Secretos del Corazón

Capítulo 8

No sé qué mierda sentir.

No sé si pensar que es un alivio que él se acuerde del beso o simplemente pensar que nuestra relación nunca va a volver a la normalidad.

La cagué.

Ahora esta tensión tomó otra forma. Antes era divertido bailar con él y sentir cierta adrenalina de lo prohibido, de que nunca iba a pasar.

Ahora tengo miedo. Porque es real.

Él se acuerda del beso, sabe que pasó y sabe seguramente como me siento.

Pero yo no sé como se siente él, y menos después que confesara que está enamorado de otra chica.

¿Cómo se supone que debo sentirme?

—¿No vas a decir nada? —me pregunta, sosteniédome en sus brazos. Quisiera quedarme así junto a él, pero solo puedo acordarme de sus palabras. Él siente algo por otra persona.

Pongo distancia entre nosotros, —No hay nada para decir.

—¿Enserio? ¿Vas a decirme que no significó nada? ¿Qué fue algo que solo provocó el alcohol nada más?

No sé que contestar. ¿Debería mentir sobre mis sentimientos? ¿Debería decirle la verdad?

—No es eso…

—¿Entonces cómo es? Porque para mí todo ha cambiado. Ya no me siento igual que antes, y no te veo solo como una “amiga”, aunque eso quieras ser. Y, por Dios, no puedo sacarme de la cabeza ese beso.

Mis ojos no pueden evitar humedecerse.

¿Puede ser qué al fin esté pasando? ¿Puede ser que todo este tiempo hubo algo entre nosotros pero teníamos miedo a dar el primer pasa?

¿Es este el inicio de nuestra historia?

—Sus…—el toma mi cara en sus manos—, mírame y decime que no sentís nada, que el beso fue solo algo del alcohol y te juro que no te molesto más, que volvemos a hacer como si nada. Pero necesito saber que está pasando.

Es el momento.

—Stev…yo…no te veo como solo un amigo —una sonrisa ilumina su rostro—, pero también sé que sentís algo por otra persona.

Confieso, tomando sus manos entre las mías, bajándolas.

—¿Qué..?

—Lo dijiste. Dijiste que estabas enamorado de otra persona. No sé quien será pero evidentemente es alguien importante. No quiero interferir, y tampoco quiero tirarme de cabeza a permitirme sentir todo esto cuando vos…no sentís lo mismo que yo.

Hago una pausa, tratando de contener el nudo que se forma en mi garganta, mientras mis ojos no pueden apartarse de los suyos, buscando una verdad que me duela menos.

—No quiero que me lastimes —confieso al final—, pero tampoco puedo seguir fingiendo que no siento nada cuando todo en mí grita lo contrario.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.