Al igual que noches anteriores he sido acosado por el mismo sueño.
Veo como la tranquilidad de la sala se ve perturbada por el golpeteo de la puerta principal.
Mi hermana se levanta del mullido y desgastado sofá para ver quien llama pero justo cuando esta por girar la perilla, la puerta se abre de golpe mostrando miles de sombras con dientes deformes quebrando la puerta y las ventanas de la sala.
Corremos.
Puedo escuchar los gritos de las criaturas deformes y sentir sus arañazos en mi espalda mientras cierro la puerta. Al fondo yace mi hermana oculta en las literas llorando pidiendo que la agresión se detenga.
La tomo en mis brazos y pego su cara en mi pecho susurrándole que todo estará bien, que tendremos ayuda. Me balanceo de adelante hacia atrás mientras la abrazo intentando que mi voz la tranquilice pero los golpes y arañazos en la puerta y ventanas del cuarto se vuelven más fuertes.
Ellos entraran.
Los cristales se resquebrajan mientras la madera de la puerta cruje. Puedo ver las miles de manos con garras y descarnadas estirarse inútilmente para alcanzarnos pero no lo consiguen. En las ventanas
puedo ver como los rostros doloridos y malignos se pegan entre sí para ver mejor hacia el interior buscando a sus presas.
Ya no me balanceo ni la siento a ella en mis brazos.
El fuerte crujir me sobresalta al ver que aquellos seres logran entrar a la habitación. Asustado intento defenderme inútilmente con lo que tengo a la mano pero es muy tarde. Ellos me jalan con sus deformes garras y comienzan a destrozarme como un depredador a su presa.
Entre los rostros malditos puedo escuchar los susurros de mi pasado que se materializan en breves imágenes de soledad y tormento.
-¡Detente!-exclamo de forma ahogada
Las imágenes se acercan más y más hasta que los monstruos que me destazaban se desvanecen como el polvo al viento, dando paso a figuras liquidas que se transforman y deforman continuamente.
Estoy en medio de ellas hundiéndome en un pozo sin fondo siendo arrastrado por esas criaturas que gritan, maldicen y sollozan.
-¡Suéltenme!-grito mientras forcejeo. Pero es inútil
Puedo sentir como me jalan hacia el interior con más fuerza, haciéndome sentir como el mundo a mí alrededor se desmorona mientras yo me vuelvo pequeño.
Entre toda esa oscuridad logro divisar una luz plateada que poco a poco toma la forma de una mujer.
-¡Ayúdame!-Grito extendiendo mi brazo
Ella parece sonreírme y de modo gentil estira sus manos para que yo las tome. Pero el peso de esas criaturas cambiantes se vuelve incalculable y siento como soy arrastrado hacia el fondo
-¡No dejes que me lleven!-Exclamo con lagrimas en los ojos
La mujer de luz me observa preocupada pero continua con sus manos extendidas. No soy capaz de alcanzarlas. Tengo miedo
El ardor en mi piel se vuelve presente al sentir las garras ardientes de las criaturas desgarrándome
-¡Por favor ayúdame!
Ella voltea hacia otro lado y yo sigo su mirada. No soy el único que está atrapado en este pozo infernal.
A mi lado yace Adalid envuelta por los seres líquidos que desgarran su carne, pero ella no grita ni pide ayuda. Solo está ahí. Con mirada tranquila contemplando la oscuridad. Hundiéndose entre esos seres.
-¡Sálvala!-grito a la chica de luz mientras señalo a mi amiga-¡por favor sálvala!
La mujer de luz parece consternada pero su ojos tiernos no cambian. Me extiende una de sus manos para que la tome pero yo la aparto y le señalo a Adalid
-¡A ella! ¡Sálvala a ella!-grito desesperado
La fémina de luz niega suavemente con la cabeza y se vuelve hacia ella.
Cuando dirijo la mirada a mi amiga quedo horrorizado al ver como gran parte de su cuerpo a sido absorbido por esos seres.
Me está mirando con tranquilidad y veo como de su ojo cae una lagrima mientras que con lo que queda de su mano me hace una seña de despedida
Presa del pánico grito con desesperación mientras forcejo con esas criaturas. No dejo de gritarle a la mujer que la salve pero su luz se extiende haciendo desaparecer a los seres y yo caigo en un infinito vacío.
La chica de luz extiende sus alas y toma mi mano.
-¡¿Por qué no la salvaste?¡- digo con lagrimas en los ojos
Su expresión es tranquila y neutral. Escucho el lento batir de sus alas a mi alrededor y siento como aquel escenario plateado comienza a resquebrajarse dando paso a un lugar con tonos negros y rojizos.