Secretos en la oficina

Capitulo 20: Observada

Los días se convirtieron en semanas y las semanas en dos meses en los que estuve con William descubriendo juntos más cosas de nosotros, tuvimos algunas discusiones pero nuestra relación mejoró mucho y aunque sé que nos queda mucho camino por descubrir supongo que poco a poco con el tiempo iremos descubriendo más cosas así como conociéndonos aún más y es que, la verdad, quiero a Will o tal vez querer es un sentimiento pequeño comparado con lo que siento por él, no lo sé, pero lo que si se es que no quiero perderlo.

— ¿Qué piensa la chica más bella? —Pregunta Will desde la puerta de su oficina y sonrío

—En el hombre más increíble del mundo —digo siguiéndole el juego al mirar como se acerca y me da una sonrisa

—Uff suertudo él por estar rondando por ésta cabecita —dice mientras sujeta mi rosto y me mira a los ojos

—Suertuda yo que lo veo todos los días —comento y el ríe para luego acercar sus labios a los míos y besarme

—Creo que ambos son suertudos al tenerse el uno al otro —dice una voz y separándonos vemos a la entrada donde se encuentra su hermana

—Laura ¿a qué debo tu visita? —Pregunta Will abrazando mi cintura

— ¿Se te olvidó que tengo una charla pendiente con mi aparentemente cuñada? —Pregunta ella y yo trago

Pensé que me había librado de esa salida hace unos meses, Will le dijo que estaba de reposo y ella lo entendió pero ahora está aquí queriendo charlar y ninguna excusa lo podría evitar.

— ¿Conmigo? Estoy algo ocupada poniéndome al corriente con el trabajo atrasado de ayer —digo soltándome del agarre de Will y sentándome en mi lugar

—Seguro que eso lo puedes hacer después, por algo Will te mantiene aún trabajando aquí, no creo que sea solo por el hecho de que seas su novia ¿o no? —Habla ella con una sonrisa torcida a su hermano

—Es la mejor en su trabajo, seguro que si me descuido estará ella haciendo mi trabajo y yo el de ella —habla William y suelto una pequeña carcajada que le saca una sonrisa a él

—Menos mal que eres consciente de eso —digo

—Las mujeres somos peligrosas hermanito, yo que tu tendría cuidado —suelta Laura y me mira —Bueno te espero abajo en 10 minutos, adiós hermanito —dice ella saliendo de la oficina sin esperar respuesta

— ¿En serio tengo que ir? —Pregunto rodando mi silla para verlo con un pequeño puchero infantil

William sonríe inclinándose hacia mí y pasando mis brazos por su cuello lo miro a los ojos. El mira mis ojos y luego baja su mirada a mis labios por donde su dedo pulgar pasa acariciando mi labio inferior, pega nuestras frentes y su mirada se conecta con la mía de nuevo.

—Si no vas, nunca sabrás que es tan urgente para que ella quiera verte y hablarte, Laura no es tan mala y además, ya le cancelaste una vez, no querrás que la única persona de mi familia que no te acepte sea mi hermana, anda por favor, hazlo por mí —pide y suelto un suspiro

—Está bien, lo haré —suelto frustrada —Pero solo serán dos horas máximo y regresaré aquí para hacer mi trabajo

—Perfecto, te estaré esperando y quizás te pueda ayudar un poco y hacer el trabajo pendiente juntos —ofrece dejando un casto beso en mis labios que me saca una sonrisa y luego se aleja para verme

—Está bien, me voy entonces —digo y saco mi cartera de la gaveta del escritorio

—Nos vemos más tarde, te quiero —besa mis labios de forma casta y camina a su oficina

Salgo de la oficina y tomando el elevador bajo a la primera planta donde se encuentra la hermana de William sentada mirando su teléfono.

—Bien ¿A dónde iremos? —Pregunto llegando hasta ella

—Tú tranquila, no tardaremos tanto, solo vamos a dar unas vueltas mientras hablamos y luego te traeré de regreso —dice ella y asiento

Salimos de la empresa y sacando mi teléfono comienzo a caminar por la acera pero me detengo al ver que Laura no viene conmigo por lo que me volteo y el encuentro parada frente a la empresa.

— ¿Qué haces? —Pregunto y ella me mira confundida

—Espero el auto —dice como si fuera lo normal y recuerdo que ella tiene su auto

—Oh está bien.

Esperamos un momento y un auto amarillo se detiene frente a nosotras, de éste baja un hombre corpulento el cual abre la puerta de atrás pero la cierra cuando ella niega.

—Hoy conduciré yo —dice y el hombre le entrega las llaves del auto —Súbete Siena

Laura camina a la puerta del piloto y luego de entrar vuelve a verme y me hace una seña para que entre, por lo que luego de recordarme que no me va a matar o secuestrar entro al auto, el cual deja la empresa a gran velocidad y se integra a las calles de la ciudad.

—Bueno creo que lo primero que tengo que hacer es ofrecerte una disculpa Siena —dice y la miro sorprendida

— ¿Hablas enserio? —Pregunto y ella asiente viéndome un momento para luego mirar al frente

—Sí, lamento el haberte tratado tan mal, fui una mala persona contigo injustamente y aunque ninguna excusa es suficiente para que eso sea pasado por alto o aceptado quiero que sepas que solo trato de cuidar a mi hermano mayor —dice y la miro sorprendida




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