Secretos: El secreto original.

Capítulo 5

—Miya, ¿te quieres estar quieta de una vez?— dije , no paraba de moverse y así no podía hacerle las medidas y además, no estaba de humor,

—Lynn, ayer nos secuestraron, te acuerdas, ¿verdad?—me dice mirándome seria, era la primera vez que le veía así de seria, y cuando digo sería, me referíero que daba miedo.

Me quedé quieta, no me moví ni un milímetro.

Entonces, ¿era verdad? Todo lo que pasó, ¿Pasó de verdad? Entonces si que nos inyectaron algo, pero... ¿qué nos pusieron?

Deje la cinta de medir a un lado y me separé lentamente.

—Lynn, yo tampoco sé qué nos pusieron.

¿Porqué?, ¿porqué siempre sabía que pensaba?, ¿podía leer mi mente?

Le di una mirada cuidadosa, no sabía por qué había cambiado tan repentinamente de humor, pero sin poder pedir explicaciones, Smithy entro atropelladamente y casi acaba encima de la caja donde tengo todas las agujas para coser, si no fuera por que aparte la caja de una patada y esta acabo tumbada con bastantes cosas por los suelos.

Smithy cayó entre mis piernas y me dio las gracias, suspiré y me levante para recoger las cosas que se habían quedado esparcidas por todos lados.

—Perdon... solo quería avisaros que la jefa os llama y dijo que era urgente...— decía con su dulce voz, Smithy es muy tierna.

—No te preocupes, esta bien.—Dijo Miya, bajándose de la tarima donde le había dejado.

Se volvió hacia mi y me dijo que nos diéramos prisa, que si la jefa nos llamaba seguro tiene que ser algo importante.

Nos pusimos las botas y llegamos al edificio central de la aldea.
Entramos y las dos guardianas se nos quedaron mirando, ¿qué miraban estas?

Subimos la escalera de caracol y llegando al 3 piso, tocamos la puerta que más decorada estaba y cuando oímos un, "pasar", entramos e hicimos una reverencia, cruzando los pies por detrás.

—Chicas, os he llamado porque, como ya sabréis, estáis a un mes de convertiros la nueva generación y ocupados de la aldea.-decía mientras se levantaba y rodeaba la mesa para acercarse a nosotras.

Estábamos incómodas, al menos por mi parte, y mi madre lo notó.

Tranquilas, no os voy a morder, solo quería asegurarme de vuestra vía y trabajo, por ejemplo...Miya—ella le miró directamente a los ojos—tu tienes pinta de ser una buena guardiana, no?—dijo sonriendo y haciendo estremecer a Miya, lo cual no entiendo, ella siempre había tenido esa ambición de ser una gran luchadora, y la verdad yo creo que ella sería una de las mejores candidatas. Solo que su madre era panadera y pocas probabilidades de unirse a la guardia.

—Si usted lo dice—empieza hablando y sus manos, temblando, ¿porqué?—seguro podría hacer un buen uso de mis habilidades para el servicio de la aldea.

Su voz, temblorosa, al igual q sus piernas, se ve que intenta controlarlo pero no puede, no del todo.
Esto es muy extraño; primero de todo, ayer por la noche, ¿cómo se burló del collar?, segundo ¿porqué hablaba como si fuera una persona diferente? Me refiero, por que se dedicaba ha salir de la aldea y ahora hablaba mucho más seria de lo normal, tercero, era la primera vez que yo no decía nada y ella si, ¿sería casualidad?, ¿el momento tan inusual en que fue?
Fuera lo que fuese, Miya había cambiado, no se si para bien.

—Lynn, hija mía—comenzó mi madre para llamar mi atención—te he estado criando como una jefa para que de mayor puedas gobernar tu la aldea—decía mientras me echaba una mirada que nunca había visto en mi madre, y me preocupé, sin embargo, cuando vio mi mirada, cambió la suya y ya volvió a ser la de siempre.

Extraño, pero asentí, tampoco es que pudiera hacer otra cosa.

Luego de eso nos dijo que pronto nos daría nuestros próximos uniformes de trabajo, cuando salimos, Miya empezó a caminar en silencio, yo solo la seguí.

—Lynn, yo no quiero pertenecer a la guardia—dijo parándose.

—¿Cómo? Si ese ha sido tu sueño desde que eras pequeña...— dije cada vez más extrañada.

Oye, yo, me estoy rayando, osea más confundida no me pueden dejar.
Primero; Miya empieza ha tener esa necesidad de salir de la aldea, segundo; la extraña chica que nos secuestró y mágicamente aparecemos cada una en su cama al día siguiente y tercero; el cambio de actitud de mi madre y decisión de Miya.

Todo esto no me cuadra, nada, pero bueno, de momento no tengo nada que ver, en el extraño caso de que hubiera gato encerrado...yo no creo ser la persona indicada, ni siquiera creo ser la más adecuada para dirigir la aldea...

Volviendo al trabajo, conseguir terminar dos vestidos más ya solo me faltaban... otros 34...y la graduación es el mes que viene... estoy jodida.

Me pase el resto de mi tiempo trabajando en todos los vestidos, no comí ni dormí nada durante todo este mes y llegué a desmallarme 3 veces al día.
Al final cuando faltaron 3 días para el evento...conseguí acabarlos...porfin podría dormi...

—Lynn, Miya ha venido a visitarte su... ay, pobreta mi niña, ¿estas bien?, se te notan las ojeras cielo, ¿que tal si descansas estos días hasta el evento?

—Sí mami, creo que necesito descansar...—murmure dirijiendome hacía mi camita, mi hermosa y comoda camita.

Los días pasaron y lo único a lo que e dedicaba era a dormir y trabajar en una nueva invención.

Por fin, la graduación, el día más esperado y que más dolores me habia traido. Mi madre me despertó, y me sirvió el desayuno en la habitación, me dejó sola y me cambié.
No tenía ganas de graduarme, eso significaria empezar las pasantias de jefa y mi madre me querrá llevar a sus aburridas reuniones, nooo.

Bueno, bueno, eso ya me llegará, que estoy aqui pensando en las musarañas e Izumi ya esta abajo llamandome.

—Oye, Lynn, ¿cuanto más vas a tardar en terminar de arreglarte?

—Ya voy, ya- dije terminando de abrocharme el vestido. Salí con los tacones en la mano, porque no iba a bajar las escaleras con los tacones que me mato.

Ya abajo, me los puse y mi madre nos miró a ambas.



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En el texto hay: magia y amor

Editado: 05.09.2025

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