Secretos en la oficina

Capítulo 8: Confesiones y apoyo

Maraton 3/3 

***

—Entonces cuéntame de ti Siena — pide Aylen mientras bebe de su jugo

La miro pero ella admira la decoración del lugar que muchas veces visité. Nos encontramos en el Smile Blue para nuestra hora de almuerzo. Fué una gran sorpresa que Aylen me dijera que comiéramos en un lugar diferente y lo fue mucho más el escucharme decir que viniéramos aquí. En el camino le di vueltas al asunto y quizás se deba a que extrañaba éste lugar de verdad y ya no quería estar lejos porque, después de todo, uno siempre vuelve a esos lugares donde nos sentimos felices.

—Pues no creo que haya mucho que contar realmente —digo comiendo de mi almuerzo

—Vamos claro que si —ríe y la miro —Siena Adams la nueva integrante de la empresa, experta en su trabajo, hermosa y una total desconocida ante todos —comenta de forma dramática llevándose una mano al pecho y otra a su cabeza haciéndome reír por su pequeño drama

—Bueno si lo pones así de dramático —suelto entre risas

—Vamos, háblame de ti —pide con una sonrisa y asiento

—Bueno nací en ésta ciudad y tengo una hermana menor llamada Lili que es toda mi vida —comienzo a decir y ella hace una seña de que continúe por lo que suspiro pensando que más contar —Tenía un novio que falleció hace unos meses y pues llegué a la empresa gracias a Alberto, el dueño de éste lugar —termino de decir

Continuo hablando y contando varias cosas que me sorprende estar contándole a alguien pero por alguna razón contarle ésto a Aylen se siente bien y se siente aún mejor cuando termino y no tiene esa mirada de lastima en sus ojos. Esa mirada de pena que tienen las personas que saben mi historia, esa que tanto odio.

—Lamento lo de tu novio Siena —dice mirándome a los ojos y luego baja la cabeza —Yo también perdí a alguien y se lo doloroso que es —habla al mismo tiempo que una de sus manos sujeta fuertemente una de las mías y le sonrío

—Gracias —murmuro apretando igualmente su mano y pestañeo alejando las lágrimas que se aglomeraron en mis ojos —Bien es tu turno, cuéntame de ti —pido y ella asiente

—Pues mi historia no es bonita la verdad. Vivía en otra ciudad con mis padres cuando era niña pero ambos murieron en un accidente por lo que después fui adoptada por mí tía y me mudé aquí. Para mí fue realmente difícil el pasar de tener dos padres a no tener ninguno pero con el tiempo lo fui aceptando y tener a mí tía ayudó —sonríe y me mira —Ella me crió como si fuera su hija realmente, me enseñó a ser la persona que soy y me dió muchos valores, amor y felicidad. Tengo mucho que agradecerle porque sin ella no sería quien soy ahora —cuenta Aylen y siento mis ojos humedecerse por su relato

Nunca jamás me esperé semejante historia y solo hace que sienta admiración por Aylen y su tía, ya que la rubia frente a mí no tuvo una vida fácil pero aún así sonríe y eso es gracias a su tía. Miro Aylen y me siento mal por haber pensado incluso en algún momento que todo lo tuvo fácil y no tenía nada que la molestara o le doliera.

—Nunca pensé que algo así sería parte de tu historia Aylen —hablo mientas le aprieto un poco la mano en signo de apoyo y ella sonríe

—Nadie lo hace. Todos creen que porque soy alegre y sonrío siempre mi vida fue fácil, cuando la verdad es que mi tía me dió una gran lección hace años y es ésta —dice poniéndose derecha y aclara su garganta —"Nunca, por más difícil que se ponga la vida debes dejar de sonreír ya que siempre habrá algún motivo por más pequeño que sea para sonreír y estar agradecido con la vida" —habla como si anunciara algo y sonrió

Jamás pensé en eso y escucharlo me deja por dentro una sensación agradable. El año tiene muchos días y cada uno es una nueva oportunidad para arreglar las cosas y seguir adelante. Para ser agradecido y sonreír ya que no importan las caídas sino la forma en que te levantas y sigues adelante.

—Es una gran lección, gracias por compartirla conmigo —digo realmente contenta

—Siempre es bueno educar a las mentes jóvenes —suelta con una sonrisa mientras guiña uno de sus ojos y me río con todas mis fuerzas al mismo tiempo que siento una mano en mi hombro

—Mi pequeña Siena, tenía tanto tiempo sin verte reír así mi niña —dice Alberto y le sonrío

— ¿Conoce a Siena hace mucho señor Alberto? —pregunta Aylen con curiosidad

—Desde que era una bebe. Su familia siempre ha sido la mía ya que sus padres son mis mejores amigos. Siena y su hermana Lili son como mis sobrinas o incluso a veces mis hijas —cuenta Alberto abrazándome y le regreso el abrazo

—Eso es hermoso señor —murmura tomando otro sorbo de su jugo con una pequeña sonrisa y le pide a Alberto le cuente de él

—Será un placer pero ya te dije, puedes decirme Alberto y no señor —dice con una sonrisa y ella asiente

Aylen y yo seguimos hablando de cosas normales con Alberto hasta que éste se va a la cocina por un segundo y nosotras, al ver la hora, decidimos regresar a la empresa. Pagamos la cuenta mitad y mitad, aunque Alberto nos insistiera en que iba todo por la casa, luego de que Aylen se despidiera con la promesa de que vendríamos algún otro día y yo con la promesa que vendría más seguido a verlo, ambas salimos para dejar el Smile Blue.

Subimos al pequeño auto de Aylen y en medio de risas por comentarios de ella hacemos el corto viaje a la empresa para volver a nuestros deberes. Soy consciente de que hoy compartí mucho de mi vida y ella mucho de la suya pero no me molesta porque, a decir verdad, se siente bien y correcto haber compartido con ella tantas cosas.




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