Secretos del Corazón

Capítulo 4

Después de escuchar a Logan, me puse de pie y salí de su habitación. Él ya se había quedado dormido.

No sabía cómo interpretar sus palabras, pero algo en mí había cambiado. Mis sentidos estaban alerta, y el efecto del alcohol se había desvanecido por completo, dejándome solo con una incómoda sensación de vergüenza. Vergüenza por la forma en que había hablado sobre Nick.

Cualquier chica querría estar con él. Siempre fue el más codiciado de la academia, y aun así, me eligió a mí. Antes de mí, sus amigos decían que nunca se había comprometido con nadie como lo hizo conmigo. Solo ese hecho bastaba para demostrar que estaba enamorado.

Tengo que arreglar esto…

Bajo por las escaleras. No veo señales de mi hermana ni de Rita por ningún lado. Salgo de la casa, dejando el ruido y la gente atrás.

Nick estaba con el grupo de rugby afuera cruzando la calle, caminando hacía la casa de Logan.

Él todavía no me vió, pero yo sí. Camino rápido, y me apresuro a correr hacia él. Morgan lo golpea con el brazo a Nick. Sus hermosos ojos claros se encuentran con los míos. Su expresión cambia al verme. Era una mezcla de confusión y asombro.

Extiendo los brazos al llegar a su cuerpo, y lo abrazo. Mis brazos rodean su cuerpo, mientras mi cara se hunde en su pecho, y puedo sentir que estoy en mi lugar seguro.

Nick les dice a sus amigos que vayan a la fiesta. Nos quedamos abrazados en la calle alejados de todos.

Levanto la cara para verlo bien. La luz de la luna ilumina su cara. Sus facciones tan definidas y suaves al mismo tiempo, y me recuerdan por qué me enamoré de él. Por qué lo elegí a él.

—¿Qué pasó? —me pregunta preocupado.

Sonrío, no quería preocuparlo, —No pasó nada, simplemente te extrañaba.

Nick me besa la frente, —¿Quieres ir a dormir a tu casa? —me pregunta. Asiento y nos vamos a mi casa. Le pido su celular para llamar a Suz y decirle que me había ido.

Ya eran alrededor de las dos de la mañana. El clima se había vuelto mucho más frío y pesado. Me preguntaba dónde estaban nuestros padres, tanto los Rogers como los míos. Me parece que la cena se extendió un poco…

Nos acostamos en mi cama. Todavía estaba bajo los efectos del alcohol. Podía sentir un ligero hormigueo en mis manos y en mi lengua. Mis mejillas estaban un poco rojizas y mis pupilas dilatadas. ¿Qué puedo decir? Los efectos del alcohol…

Nick me abraza mientras recuesto mi cabeza sobre su pecho.

—Momento de dormir dale. Aunque no te salvas de hablar mañana, —me dice mientras me acaricia la cabeza cerrando los ojos.

Hasta hace dos segundos tenía todo el sueño del mundo, y de la nada, no tenía más sueño. Levanto mi cabeza mirándolo. Nick abre los ojos, —No tengo sueño.

Él sonríe, divertido, —Hace dos segundos querías dormir.

—Sí, pero hace dos segundos no tenía energía, ahora sí la tengo, —le digo incorporándome.

Él recuesta su cabeza sobre la palma de su mano, flexionando su brazo, —Así que ahora tienes energía eh…

Tomo una almohada y lo golpeo, —¡Tanta energía no tengo! —exclamo. Él toma la almohada antes de lo logre golpearlo. Se levanta y me besa. Un beso corto y dulce.

—Estaba bromeando, yo tampoco tengo tanta energía. Podemos ver una película entonces, ¿quieres? —me pregunta todavía con una sonrisa cubriendo su cara. Asiento y él se para para buscar mi computadora. Sin darme cuenta me quedo dormida abrazándolo.

Nos levantamos con el sonido de la alarma que marcaban las 6:30 de la mañana. Nick apaga la alarma y vuelve a abrazarme.

Sonrío al levantarme y verlo a mi lado. Me levanto y siento un tirón en la cien. Lo único que odio del alcohol son dos cosas: te hace hacer o decir cosas estúpidas de las que seguramente al otro día te arrepientas, y, te deja un dolor de los mil demonios la mañana siguiente.

Hace mucho no tomaba como lo hice ayer. Nunca cargué el celular porque nunca encontré mi cartera y hoy tendría que ir a clase como si nada. Como si no tuviera un dolor de cabeza tremendo y como si no me acordara lo que dijo Logan ayer antes de irme.

Todavía me acordaba. Me acordaba de su cara cansada y sus mejillas rojas por el alcohol. También me acordaba de lo último que había dicho cuando estábamos solos en su habitación:

“Y lo entiendo, ¿sabes? Si tú fueras mi novia… tampoco querría verte cerca de otro.”

Sacudo la cabeza eliminando cualquier recuerdo de ayer. Me baño y arreglo para verme decente y no como uno de esos zombies salidos de The Walking Dead. Luego de ducharme, Nick se prepara. Trato de despertar a mi hermana pero no se encontraba en su cuarto.

Tomo el celular de Nick y la llamo. No contesta hasta el tercer intento.

—¿Dónde mierda estás? —ella no me contesta enseguida. Aparentemente la desperté, pero las clases empezaban a las ocho en punto, y ya eran alrededor de las siete y cuarto.

—Descuida, estoy en lo de los Rogers. Luego de que te fueras Logan se levantó y cerró la fiesta, le pedí si podía quedarme a dormir porque pensé que tú y Nick…ya sabes…harían ruido.

Froto mis ojos, —Es lo más estúpido que escuché pero está bien. Solo, apúrate y ni se te ocurra faltar a clase, —ella comienza a quejarse de que la trato como si tuviera diez años y blah blah blah. Corto la llamada y dejo el celular de Nick pero le llega una notificación de Instagram de una tal Sadie.

Escucho como se abre la puerta y tiro su celular a la cama, —¿Quieres desayunar? —le pregunto.

—¿Usaste mi celular? —me pregunta.

Asiento, —Fui al cuarto de Susan y no estaba así que la llamé con tu celular porque el mío no tiene batería, —él asiente al escucharme y me besa.

Bajamos para desayunar rápido y luego salimos para el colegio. Ya eran las siete y treinta. Mis padres seguían durmiendo. Creo que ayer volvieron un poco tarde…

En el auto, Nick decide romper el hielo, —Ya se que es un poco temprano todavía pero tenemos que hablar.




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