Secretos del pantano Ross: Raíz de Jacaranda

Capítulo doce: Un dolor

El grito desesperado de Harry, ahogado por el estruendo de la puerta al ceder, resonó en la cabaña de los Guardianes como un presagio. La onda de energía etérica liberada por el colgante Queen, un pulso de poder manipulado, no era un ataque, sino una distracción. Aturdió momentáneamente a los Devoradores de Sombras que se abalanzaban sobre ellos, deteniendo su avance brutal. Pero también impactó a los Guardianes, que cayeron de rodillas, sus escudos de energía parpadeando y debilitándose. La confusión era total. La cabaña se sumió en un torbellino de luces y sombras danzantes, el hedor a azufre y energía corrompida llenando el aire.

Lourdes, protegida por el cuerpo de Harry, no entendía lo que había sucedido. Vio el colgante en la mano de Harry, un objeto extraño y frío. Vio la mirada en sus ojos, una mezcla de terror, desesperación y una decisión que no comprendía. Cuando la onda de energía la golpeó, no la hirió, pero la dejó aturdida, una sensación de frío y vacío en su vientre que la asustó más que los Devoradores. La entidad naciente, el espíritu purificado del abuelo de Harry, se retorció dentro de ella, como si estuviera siendo perturbada por una fuerza externa.

Silas, que había presenciado la activación del colgante de Harry, sonrió, una mueca de satisfacción macabra que el joven no captó en medio del caos. El plan estaba en marcha. Los Guardianes, desorientados, eran presas fáciles.

Mientras la onda de energía se disipaba, dejando a todos jadeando y desorientados, una nueva presencia, más poderosa y opresiva que la de los Devoradores de Sombras, se materializó en el umbral de la cabaña. No era una figura física, sino una distorsión en el aire, un vacío pulsante que parecía absorber la luz. El Gran Consejero Queen. No era un ser de carne y hueso, sino una manifestación etérica de pura manipulación y control, una conciencia ancestral que había residido en las sombras de la secta Queen durante eones.

La voz que Harry había escuchado en su mente, ahora resonó en el espacio, no con sonido, sino con una vibración que se incrustaba directamente en el cerebro de todos, una voz que era a la vez mil voces, un coro de susurros helados y autoritarios.

—Harry Queen —dijo el Gran Consejero, y la voz parecía salir de todas partes a la vez, de las sombras, del aire mismo—. Has dado el primer paso hacia tu verdadera herencia. La puerta está abierta.

Silas se levantó con dificultad, su rostro aún pálido por la onda de energía, pero sus ojos brillaban con una fanática determinación.

—Señor… el niño. La conexión.

El Gran Consejero Queen se movió, si es que una distorsión en el espacio podía moverse, deslizándose hacia Lourdes. Los Devoradores de Sombras, antes agresivos, ahora se movían con una reverencia casi religiosa, abriendo paso a su "maestro".

Eleanor, con un último estallido de fuerza, intentó interponerse.

—¡Aléjate de ellos! ¡Monstruo! ¡Nunca permitiré que uses su poder!

El Gran Consejero ni siquiera la miró. Su mirada, una sensación más que una vista, se centró en el vientre de Lourdes.

—La matriarca Douglas. Siempre tan predecible. Tu sacrificio es inútil. La oscuridad que resides ha abierto el camino para una mayor comprensión.

Un aura violeta, más intensa y pura que las visiones de Lourdes, comenzó a emanar del Gran Consejero Queen, envolviendo la cabaña. No era la oscuridad caótica del Consumidor que habían enfrentado antes; era una oscuridad controlada, concentrada, la esencia misma de la manipulación.

Harry sintió una fuerza invisible tirar de él, una conexión que venía del Gran Consejero. Era como si una parte de él respondiera a esa llamada, a esa oscuridad de su linaje. Su mente se sentía dividida, una lucha interna entre la lealtad a Lourdes y la atracción del poder que se le ofrecía. El colgante en su mano comenzó a vibrar con una intensidad creciente, resonando con la energía del Gran Consejero.

—Lourdes… —murmuró Harry, su voz estrangulada por el conflicto.

El Gran Consejero Queen levantó una mano etérea, y de ella surgió un rayo de energía púrpura que se dirigió directamente al vientre de Lourdes. No era un ataque letal, sino un intento de conexión, de forzar la resonancia.

Lourdes gritó. No era un grito de dolor físico, sino un grito de angustia, de sentir que algo terrible estaba sucediendo dentro de ella. La entidad naciente en su vientre, el espíritu purificado del abuelo de Harry, respondió con una explosión de luz blanca y pura, un contraataque instintivo. La cabaña se llenó de una luz cegadora, una batalla de energías que rivalizaban.

El Gran Consejero Queen rio, un sonido siseante que se clavó en los huesos de todos. —¡Sí! ¡Esa es la resonancia que buscamos! ¡El conflicto entre la luz y el vacío! ¡La culminación de siglos de experimentación!

Eleanor, con un último esfuerzo titánico, se lanzó contra el Gran Consejero, una luz verde brillando a su alrededor.

—¡No lo permitiré! —gritó, su voz desgarrada.

Pero era demasiado tarde. La debilidad la había consumido. El Gran Consejero Queen simplemente extendió su mano etérea, y Eleanor fue arrojada hacia atrás, chocando contra la pared con un gemido de dolor. La luz verde de su aura parpadeó, y luego se desvaneció casi por completo. Meredith corrió hacia ella, gritando su nombre.

En ese momento, Silas aprovechó la distracción. Sacó de su túnica un dispositivo más grande, una especie de esfera de cristal con intrincados circuitos incrustados, que se parecía al colgante Queen, pero era más potente. Harry reconoció que era una versión mejorada del colgante que él había activado.

—¡Es ahora! —gritó Silas, apuntando la esfera hacia el vientre de Lourdes—. ¡Activación de la frecuencia del vacío! ¡Drenaje selectivo!

Harry, horrorizado, intentó moverse, pero la voz del Gran Consejero Queen resonó en su mente:

—No. Este es el camino que has elegido. El camino del poder. Observa cómo se forja una nueva realidad.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.