WILLIAM
Algo en mi pecho se enfría y de repente lo veo todo en rojo porque es él, es Charlie, totalmente vivo. Un increíble enojo me rebaza por lo que sin darme cuenta estoy junto a él viendo sus ojos y al siguiente él está en el suelo. Mi mano duele por el golpe pero no me arrepiento, un oficial me sujeta cuando ve que me voy acercar a él nuevamente para golpearlo y otro lo ayuda a detenerme.
—Creo que lo merecía —dice el imbécil y me remuevo entre los oficiales
— ¿Crees que te lo merecías? Todo ésto seguro es tu culpa maldito infeliz —gruño y ahora son tres los oficiales que me sujetan — ¿Cómo te atreves a presentar tu cara aquí luego de lo que hiciste pasar a Siena? Todo ésto debe ser tu culpa
—Señor Jones por favor contrólese o lo arrestaré por perturbar la paz en la estación —habla el oficial y lo miro
—Bien, suélteme —digo y cuando lo hacen de a poco me arreglo la ropa
Miro a Charlie con rabia y el levanta sus manos en señal de inocencia
—Bien señor ¿Quién es usted y por qué cree que puede ayudar a la señorita Adams? —pregunta el oficial
—Mi nombre es Charlie Smith, fui novio de Siena y quien la tiene seguramente me conoce al igual que ustedes como el gato —habla y de inmediato un policía lo está apuntando
—Te estaba buscando desde hace mucho tiempo, vaya que saliste difícil de encontrar —murmura el hombre y Charlie alza las manos
—No entiendo ¿Qué está pasando aquí? —pregunta el padre de Siena y yo asiento preguntando lo mismo
—Éste hombre traficaba drogas para un nuevo cartel que surgió señor —explica el hombre mientras esposa a Charlie
—Sí, es verdad y aceptaré todos los cargos que ustedes me quieran poner pero antes déjenme salvar a la mujer que amo —pide Charlie y lo mismo furioso
— ¡¿La mujer que amas?! — grita Lili sorprendiéndome —Tu fingiste tu muerte, dejaste a Siena con una gran deuda de Dios sabe qué y como si fuera poco la secuestran. Ella se partió la espalda en dos empleos para poder salir de esa deuda desgraciado infeliz y tú vienes, así como si nada a decir que la amas ¿Dónde estaba ese amor cuando la dejaste o cuando la secuestraron? —cuestiona llorando y la abrazo
—Tranquila cariño —habla su madre y mira al hombre —Sabía que mi hija merecía algo mejor que tú, eres una basura, todo esto es tu culpa
—Lo sé y quiero arreglar todo, testificaré y haré lo posible para que el cartel caiga pero por favor escuchen, mi ex jefe tiene a Siena pero ellos me quieren a mí, no a ella—habla él y el oficial asiente
—Bien, llévenlo al cuarto de interrogatorios.
Vemos como se llevan a Charlie y cuando está por entrar me mira.
—Aunque no me crean, yo amo a Siena pero tenía que irme, sé que le hice daño y por eso te agradezco todo lo que hiciste y haces por Siena, ella se merece a alguien como tú —habla y lo miro serio sin responder
**
Los días pasan, cada día más lento que el otro y el dolor que siento en mi pecho crece más rápido. La madre de Siena fue ingresada en un hospital debido a una enfermedad que resultó tener y Lili se está quedando conmigo, ni sus padres ni yo creemos que la pequeña rubia deba estar en un hospital con todo ésto, ya tiene suficiente con lo de su madre y Siena para estar en ese ambiente o sola en su casa. En ésta semana estuve tratando de animarla o distraerla aunque ni yo mismo puedo controlar mi estado de ánimo, ambos vamos a la comisaría con frecuencia preguntando por el caso pero siempre dicen lo mismo.
—Estamos trabajando lo mejor que podemos para traer a la señorita con vida
Eso es todo, luego nos piden que volvamos a casa y entonces yo consuelo a Lili y ella me consuela a mí. Solo espero que Siena esté bien y la tengamos pronto con nosotros, no se que sería de mi si algo le pasase a ella.
Me encontraba con Laura ahora mientras Lili dormía un poco, mi hermana a pesar de todo lo que está pasando con Siena luce radiante, luego de decirme del embarazo le dijo a su esposo y a papá, los cuales están igual que todos, felices por ella pero preocupados por Siena y por mí.
— ¿Cómo está la pequeña? —pregunta Laura y suelto un suspiro
—Como todos, sorprendida por lo de su madre, preocupada por su hermana, enfada por la incompetencia de la policía y agradecida de no estar sola en éstos momentos —murmuro cansado
— Me alegra de que no te quedes aquí solo Will y sabes que si desean quedarse en mi casa no tengo ningún inconveniente —habla y sonrío
—Gracias pero mi cuñada y yo nos quedaremos aquí —le digo mientras tomo una de sus manos —Nunca le agradecí a Siena por hacer que volviéramos a ser los de antes, sé que ya estábamos arreglando todo pero me parece que el conocerla me hizo ver todo de forma diferente y arriesgarme a verlos y solucionar todo de verdad —digo y ella sonríe
—Tengo tanto que agradecerle, ella nos ayudó de formas que quizás no sepa, nos unió, te hizo sonreír, me escuchó y sobre todo apoyó a pesar de lo mal que me porte con ella en un principio —una lágrima sale de sus ojos y la abrazo —Lo siento Will —se disculpa y beso su cabeza