Secretos en la oficina

Capitulo 12: Secretos en la oficina

No era un buen día, a decir verdad, era un día terrible. Me encontraba triste, tal vez más que eso. Caminaba por las calles agotada por la falta de sueño y sin ánimos, lo cual parece todos notaban, ya que varias personas se detuvieron a preguntar si estaba bien y fue lo mismo en la empresa donde Aylen, el guardia de la entrada y una chica que jamás había visto me detuvieron para cerciorarse de que estuviera bien.

Camino decidida al baño y al entrar veo que no se encuentra nadie por lo que entro tranquila y me miro en el espejo. Mi ropa luce bien, la camisa blanca de botones junto a un pantalón color vino y unos tacones negros me daban un buen aspecto y mi cabello recogido en una coleta alta no parecía mala opción.

No me veía mal según yo, y mi rostro a pesar de estar un poco pálido debido a la falta de descanso que tuve anoche no se ve tan mal como para demostrar que no es mi mejor día, así que sacudiendo la cabeza y palmeando un poco mis mejillas para darles color salgo del baño.

Camino hasta el ascensor y subo a mi piso, todo el camino me repaso nuevamente pero al llegar a mi lugar de destino mi estómago se revuelve. Las puertas se abren mostrándome a un William enfundado en un traje oscuro con dos cafés y una sonrisa pero no tengo oportunidad de sonreírle o de decir algo ya que salgo corriendo al baño dejando a William de lado.

Entro al baño de mi piso y corriendo a un cubículo regreso lo que fue mi cena, una vez termino de vomitar salgo del cubículo y me enjuagó la boca tres veces para luego mirarme al espejo, el cual me muestra a una Siena más pálida y moribunda, salgo del baño y de regreso a la oficina me encuentro a William que me mira serio.

— ¿Está bien señorita Adams? —pregunta y frunzo el ceño, no es normal que me diga así cuando estamos solos

—Si —digo con simpleza y luego de agarrar uno de los cafés me siento en mi silla

—Bueno, le acabo de dejar su trabajo de hoy en su gaveta —dice para luego entrar a su oficina

Abro mi gaveta y además de estar las carpetas, también se encuentra una bolsa dentro. Saco las cosas y miro la bolsa un poco pesada que tiene una nota.

"Quizás sea un aburrido, mandón e idiota jefe pero te aseguro que como persona, amigo y quizás pareja soy diferente, espero un día lo averigües por ti misma, así como también espero que te guste éste postre.

Con mucho cariño.

—William J."

Sonrío al terminar de leer la nota por lo tierna que es, es cierto que William no fue el mejor jefe pues era un idiota al comienzo y que es un mandón aburrido pero ¿acaso los jefes no son así? No están para juegos sino para ver que el trabajo se haga lo mejor posible y eso lo entiendo.

Abro la bolsa y en el interior se encuentra un trozo de la torta de chocolate que tanto me gusta y aunque por un momento me pregunto ¿cómo supo que me gustaba ésta torta? luego recuerdo que él vio el trozo de ayer, así que descarto la opción de una posible vigilancia por su parte.

Comienzo con mi trabajo al tiempo que abro el envase para devorar mi torta, pero cuando solo faltan dos pedazos para terminar mi estómago se revuelve de nuevo ocasionando que salga nuevamente disparada al baño para devolver la torta que con tanto cariño William me regaló.

Al terminar, me aseo rápidamente y salgo del baño, al volver me encuentro con William frente a mi escritorio con rostro pensativo. Me acerco y al escuchar los tacones él se voltea y me mira, serio me inspecciona un poco para luego volver a mirar mis ojos y observarme con un rostro entre preocupado y molesto.

— ¿Sucede algo? —pregunto

—Eso lo tendría que preguntar yo, es la segunda vez que vomitas y estás pálida por lo que me pregunto ¿sucede algo? —pregunta y lo miro confundida

—No entiendo lo que quieres decir, estoy bien —digo sentándome en mi silla

— ¿Estás enferma? —pregunta acercándose y niego, no quiero estar en casa sola

—No.

— ¿Segura que no lo estás? —pregunta de nuevo

—Que no —respondo molesta y el ahora luce molesto

— ¿Entonces por qué vomitas? ¿Estás embarazada? —cuestiona y lo miro

— ¿Qué? —pregunto sorprendida por la pregunta

—Lo estás, joder, me involucré con una mujer que seguro está con alguien, soy un idiota —comienza a decir agarrando su cabello y suelto una pequeña risa por la escena

—Ehh detente, primero que nada no estoy con nadie —digo aguantando las ganas de llorar que llegan al pensar en Charlie

— ¿Estás embarazada? —pregunta

—No —respondo y suelta un suspiro

— ¿Entonces por qué estás vomitando? —cuestiona mirándome

—Quizás fue la cena de ayer que me sentó mal —comento y él asiente

—Lo siento Siena, es que tu vomitando y con el rostro pálido me asustó, solo se me ocurrieron esas dos opciones, luego me percaté de que yo te besé y bueno, pensé lo peor, en verdad lo siento —se disculpa

—Te disculpo, pero no quiero que me beses William, no está bien —digo y el frunce el ceño




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