Salgo del baño con una toalla enrollada en mi cuerpo y camino por el pasillo de mi apartamento hasta la habitación que compartía con Charlie. Hace unos días Lili vino a sacar sus cosas y guardarlas en cajas pues yo no paraba de usar su ropa para sentirlo cerca aunque claro, no funcionaba, solo hacía que llorara por horas implorándole a la vida que volviera.
Comienzo a vestirme y una vez termino salgo cerrando todo en el apartamento y comienzo a caminar porque la gente como yo no vive en una mansión lujosa, no tiene un coche a su disposición y mucho menos tiene el trabajo perfecto sino que solo tiene un trabajo humilde donde ganas un sueldo mediocre que no cubre ni la mitad de los gastos de una persona con ésta economía.
Sin embargo, el trabajo no es malo pues mis compañeros en éste son gente buena y amable. Quien me ayudaba con todos los gastos era Charlie, su trabajo cubría mucho de los gastos y, ahora que no está, solo tengo una gran deuda que pagar y un apartamento que se siente cada vez más solo.
Suspiro mientras sigo caminando, llevo días saliendo temprano en la mañana buscando algún trabajo que pueda hacer en la mañana y tarde. Días que no tengo éxito para en la noche estar en la cafetería porque por más que esté pasando todo esto, mis compañeros de trabajo son la única familia que me queda y no puedo ni quiero renunciar a ellos también.
Camino hasta la vieja cafetería que solía frecuentar de niña hasta el día que dejé mi casa, venir aquí hacía doler esa vieja herida que no cerraba del todo. La cafetería "Smile Blue" sigue igual por fuera lo cual me saca una sonrisa, pero en cuanto entro casi creo que me equivoque de cafetería.
Observo bien el lugar que ahora tiene mesas bonitas, está pintada de un color menta con franjas rosa, tiene cuadros de estrellas y por último la barra da una vista a la cocina. Todo se ve nuevo pero al mismo tiempo conserva ese toque retro y ochentero que siempre tuvo y le daba su toque genial al lugar.
—Hey Siena, estoy aquí —gritan y girando a la derecha veo a mi hermana saludando con su mano para que la note
Liliana o Lili, como le gusta ser llamada, es 5 años menor que yo y se caracteriza por ser una chica dulce pero bastante reservada, buena con todos y sociable. Ella es del tipo de personas que todos merecen conocer pero pocos llegan a hacerlo. Su cabellera rubia como la de mamá es completamente diferente a la mía castaña pero a pesar de no ser iguales ella siempre consigue ver similitudes entre ambas que me hacen sonreír porque mi hermana es así, siempre dulce y buena sin importar nada.
Lili me cito para conversar aunque sé que me quiere hacer hablar de cómo me siento, es otra de las cosas que la caracterizan y la hacen ser ella. Todos sabemos que en cuanto termine el colegio comenzará su carrera en psicología, ya que es algo que le gusta. Tiene un tiempo entrando a cursos para poner en práctica sus conocimientos como futura estudiante de psicología y no empezar tan de cero a pesar de que le queden dos años más para graduarse.
Tomo asiento frente a ella en la mesa y cuando me sonríe le devuelvo la sonrisa y hablo.
—Hola Lili —saludo con tranquilidad y suspira
—Pensé que no vendrías, tienes tiempo sin venir aquí —dice con lo que parece es nostalgia mientras mira el lugar y no puedo evitarlo mirarlo yo también de nuevo
—Sí, veo que remodelaron el lugar —comento y asiente contenta
—Tal parece que una empresa invirtió en la cafetería y bueno, así quedo el lugar luego de la renovación —dice alzando sus manos señalando el entorno
—Está genial —digo con una sonrisa un poco más grande
—Debo preguntar ¿conseguiste algún trabajo ya? —pregunta directa y mi sonrisa se borra
—No —respondo viendo mis manos sobre la mesa
—Trate de hablar con mamá y papá, pero mamá dijo que así como supiste alejarte de tu familia sabrás como salir de éste lío tu sola —habla triste y aprieto la mandíbula
Típico de mi madre, decir ese tipo de cosas sabiendo que las cosas no fueron así, todo para que Lili no sepa la verdad aunque claro, mi hermana ya la sabe y no le importa o molesta pero desde luego mamá siempre dirá esas cosas porque para ella yo no valgo lo mismo.
—Tranquila, sabré como solucionarlo —digo y ella sonríe haciendo que la mire curiosa — ¿Qué hiciste pequeña traviesa? —pregunto
—Quizás yo ya lo solucioné —responde con una cara de inocencia totalmente fingida y la miro interrogante
—¿Qué quieres decir? —pregunto mirándola seria
—Le pregunte al señor Alberto que empresa invirtió en el lugar y me dijo que fue Industrias Jones. Hable con él y después de suplicarle que te ayudara accedió hacerlo aunque bueno, en realidad no tuve que suplicar mucho cuando supo que eras tú —dice y la miro
—¿Otro trabajo de camarera? Lil no es por ser malagradecida pero juntando los dos sueldos de camarera no me daría para pagar todo —digo y ella niega
—No serás camarera, resulta que no necesitan empleados aquí por lo que hablo con alguien en la empresa y bueno ¡te consiguieron una entrevista de trabajo en Industrias Jones!, recuerda que te graduaste en administración de empresas por lo que podrás ejercer la carrera y tu sueldo será mucho mejor si lo consigues supongo—explica con una sonrisa y sonrió contagiada por su alegría