ¡Genial!

La chica que aparentemente estaba persiguiendo a mi hermana trata de pasar pero se lo impido, —¿Te corres? —me pregunta, poniendo una mano sobre mi hombro para moverme, la cual Rita saca enseguida, —¿Y vos quién sos? —le pregunta.

—¿Eso es importante? ¿Por qué perseguís a esta chica? —le pregunta Rita.

—No es asunto tuyo.

Interrumpo a Rita antes de que le conteste,—Es mi hermana, así que sí, es asunto mío. Escucha, no sé quien sos ni que hizo mi hermana, pero, estoy segura de que no quieres que esto llegue a la directora, ¿no? Tengo una relación cercana con ella, estoy segura que si le digo que vi con mis propios ojos un caso de bullying, no le va a hacer mucha gracia.

Se nota que no sabe qué contestar, ya que se queda callada y sus ojos ya no están dirigidos a mi hermana, sino a mí.

—¿Piensas que con esa estúpida amenaza vas a lograr algo? Tu hermana es una zorra, ¿por qué no le cuentas a tu hermana lo qué hiciste Suz?

—¿Cómo la llamaste? —le pregunto dando un paso al frente, haciendo que la chica retroceda.

Rita pone una mano sobre mi muñeca tirando de ella, —Amiga estás haciendo una escena, —me advierte, y tenía razón pero tampoco podía quedarme sentada viendo como insultan a mi hermana.

—¿Se puede saber qué está pasando? —pregunta el profesor de francés. Había salido del salón pero volvió, y creo que la situación ya se entendía de por sí.

Lo miro y sonrío, —No pasa nada, solo estábamos hablando. No se preocupe, —él me mira sin creerme una sola palabra, pero decide no intervenir. Los alumnos comienzan a dispersarse.

—Salvada por la campana, —le dice la chica a mi hermana. Vuelve por donde vino.

Me doy vuelta junto a Rita para enfrentar a Suz, —Salvada una mierda, ¿por qué te perseguía esa chica?

Suz agacha la cabeza. En nuestra niñez, nos han dicho que parecemos casi gemelas, pero con el pasar del tiempo, Susan se tiñó el pelo, yo crecí de estatura, y nuestras facciones comenzaron a diferenciarse: yo tengo pecas mientras que ella no; ella es pelinegra mientras que yo soy castaña clara. Digamos que somos como un gato naranja y un gato negro. Es la mejor manera de explicarlo.

—¿Piensas contestarme? —le pregunto.

Levanta la mirada, —Está bien, pero no acá. Vayamos a un lugar un poco más privado, —Rita me acompaña hacia unos bancos en el pasillo, lo más alejados posibles de las multitudes.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.