Secretos del Corazón

Capítulo 11

Hago un ademán para salir, pero él me detiene una última vez.
—Él lo sabía, Mel. Logan siempre supo que yo estaba con otra. Fijate qué tanto podés confiar en él ahora.

Salgo de la cocina lo más rápido que puedo. Tal vez escuché mal... o tal vez simplemente me lo dijo a propósito, sabiendo que iba a dolerme, como yo lo lastimé a él.
Decido ignorar a Rita y me pierdo por los pasillos, buscando alguna habitación disponible.
No quería llorar. No quería permitir que este drama arruinara mi noche. Pero tampoco podía fingir que las palabras de Nick no me habían afectado.
Su expresión me había provocado un rechazo inmediato, aunque parecía que justo eso era lo que buscaba: herirme.
Mañana voy a tener que hablar con él. Ignorarlo en el instituto sería imposible.

Unos golpes suaves en la puerta me sacan de mis pensamientos.
Logan aparece en el umbral, con un vaso en la mano y una expresión de preocupación.
—¿Qué pasó? —pregunta, sin entrar del todo.
—Nick... él...
Dudo. No sé si debería decirle la verdad. No quiero provocar más peleas.
—Tomó demasiado y... dijo algunas cosas bastante hirientes.
—¿Qué cosas?
—No importa —respondo, bajando la mirada—. Estaba demasiado borracho como para saber siquiera lo que decía. Me voy a encargar de eso después. No te preocupes.

Logan da un paso adelante, cierra la puerta con cuidado y se acerca para dejar el vaso sobre un mueble cercano.
Se queda quieto, mirándome, como intentando leer entre líneas si realmente estoy bien.
Finalmente acorta la distancia y, sin decir nada, me envuelve en un abrazo.
Al principio me tenso, sorprendida, pero después me dejo llevar. Me aferro a él con más fuerza de la que debería, como si necesitara desesperadamente que alguien me sostuviera.
—No tenés que bancártelo sola —murmura contra mi cabello.
Sus palabras me rompen por dentro. Parpadeo varias veces, luchando contra las lágrimas.
—Estoy bien —miento, aunque ambos sabemos que no es cierto.

Logan se aparta apenas para buscar mis ojos.
—No tenés que estar bien todo el tiempo —dice, suave.
Trago saliva, sintiéndome chiquita, vulnerable.
—Solo quiero olvidarme de todo por esta noche —susurro.

Logan asiente, y sin pensarlo demasiado, intenta abrazarme de nuevo, esta vez de manera más protectora, más cercana. Pero yo, instintivamente, doy un paso atrás.
Él se detiene en seco, bajando los brazos de inmediato.
—Perdón —murmura, desviando la mirada—. No quiero incomodarte.
—No... no es eso —balbuceo, abrazándome a mí misma—. Es solo que... no sé qué estoy haciendo.

Logan me observa en silencio, como buscando la manera de no presionarme. Finalmente da un paso atrás, respetando la distancia.
—Está bien —dice, con un tono sereno—. Estoy acá si necesitás algo... aunque sea solo para quedarnos en silencio.

Su paciencia, su forma de quedarse sin exigir nada, me duele.
Me siento en el borde de la cama, sin saber muy bien qué hacer con todo el torbellino que siento adentro.
Logan se sienta en el suelo, apoyado contra la pared, como asegurándose de no invadir mi espacio.
Y por primera vez en toda la noche, logro respirar.

Un largo minuto de silencio pasa entre nosotros, hasta que hablo:
—Logan... no podemos hacer esto.
Él levanta la cabeza, sus ojos encontrándose con los míos.
—¿Qué cosa?
—Esto. Estar acá, como si nada. Traicionar a Nick de esta manera. Él está triste, tiene razones para estar enojado...

Logan respira hondo antes de contestar:
—Mel, todo este tiempo que fui su amigo, prioricé sus emociones antes que las mías. Siempre. Prioricé que a él le gustaras, aunque yo... —hace una pausa breve, buscando las palabras— aunque a mí me gustaste primero.

Se pasa una mano por el cabello, frustrado.
—En toda nuestra amistad, siempre lo puse antes que a mí mismo, porque lo veo como un hermano. Pero ya no puedo seguir haciendo eso. No cuando sé lo que siento.

Se detiene, dejando caer sus palabras como un peso entre nosotros.
—Entiendo que te sientas mal, y entiendo que quieras evitar peleas, pero algunas cosas simplemente... son inevitables.

Mi garganta se cierra. Trato de ordenar mis pensamientos, pero no puedo.
—Él me dijo algo... algo que me pareció raro.
—¿Qué cosa? —pregunta Logan, con el ceño levemente fruncido.
—Me dijo que siempre estuvo enamorado de otra. —Hago una pausa, respirando hondo—. Y también me dijo que vos lo sabías.

Silencio. Mis palabras quedan flotando en el aire, esperando una respuesta.

—¿Es verdad? —le pregunto, de cierta manera exigiendo una respuesta.

Logan asiente, —Sí, yo lo sabía.

Por alguna razón pensé que escuchar aquellas palabras me destruiría, pero no fue así. Simplemente estaba cansada. Estaba confundida y quería irme a la mierda. Eso era lo único que podía lograr sentir.

Me levanto. Logan hace lo mismo.

—Antes que digas algo, no estoy enojada. Tampoco quiero pelear. Simplemente…necesito un poco de espacio.

Es lo último que le dije antes de salir de ese cuarto. Estaba cansada de discutir y el típico “él dijo, ella dijo”. Quería pasarla bien. Yo misma organicé la fiesta, debería por lo menos disfrutarla un poco.

Me concentro en encontrar a Suz y Rita. Escaneo la sala hasta dar con ellas.

Ambas estaban bailando junto a un grupo de chicos. Susan parecía estar bailando pero su mirada estaba dirigida a otro lado.

A Stevan, quien bebía de su vaso mientras mantenía la vista fija en el chico rubio que tomaba a mi hermana de la cadera y la traía más cerca.

Decido acercarme y fingir que no vi nada. Ya tendremos tiempo de saber qué está pasando entre ellos dos…

—¡Hermanita! Ahí estás! —me recibe Susan tomando mi muñeca.

Rita empuja a los chicos y se posiciona a mi lado.

—No se que te habrá dicho el enfermo ese para que te pongas mal, pero…




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.