Mis ganas de que la graduacíon acabara eran enormes y, aún ni había empezado.
Izumi me estaba ayudando a ponerme los tacones y el "collar", mi nuevo invento.
-Oye Lynn, este collar es un tanto extraño, ¿cómo se abrocha? No encuentro como hacerlo- me dice preocupada.
-Oh claro, perdón, no te lo había dicho. Es magnético, solo junta las dos partes y se engancha.
-¿Y esto cómo te lo piensas quitar si está tan pegado?
-Izumi, tan solo junta las partes, no es tan difícil, de verdad...- ¿podría dejar de preguntar por una vez en su vida?
-Vale vale , perdón, solo tenía curiosidad...
Cuando me puso el collar y me giré, parecía un poco afectada por mi respuesta, en ese momento entró la profesora Laia.
Nos dijo que nos teníamos que dar prisa, porque ya casi estaban todas las invitadas. Acabamos y salimos para empezar a nombrar las nuevas alumnas que iban a empezar a trabajar.
Después del discurso y los primeros nombramientos, hubo una pausa para comer, beber y bailar.
Yo ya me estaba sofocando así que salí al balcón antes de decir quienes serian guardianas, por que yo seria la jefa.
El frío de la noche me reconforta.
-Lynn, am...creo que tenemos que hablar..- dice Izumi mientras salia al balcón también.
-Puedo preguntar , ¿porqué?
-Verás, es sobre las últimas en ser nombradas, las guardianas.- comentaba mientras se acercaba a paso lento y como si dudara- es un tema en el que debe de haber un error... o no...no lo sé...por eso quería preguntarte si en algún momento la jefa te comentó o te dijo algo de esta gran noche.
Cada vez que se acercaba se le notaba más nerviosa.
-Pues la verdad, solo me dijo que leyera esta carta justo después de acabar la ceremonia.-dije sacando una carta de mi bolsillo, sí, vestido con bolsillos.
La cara de Izumi se puso pálida. No mucho, pero sí cambió.
Ella también sacó un sobre, pero este era de color azul cielo con detalles dorados. En este último estaban los nombres de las afortunadas que se convertirían en guardianas.
Solo unas cuantas elegidas para defender la aldea.
-Chicas, vamos a empezar ya a nombrar. Os necesito, ya.- nos interrumpió la profesora.
- Luego hablamos si quieres.
- Pero, Lynn, yo... Vale.- parecia dudar pero teniamos que salir ya al escenario.
Todo estaba preparado, al poner un pie en el escenario todas se callaron y giraron sus cabezas hacia nosotras dos. Mientras yo vocifeaba los oficios, Izumi lo hacía con los nombre, hasta que llegamos a la parte de la guardianas.
- GUARDIANAS.
- NÍVEA. MIYA. SMITHY. LARA. Y...- deja de hablar. La miro confundida.
- Venga Izumi, es solo un nombre.- le susurro.
- LYNN.
Toda la sala se queda en silencio, y siento un nudo en mi garganta. Llegados a este punto, tengo que decir que solo es posible tener un cargo en la aldea, por lo que si soy guardiana...no puedo ser la siguiente jefa...y la última que queda por nombrar...es Izumi. Ella lo sabía. La miré desconcertada. Y parece que ella tenía miedo de seguir. Pero había que acabar esto ya. Me aclaré la garganta y grité por último.
- PRÓXIMA JEFA.
Izumi me mira preocupada y la noto temblar. Mira su papel, y acaba diciendo.
- IZUMI.
La sala se envuelve de murmullos. Ninguno bueno seguro. Toda la sala seguro se esta preguntando por que Izumi, si se supone que yo soy la hija de la jefa. La futura heredera. La que ha sido criada para ello. Ella iba a ser una panadera o guardiana como mucho, aunque eso ya es mucho... ¿¡Por que ella es la jefa!? ¿No ha sido suficiente para ella ser la mejor en todo? ¿No le ha valido con ganarse la admiración de TODA la aldea?, ¡Hasta la de mi madre! Tengo que salir de aqui y hablar con mi madre. Izumi intenta pararme cuando voy a salir del escenario, hasta que oigo la voz de mi madre detras mia.
- Pequeña, me alegro mucho de que seas la próxima jefa.
Cuando me giro se que no me lo dice a mi. Se que no me esta felicitando a mi. Se que lo que menos le importa soy yo. Miré a mi madre, quien nunca me devolvió la mirada. Luego mis ojos caen sobre Izumi, quien esta sorprendida y temblorosa. No puedo más. Tengo que salir de aquí.
- ¡Lynn!
Escucho los gritos de Izumi llamandome, pero no me necesita. Nunca me necesitó. Por eso mismo, me voy. Fuera me encuentro a Miya con su vestido de tubo, se le dificulta seguirme el ritmo por el vestido.
- ¿Por que ahora de repente Izumi es la jefa?, ¿No lo ibas a ser tú?, ¿Y por qué yo soy guardiana? Pensaba que seria, yo que se, cocinera, como mi madre y...
- ¡Callate!, ¡Solo callate Miya!
- Vale..., ¿y qué vamos a hacer ahora?
- ¿Tú? No lo sé. ¿Yo? Me largo de esta aldea. No soporto más tiempo aquí.
- Yo voy contigo.
- ¿Tú no querias ser guardiana?, Es tu momento.
Mientras Miya me seguia, cada vez nos alejabamos más de allí. Y el ruido de la fiesta se iba disipando. Por lo que era hora de tratar de poner en marcha el plan.
Mi nueva invención; levanté mi muñeca y se hizo visible mi brazalete, al instante todo mi vestio se convirtió en ropa cómoda, con una parte de arriba sin mangas y cuello vuelto que se ajusta a mi cuerpo, esto estaba continuado por un cinturón donde decidí poner el dibujo de mi marca y unos pantalones cortos. Quedaba bien. También añadí guantes que dejaban al aire la punta de los dedos. Otra cosa que me costó dejar fueron las botas, ya que con ellas puestas cubrian todo mi enpeine. Pero al final lo dejé ya que luego podría quitarlo. Por último, mientras todo aparecía, me recogí el pelo en una media coleta donde la parte de detras quedaba suelta y la parte de arriba en una coleta. Así, la pantalla luminosa que había creado me dejaba ver mejor y con más precisión.
- ¡WOW!
Di un salto cuando escuché a Miya, se me había olvidado que ella estaba ahí.
- ¡Estas increible! Ese negro te queda muy bien con el rojo de tu pelo y tus ojos. Por cierto, solo por curiosidad. ¿A donde vas? Sin mi.