Secretos del Corazón

Capítulo 5

Dos horas. Dos horas estudiando y practicando ejercicios de matemáticas. Traté de concentrarme lo más que pude pero mi mente no estaba tranquila.

Por un lado, seguía dando vueltas al asunto de Nick. Él se encontraba sentado en la punta de la mesa, mirando su celular. De vez en cuando levantaba la vista y se fijaba en lo que estábamos haciendo.

Por otro lado, mis pensamientos acerca de la señora Rogers eran confusos. No tenía sentido lo que dijo Stevan. Tal vez me era un poco difícil de digerir, pero Logan era el mejor de la clase. Recibir ayuda de él tenía todo el sentido del mundo. Además de la comodidad que me daba al vivir cerca.

Sí, Stevan definitivamente anda viendo demasiadas películas como para pensar que su madre puede planear esto.

La presencia de Nick tensaba todo el ambiente. Desde que comenzamos a estudiar, Logan se sentó enfrente mío y no me volvió a ver a los ojos. Era evidente que él y Nick hablaron. Conociéndolo a Nick, seguro le tiró la típica amenaza de: si me entero de algo te la vas a ver conmigo.

Realmente no me importaba tanto, pero odiaba lo incómodo que se había vuelto el ambiente. Hasta sacarle punta al lápiz se sentía incómodo.

—¡Okay, ya está! ¡No puedo concentrarme! —exclamé, soltando el lápiz con frustración.

—Obvio que no te vas a concentrar si ni siquiera lo intentas. —Logan me lanzó una mirada incrédula—. Hace diez minutos que estás mirando la hoja con el mismo ejercicio.

Sentí un leve alivio. Al menos las cosas parecían volver a la normalidad.

—¿Y cómo sabes que no lo estoy intentando? —fruncí el ceño—. ¡Simplemente no lo entiendo!

Logan levantó la mirada con una mezcla de burla y desconcierto.

—¿Cómo es posible que me hayas ganado el primer puesto siendo tan torpe para matemáticas? De verdad, no lo entiendo…

Rodé los ojos y crucé los brazos sobre la mesa.

—Oh, lo siento, genio matemático, no todos tenemos una mente privilegiada para los números.

—Ni siquiera es difícil, Melany —suspiró Logan, pasándose una mano por el pelo—. A ver, ¿qué parte no entiendes?

—Todas. Desde que pusiste los números en la hoja.

Él dejó caer la cabeza sobre la mesa con un golpe suave.

—Voy a fingir que no escuché eso…

Me mordí el labio para no reír. La verdad, me frustraba no entender, pero ver a Logan al borde de la desesperación por mi culpa tenía cierto encanto.

—A ver, intenta explicarlo otra vez, pero con palabras que un ser humano normal pueda entender —dije, empujando la hoja hacia él.

—¿Y qué crees que estuve haciendo en la última media hora? —murmuró con sarcasmo. Luego, sin decir nada más, se levantó y rodeó la mesa hasta sentarse a mi lado.

Sentí un leve cosquilleo en la nuca cuando su brazo rozó el mío. Ahora podía verlo más de cerca, notar el ligero fruncimiento en su ceño y la forma en que giraba el lápiz entre sus dedos.

—Bien, volvamos al inicio —dijo, subrayando el problema en la hoja—. Este es un sistema de ecuaciones. La clave es aislar una variable para despejar la otra…

A medida que hablaba, mi mente divagó un poco. No porque no quisiera prestar atención, sino porque era difícil concentrarse cuando él estaba tan cerca. Logan tenía esa confianza natural que hacía que todo pareciera fácil, como si el mundo simplemente se doblara a su voluntad.

¿Pero qué mierda? ¡Concéntrate! —me doy una cachetada mental y separo un poco mi cuerpo del suyo. Nick se estaba quedando dormido en su silla, mientras Logan solo seguía hablando de…¿de qué estaba hablando?

—Melany —llamó mi atención, chasqueando los dedos frente a mi cara—. ¿Estás escuchando o estás pensando en qué vas a almorzar mañana?

—Estoy escuchando —mentí descaradamente.

—Ajá, claro. Entonces dime, ¿qué paso hay que hacer ahora?

Miré la hoja. Miré sus ojos divertidos. Luego volví a mirar la hoja.

—Eh… ¿sumar algo?

Logan suspiró, pero esta vez sonrió.

—Definitivamente es un milagro que me hayas ganado en las calificaciones.

Solté una risa ligera,—Y sin embargo, aquí estoy.

—Sí, aquí estás… perdiendo la paciencia y haciéndome perder la mía —bromeó, dándome un leve golpe con el lápiz en la frente—. Dale, concéntrate.

Y esta vez, aunque fuera solo un poco, realmente lo intenté.

Alrededor de treinta minutos pasaron.

—Increíble tu nivel de apoyo moral, ¿eh? —le dije a Nick cuando ya habíamos terminado, empujando suavemente su brazo.

—Mmh… estoy aquí, eso cuenta, ¿no? —respondió con voz ronca, sin despegar la mejilla de la mesa.

—Ni siquiera estás prestando atención —bufé.

—Exactamente. Prefiero no torturarme con cosas que no necesito.

Logan rodó los ojos, claramente harto de ambos.

—Bien por ti, pero si tu novia no aprende esto, me va a arrastrar al infierno con ella.

Nick rió por lo bajo pero no agregó nada más. Pude notar como su mandíbula se tensaba. Sí, definitivamente las cosas estaban tensas.

Finalmente era momento de ir a casa, Nick me pasó un brazo por los hombros y salimos juntos.

—Al menos sobreviviste —bromeó mientras caminábamos hacia su coche.

—No sé si llamarlo sobrevivir… más bien, Logan decidió que ya no tenía esperanzas.

_______

Al día siguiente, la lluvia golpeaba suavemente contra la ventana de mi habitación, llenando el espacio con un sonido rítmico y constante. El cielo gris apenas dejaba filtrar luz, envolviendo todo en una atmósfera perezosa.

Me moví un poco bajo las sábanas y sentí el peso cálido de un brazo alrededor de mi cintura.

Nick.

Parpadeé un par de veces, aún entre la somnolencia y la vigilia. Se había quedado a dormir, como muchas veces antes. Su respiración era estable, tranquila.

Me quedé mirando el techo, con la mente aún atrapada en los restos de un sueño que no terminaba de recordar. Solo sabía que no había sido sobre Nick.

Me mordí el labio y cerré los ojos, respirando hondo. Todo estaba bien. Todo debía estar bien.




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