Secretos en la oficina

Capitulo 32: Mi lugar feliz

Este capitulo va dedicado a todas las hermosas persona que leen la historia, sin ustedes esta historia no seria más que un borrador o una historia inconclusa, gracias por ser parte de mi inspiración, las adoro.

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Un año después

SIENA

Me encontraba caminando de un lugar a otro por la casa limpiando y acomodando cualquier cosa que pudiera estar sucio o fuera de lugar, una semana planificando ésta ocasión y los nervios junto a las ganas de que todo esté perfecto me están ganando ya que hace menos de una semana terminamos planeando una cena para que ambas familias se reunieran y eso ocurrirá hoy.

Miro mi reflejo en el espejo y por milésima vez paso mis manos por mi vestido azul cielo para quitar cualquier arruga que éste pudiera tener. Me encontraba en la casa donde crecí, debido a la noticia de que mi madre está enferma volví a casa a pesar de que mis padres dijeron que no podía cambiar mi vida solo por eso pero, la realidad es, que yo ya tengo un hogar y es éste, puede que al principio no lo entendiera pero ahora si lo hago.

—Cariño deja de alisar tu vestido, estás perfecta —escucho que dicen y volteo para encontrarme con los ojos azules de mi madre —Ese vestido hace resaltar tus hermosos ojos —sonríe y le devuelvo la sonrisa

—Gracias mamá, tú también te ves sensacional —digo y ella se mira

Su vestido verde menta hace que su piel, un poco pálida, resalte al igual que su rubio cabello, lleva un poco de maquillaje y unas zapatillas bajas, sencilla pero perfecta.

—Oh cariño, no digas tonterías —dice y su sonrisa tiembla, sé que le duele lo de su enfermedad

—Encontraremos la manera de que estés mejor mamá —comento acercándome a ella y la abrazo

—Creí que jamás te vería de nuevo en esta casa, llamándome mamá y dejándome entrar a tu vida, pensé que había perdido a mi hija —susurra y cuando la miro sus ojos están cristalizados

—No todo es como creemos y te aseguro que tú jamás me vas a perder mamá —digo con una pequeña sonrisa y limpio una lagrima que escapa de uno de sus ojos —Pase lo que pase eres mi madre y eso jamás cambiará —susurro y me separo cuando el timbre suena

—Será mejor que abras mientras yo arreglo mi maquillaje cariño —dice y asiento

Ella comienza a caminar y antes de que desaparezca por el pasillo camino hasta ella y la abrazo.

—Te amo mamá, jamás lo olvides —susurro y me separo para darle una sonrisa

—También te amo mi pequeña.

Me separo y caminando me apresuro en llegar a la puerta y cuando estoy frente a ésta tomo un poco de aire y abro.

El aire sale de mis labios cuando mis ojos se posan en el hombre tras la puerta, Will me sonríe y sus ojos parecen querer decir tantas cosas pero no consigo captar nada, sus ojos me escanean y hago lo mismo, luce muy guapo con esa camisa blanca de botones y pantalones negros de vestir, si tuviese un saco negro y una corbata diría que esta vestido como el día que lo conocí.

—Te vez muy hermosa Siena—dice con su sonrisa aún presente

—Tu no te quedas atrás Will —comento con una sonrisa

Will se acerca y sujetando mi rostro deja un pequeño beso en mis labios antes de separarse un poco y mirar mis ojos.

—Te amo —susurra y entonces se escucha un carraspeo

—Si hermano todos sabemos que la amas pero por favor deja que entremos, se me congela el trasero del frio que hace —habla Oliver y le sonrío

—Pero mira a quien tenemos aquí, el fugitivo regresó —digo bromeando y él sonríe

—Solo fueron unas pequeñas vacaciones, no es para tanto —responde restándole importancia y su padre lo mira mal

—No estoy de acuerdo, acepté que no te dedicaras al negocio familiar más no a que seas un vago irresponsable, perderás las materias como no te pongas al corriente lo antes posible —le gruñe el señor Jones y yo sonrío

—Un gusto verlo Señor Jones —saludo y él me mira con una sonrisa, es tan parecido a Will

—Oh Siena, disculpa el espectáculo querida pero un padre debe decirle las cosas como son a su hijo sin importar el lugar —dice y entonces se acerca y estrecha mi mano —Es un gusto verte de nuevo, me alegra que seas parte de la familia —comenta y sonrío comenzando a sonrojarme

—Gracias señor Jones —digo y entonces alguien lo empuja

—Si si, muy bonito el momento pero déjenme saludar a mi cuñada —dice Laura y le sonrío a ella y a la bebé que está en sus brazos

—Hola Laura —saludo y me acerco a la pequeña Devora —Y hola a ti encanto —sonrío a la bebé y ésta chilla emocionada — ¿Qué tal todo con ella? —pregunto y sonríe

—Todo va perfecto —responde pasando la mano por la cabeza de esta

—Bueno entren, se congelarán con el aire frio que sopla ésta noche —digo haciéndome a un lado y ellos entran

Cierro la puerta y al girarme mis padres y Lili están aquí.




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