¿Sorprendida? Mucho
¿Intimidada? Quizás
¿Con ganas de ir al baño por los nervios? Obvio si
¿Me marcho? Pues... ¡No!
Sacudo mi cabeza y respiro, necesito el trabajo y no puedo decepcionar ni a Lili ni a Alberto. Ellos consiguieron ésto para mí y no me parece justo que por estar un poco asustada me rinda sin intentarlo por lo que decidida camino a la puerta de las Industrias Jones y entro, aunque quizás tuve que ser cuidadosa ya que al entrar casi choco con un grupo de mujeres en trajes ejecutivos.
Me disculpo y entonces miro el lugar, si por afuera la empresa es sorprendente e intimidante, por dentro lo es aún más. La empresa es grande, parece un estadio gigante de futbol. Es toda como de cristal azul pero no se ve lo que está al otro lado, solo las personas de adentro pueden ver pero de afuera para adentro no, lo cual me parece inteligente y muy acertado.
Saliendo un poco de mí sorpresa camino hacia la recepcionista. Ella es una rubia que tiene una gran sonrisa, me acerco y me sonríe aún más.
—Hola bienvenida a Industrias Jones ¿en qué te puedo ayudar? —pregunta y sonrío
—Hola mi sombre es Siena Adams, estoy aquí por una entrevista de trabajo —digo tranquila y ella asiente
—Un minuto por favor —pide y comienza a teclear en su computadora hasta que leyendo algo sonríe —Si, aquí estas, toma el ascensor y ve al piso 8, en éste te están esperando, suerte —dice y con una sonrisa me despido
Camino tranquila inhalando y exhalando tratando de tranquilizar mis nervios pero no funciona. Las ganas de correr a la salida o ir al baño siguen presentes por lo que trato de pensar cosas positivas.
Es extraño estar de nuevo en una empresa tan imponente y prestigiosa, no pisaba una desde mis pasantías en la universidad y sé que dirán ¿si te graduaste de administradora de empresas porque no ejerces la carrera? Y las respuestas son simples.
1. A pesar de haberme graduado con honores, conseguir un trabajo en una gran empresa es algo que solo le pasa a los afortunados lo cual, claro está, yo no soy.
2. En mis prácticas de pasantías me di cuenta que no todas las empresas grandes y bonitas son perfectas, en muchas pasan cosas horrible.
3. En la empresa que estuve era obligatorio usar faldas y debo destacar que cuando las usaba el sujeto a cargo de mí no paraba de hacerme comentarios obscenos al igual que propuestas y por más que me quejé no hicieron nada.
Y hoy estoy aquí, en una empresa como ésta, que podría contener miles de secretos como los que yo guardo al igual que cada trabajador. Miro mi atuendo de nuevo cerciorándome de que todo esté bien, estoy usando una falda, no es tan corta como la de muchas mujeres que vi en el recibidor pero es igual de formal que la de ellas junto a una camisa crema de botones, un saco negro y unos tacones color crema.
Creo que mi atuendo es lo suficientemente profesional para dar una buena impresión pero aquí el físico no importa, lo que importa, es el grado de conocimiento que tengas y la forma en la que ejecutarás cada trabajo para seguir generándole ganancias a la empresa, y dejando de lado mi pequeño ego, sé que estoy capacitada. Tengo los conocimientos y quiero demostrarlo.
No sé para qué puesto me entrevistarán pero creo estar preparada para cada uno. Se dibujar por lo que hacer planos no es problema, los números me encantan por lo que manejar cada proceso en la parte económica tampoco es problema. Mis estudios me llenaron de conocimiento y me siento preparada para cualquier puesto, solo espero que la paga sea buena.
Bajo del ascensor en el piso que me indicaron y entro a otro recibidor, en éste la asistente es una morena y ella, al igual que la que me recibió abajo en recepción, tiene una sonrisa mientras contesta el teléfono y revisa su computadora.
Camino a ella y al verme me sonríe y me dice que espere un momento, termina con la llamada y me enfoca de nuevo con sus ojos marrones.
—¿Eres Siena Adams? —Pregunta y asiento con la cabeza —El señor Jones la recibirá en un momento, deje que la anuncie —pide y asintiendo observo como levanta el teléfono y espera unos momentos pero confundida cuelga y luego vuelve a llamar hasta que sonríe.
¿Qué tiene el agua de éste lugar que todos parecen tan felices? ¿Debería preocuparme?
—Señor Jones la señorita Adams está aquí —dice por teléfono —La chica que debía entrevistar su hijo —comenta —No señor, hoy no vino —responde y entonces asiente hacia mí —Si señor, en un momento la hago pasar —habla finalizando la llamada dejando el teléfono donde estaba —En un momento la atiende — me informa y asiento con la cabeza para luego caminar a un sofá blanco que se encuentra en el recibidor
Saco mi teléfono del bolso y veo la hora, en 3 horas comienza mi turno en la cafetería y no puedo seguir faltando. Sé que a mi jefe no le molesta por todo lo sucedido con Charlie pero no debo abusar de su buen corazón aunque también extraño ver a mi otra familia. Espero que combinando el salario de mesera y el de la empresa logre pagar la deuda antes del tiempo requerido y no morir de hambre.
—Señorita ya puede pasar —habla la recepcionista y me levanto del sofá para luego caminar y entrar por una puerta de cristal que la chica me señala. Ésta es igual que como la fachada de la empresa, no se ve nada de afuera hacia adentro.