Secretos en la oficina

Capitulo 15: En la casa de William

Despierto temprano en la mañana sin necesidad de alarma y me pregunto ¿en qué momento me acostumbré a despertar temprano? La verdad no lo sé pero seguro que lo hice a la segunda semana de comenzar en la empresa y justo ahora, el despertar temprano sin necesidad, me molesta.

Me levanto tranquila y observo todo nuevamente, en la madrugada cuando desperté realmente me asusté por un momento al no recordar donde estaba y pensé que me habían secuestrado, pero al despertarme cien por ciento debido al susto, me dí cuenta de donde me encontraba y en medio de la oscuridad no hice más que reír mientras me calmaba para ir a buscar un vaso de agua y luego volver a dormir.

Con las energías recargadas de una manera bastante nueva camino al baño interno de la habitación a cepillar mis dientes, lavar mi cara y liberar el líquido retenido por la noche para luego de sacar de la maleta una muda sencilla de ropa y cambiarme. Salgo de la habitación al pasillo donde observo la puerta cerrada de William, por un segundo me planteo el ir a ver si está despierto, pero sacudiendo la cabeza aparto esa idea y bajo la escalera para hacer el desayuno, no creo que si Will esté dormido tarde mucho en despertar.

Agarrando unos huevos de la nevera y el orégano, revuelvo los huevos en el sartén y una vez están listos los pongo en dos platos para luego agarrar el pan de un gabinete y colocarlo al lado, doy la vuelta para ir a la nevera por un vaso de agua pero me detengo al ver una figura al frente, pego un grito del susto al enfocar a un muchacho acercarse.

El chico grita, yo grito más y luego, de arriba, escucho el ruido de una puerta abrirse seguido de unos pasos que me hacen saber que William está despierto.

— ¿Qué pasa? ¿Siena dónde estás? ¿Qué ocurre? —pregunta/grita William mientras baja la escalera

— ¡En la cocina! ¡Ayuda! —grito

— ¿Qué sucede? —pregunta entrando bastante acelerado pero se calma al ver al intruso —Oh, hola Oliver —le saluda William para luego mirarme — ¿Qué sucede?

— ¿Lo conoces? —pregunto confundida y él asiente

—Pues obvio me conoce chillona — habla por primera vez el chico y ¿me dijo chillona? —Soy su hermano menor —dice y miro a Will buscando una confirmación a ésto

—Es mi hermano Siena, te lo dije en la oficina —habla confirmando lo dicho por el chico

— ¿Quién es ella Will? —pregunta el aparente hermano menor de William mirándome

—Ella es Siena, es mi novia —habla William acercándose a mí sonriendo —Buenos días Siena —saluda Will y sonrío yo también cuando besa mi frente

—Buenos días, te hice el desayuno —digo viendo sus ojos

—Gracias, aunque no deberías de hacerlo, estás enferma Siena —murmura y lo miro seria

—Estoy mejor, te dije que solo estaba un poco débil no soy una enferma terminal —gruño y el ríe un poco

—Bien, probemos tu comida, ya me dio hambre por el susto, lo que me recuerda ¿por qué gritaste? —pregunta y lo miro como si fuera obvio

— ¿Acaso no es obvio? El me asustó, no es normal ver a un chico desconocido parado junto a la puerta observándote —digo señalando a su hermano y éste me mira ofendido

—Para tu información muchas personas amarían ver mi cara por las mañanas, eres tú la única que ha chillado de mala manera por mi presencia —dice con una sonrisa de suficiencia para luego cruzar sus brazos

— Aja Oliver pero ¿acaso tú te asustaste por ella? —pregunta William con burla posicionándose detrás de mí para abrazarme por la cintura y besar mi mejilla

— ¿Qué? Claro que no —responde cruzando sus brazos y mirando a otro lado

— ¿Entonces por qué gritaste? —pregunto con burla y él me mira mal

—Yo no grité —dice serio

— ¿En serio? Creí haberte escuchado gritar —habla William separándose y agarrando los platos del mesón de la cocina

—Solo me sorprendió su grito, eso es todo, pero no tenía miedo —dice Oliver soltando un bufido

—De acuerdo, lo siento ¿comiste? —pregunto y él me mira raro —Puedo prepararte algo —ofrezco y él sonríe

—Nena, jamás me negaría a un plato de comida y menos al ser preparado por una sexy chica —habla con suficiencia para luego guiñarme uno de sus ojos

—Oliver —murmura William con un tono de advertencia en su voz

—Que es mi cuñada además y está prohibida para mí, William déjame terminar de hablar por favor —comenta con inocencia y se sienta su lado

—Bien, espero que calmes tus hormonas en mi casa —dice William y el menor suelta un bufido —Y tú no vas a mover un dedo más señorita, siéntate y yo me encargo del plato de Oliver —pide sujetando mi mano y llevándome a la mesa

Ellos comienzan hablar al tiempo que William prepara la comida para Oliver, hace el mismo procedimiento que hice con nuestra comida para una vez lista sentarse y entregarla. William guiña uno de sus ojos cuando levanto una de mis cejas al ver el plato que preparó para luego imitando a un hambriento Oliver comenzar a comer.

—Oh Dios, que bueno está ésto —dice olvidándonos y comiendo con urgencia provocando que sonría




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